jueves, 21 de septiembre de 2023

Reconstrucción de la visión kari'ña del espacio y del tiempo a partir de su poblamiento tradicional / Antropologa Suyín Adelaida Márquez Inojosa ; tutor Antropologo Filadelfo Morales Méndez, asesor Antropologo Esteban Emilio Mosonyi

Por: Márquez I., Suyín AColaborador(es): Morales Méndez, Filadelfo [Tutor Académico] | Mosonyi, Esteban Emilio [Asesor]Idioma: Español Editor: 2005Descripción: v, 309 h. ;il. (col.) ;28 cmTema(s): ASENTAMIENTOS HUMANOS -- VENEZUELA | CARIÑAS -- VIDA SOCIAL Y COSTUMBRES | ESPACIO (ANTROPOLOGIA) -- VENEZUELA

Contacto con la Autora Antropóloga Suyín Márquez Inojosa por el correo: suyinmar@gmail.com

Caracas, Venezuela.


Introducción


Encontrarnos, como estudiantes, con la actividad académica y con el

pensamiento del Profesor Filadelfo Morales Méndez, nos hicieron comprender la

necesidad de descubrirnos nosotros mismos como seres humanos, y de

comprometernos solidariamente con los sujetos de estudio. Esta investigación

pretende continuar el hilo de una de las conclusiones de la monografía presentada por

Morales Méndez como requisito parcial para obtener el título de antropólogo, la cual

dice que la lucha junto a los indígenas es:


para reconstruir sus propios valores y realizar una política de autogestión, de autodesarrollo, de

interculturación, donde los indígenas no sean simples receptores pasivos, sino agentes activos de

su propia historia, que también es la nuestra, aunque tratemos de rechazarla. Descubrirnos en

ellos y reconstruir la cultura indígena es reencontrarnos con nuestra propia Identidad perdida,

porque ellos saben quiénes son pero nosotros no lo sabemos (Morales Méndez, 1977:25).

Cita que muestra nuestra motivación inicial y más profunda. Pero, la más

inmediata se relaciona con la información de que los indígenas kari’ña de Kashaama,

Municipio Freites del Estado Anzoátegui de la República Bolivariana de Venezuela,

venían realizando planes y consultas para reconstruir, en un espacio del territorio por

ellos ocupado, el patrón de asentamiento tradicional, desgraciadamente ignorado, por

quienes les impusieron el patrón de asentamiento criollo, cuyo símbolo central es la

vivienda rural. Consideramos de vital importancia socio-cultural que dicho proyecto

se lleve a cabo, puesto que posiblemente sirva como reivindicación y como modelo a

seguir por todos los habitantes de este pueblo.


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Después de haber mantenido una conversación con Alís Carreño, uno de los

principales promotores del proyecto antes nombrado, le solicitamos la posibilidad de

colaborar como estudiante tesista de la Escuela de Antropología de la Universidad

Central de Venezuela, realizando una investigación sobre el patrón de asentamiento

tradicional kari’ña. La respuesta fue positiva y nuestro compromiso científico-social

es hoy una realidad, sobre todo, cuando es necesario amortizar el efecto más negativo

que positivo del proceso de globalización hoy en marcha.


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Capítulo I Los kari’ña en las fuentes impresas


Los pueblos indígenas venezolanos, han vivido períodos sangrientos en el

tiempo, como lo relata Mosonyi (2000), al ser parcialmente exterminados en el siglo

XVI, por las huestes de invasores del continente Abya Yala (Madre Tierra), mal

llamado América, con el objetivo de la apropiación de las fecundas tierras indígenas.

Al transcurrir el tiempo y después de muchas luchas, los indígenas comenzaron a

recuperar, en el siglo XX sus derechos colectivos (Mosonyi, 2000) sobre sus

territorios; es decir: “...lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los

pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna manera” (O.I.T. Convenio 169

artículo l3,2).


Derechos colectivos emancipados con la ratificación del Convenio 169 y la

aprobación, en referéndum popular, de la nueva Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela en 1999, con lo cual se abrió una nueva esperanza para los

pueblos indígenas venezolanos.


Esta investigación, tiene su máxima justificación, en el hecho de que significa

un esfuerzo, por ofrecer un enfoque indígena kari’ña, sobre la ocupación del espacio

en los tiempos que transcurren. Enfoque indígena kari’ña enmarcado dentro de una

concepción ecologista mundial, que se puede relacionar con: Permacultura (ver anexo

N° 4), Ecovila (ver anexo N° 5) y Ecodiversidad (ver anexo N° 3), que plantean el

trabajar con la naturaleza y no contra ella.


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1. Estudios, investigaciones y trabajos sobre los indígenas caribes y sus

descendientes los indígenas kari’ña


Entre la amplia bibliografía sobre los indígenas caribes o kari’ña, podemos

citar: Histoire Naturelle ét Morale des Îles Antilles de L`Amerique ( 1665) de Cesar

Rochefort; Ensayo de Historia americana (1782) de Felipe Gilij; Los Indios caribes:

memorias de Venezuela (1886), de Ramón López; Etnografía americana: los indios

caribes, estudio sobre el origen del mito de la antropofagia (1921) de Julio César

Salas; The Barama River Caribs of B. Guiana (1936), de John Gillin; Los caribes de

la costa venezolana (1946), de Miguel Acosta Saignes; Les Caraibes: un peuple

étrange (1948), de Henry Lalung; Indios caribes, Kashaama : Notas para el estudio

antropométrico (1953), de Fleury Cuello; Processes of Karinya culture change in

response to industrial development (1965), de Karl Schewerin; The carib language

(1968), de Hoff; Más sobre caribes y chibchas (1971), de Rodolfo Luzardo;

Antropometría de los indios Cariña (1972), de Kohn de Brief; El hombre silvestre

ante la naturaleza y Religión y magia Kari’ña ambos libros de Marc de Civrieux

publicados en 1974; Los Indios caribes (1975) de Juan Moreno; Los caribes, realidad

o fábula: ensayo de rectificación histórica (1978) Jalid Sued Badillo; The Virgen

Island as an historical frontier between the Thainos and the Caribes (1979) de

Alfredo Figueredo; Las primeras noticias sobre los indios caribes (1981) de Ricardo

Alegría; "Hacia un modelo de estructura social caribe" (1981), de Morales Méndez y

Arvelo Jiménez; Proposiciones para el desarrollo socio-económico-cultural de las

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comunidades Kari’ña (1982) de Milagros Mata; Morfología Verbal del Idioma Cariña

(1982) de Jorge Mosonyi; Etnohistoria Kari’ña. Evaluación preliminar del impacto

sociocultural de la colonización (1985) de la Fundación: La Salle; Caribbean

Contours (1985) de Mintz y Price; "Un nuevo modelo de expansión Caribe para la

época prehispánica" (1985) de Kay Tarble; "Relaciones ambientales de los Kari’ña

(1987) de Alexander Mansutti; “Historia Kari’ña de los siglos XVI y XVII” (1987) de

Morales Méndez; De Prada y Biord Castillo, Akaatompo: ceremonia de muertos de la

C. Kari’ña en Kashaama (1992) de Alfonso Sandoval; Los Kari’ña (s/f), de Horacio

Biord y Enmanuelle Amodio; La Tierra de los Caribes. Creación y transformación de

los resguardos indígenas en el Oriente de Venezuela (1999) de Enmanuelle Amodio,

Del Morichal a la Sabana (1989), Apuntes para una historia de la resistencia

indígena (1986), Los Hombres del Onoto y la Macana (1986) y El Expediente 392 de

la Corte Suprema de Justicia (1996), de Filadelfo Morales Méndez.


Entre las monografías y tesis de grado sobre los indígenas kari’ña están:

Identidad y Cambio en la comunidad Kari’ña de Kashaama (1977) de Filadelfo

Morales Méndez; Tenencia de la Tierra Kari’ña (1977) de María Velásquez; Estudio

exploratorio sobre la concepción y uso del espacio en sociedades diferenciales: el

caso Kari’ña (1978) de Otto Rosales Cárdenas; Ritual de Akaatompo. Etnia Kari’ña,

Comunidad Tascabaña (1980) de Janette Gómez; Maremare y Akaatompo. La voz del

alma Kari’ña (2001) de Altair Ramírez; El impacto petrolero en la comunidad

indígena Kari’ña de Kashaama en el Estado Anzoátegui (2002) de Enrique Franco; y

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la tesis de maestría: Reconstrucción Etnohistórica de los Kari’ñas de los siglos XVI y

XVII (1979) de Filadelfo Morales Méndez.


2. Breve descripción de los indígenas kari’ña

2.1. Ubicación geográfica y población


En la República Bolivariana de Venezuela, las comunidades indígenas kari’ña

están situadas en los Estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre, es decir en la

región oriental de la República Bolivariana de Venezuela (ver figura No 1).


FIGURA No 1


UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LOS INDÍGENAS KARI’ÑA EN LA

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


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También las comunidades indígenas kari’ña están ubicados en la Guayana

Francesa, en Guyana y Surinam. (Arvelo Jiménez; Amodio; Biord Castillo; Morales

Méndez, 1991).


Esta ubicación actual de los kari’ña, coincide, en gran parte con la localización

antigua de su territorio étnico, lo cual constituye para algunos autores, una evidencia

de la continuidad histórica de este pueblo. (Arvelo Jiménez; y otros, 1991).


Ellos son los “caribes” de las fuentes históricas coloniales (Morales Méndez,

1979; 1989; 1990). De hecho, existen pruebas escritas y orales que permiten sostener

que los indígenas kari’ña son los descendientes de la nación indígena llamada “caribe”

(Morales Méndez, 1989). Civrieux (1976) los llama los “verdaderos caribes” (término

acotado por Im Thurn en sus investigaciones en 1883). Se encuentran ubicados

actualmente en una zona geográfica, que coincide con la distribución de las antiguas

reducciones de misiones caribes. Civrieux (1976) señala que los caribes reducidos en

misión de los Observantes por el fraile Fernando Ximénez, en la Mesa de Guanipa

(Estado Anzoátegui), habían sido aprisionados en ambas orillas del río Orinoco, cerca

de la Vuelta del Torno. Morales Méndez (1990) en sus investigaciones confirmó lo

sostenido por Civrieux, a partir de comunicaciones personales con los investigadores

Arvelo Jiménez y Heinen, así como por los datos esclarecidos en su tesis de maestría

Reconstrucción Etnohistórica de los Kari’ñas de los siglos XVI y XVII (1979).

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La población de los kari’ña en la República Bolivariana de Venezuela es de

unos 11 ó 12 mil individuos (Arvelo Jiménez; y otros, 1991).


2.1.1 Tronco lingüístico


Los kari’ña pertenecen al tronco lingüístico caribe. Se han realizado estudios

comparativos del idioma kari’ña, que demuestran, que este idioma es hablado por los

sucesores de los “verdaderos caribes” (Civrieux,1976).


2.1.2 Propuestas sobre el origen de los caribes por cronistas, historiadores y

antropólogos


Sued Badillo (1978) es de la opinión de que: “Las fuentes españolas del siglo

XVI poco aportan (...) por lo cual las opiniones de los viajeros franceses se han

convertido en fuente primaria para localizar el origen extrantillano de los temibles

caribes.” (97).


Propone, el mismo autor, que: “Tradicionalmente se ha dicho lo siguiente: que

los caribes tuvieron un origen Suramericano, posiblemente de las Guayanas o de las

márgenes del río Orinoco. Que entraron a las islas como pueblo conquistador...”

(Sued Badillo, 1978:97).


Es una tesis, escribe Sued Badillo, muy extendida, pero poco comprobada:

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El acuerdo más amplio entre los que se han dado la tarea de especular sobre el tema, gira

en torno al carácter ‘reciente’ de aquellos sucesos (...) Basta adelantar que su origen,

supuestamente guyanés, ha sido repetido ampliamente por autores modernos pero sin ninguna

evidencia bibliográfica (1978:98; cfr. Alegría, 1971; cfr. Civrieux, 1976).


Este autor descarta lo que él llama la principal evidencia documental que

tienen los autores que creen en el origen guyanés, como es la obra de Breton, quien

escribió un relato contado por un anciano de la isla Dominica. Este le contó que sus

antepasados eran oriundos de las Guayanas y parientes de los ‘galibis’ continentales.

Sued Badillo (1978) piensa que: “...sobre este cuerpo de leyendas se han apoyado

numerosos historiadores y antropólogos para fundamentar la teoría del origen de los

caribes y su invasión a las islas...” (98). Él apoya, más bien, la tesis propuesta por

Henry Dalton en el 1855, de “...que los caribes guyaneses que él entrevistó durante el

pasado siglo, se consideraban descendientes de emigrantes oriundos de las islas...”

(100), porque considera, que es “...difícil conciliar una invasión caribe a las Antillas,

mientras se llevaba a cabo un proceso similar en dirección contraria.” (Sued Badillo,

1978:101).


En el mismo orden de ideas, Salas (1924) expresó, sin mostrar evidencias, que

los caribes provienen de las pequeñas Antillas.


Por otra parte los interesantes análisis de Humboldt (1799) pueden servirnos

para disertar sobre el asunto:


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Era en tiempos pasados una opinión muy extendida que los caribes de las islas Antillas

tenían su origen en los pueblos guerreros del Darién, de los cuales tomaban también su nombre

(...) no negaré que verdaderos caribes hayan podido tener un establecimiento cerca del golfo de

Darién, y que hayan podido ser llevados hasta allí por las corrientes del Este, pero puede suceder

también que, poco atentos a las lenguas los navegantes españoles hayan nombrado caribe y

caníbal toda nación de una talla elevada y de una talla feroz. De todos modos, es poco probable

que la población caribe de las Antillas y de la Parima se haya impuesto a sí mismo un nombre de

la región que habitaba primitivamente.Hemos tenido ya ocasión de recordar muchas veces que

las palabras caribes y caníbales parecen significativas; que son epítetos que hacen alusión a la

valentía, a la fuerza y aún más, a la superioridad del espíritu (...) Sabemos que los caribes de la

Parima eran el pueblo más viajero de América; puede ser que individuos astutos de esta nación

vagabunda jugasen el mismo papel que los caldeos en el antiguo continente.... (22-23).

Este acucioso investigador, se pasea por diversas hipótesis sobre el lugar de

origen de los caribes:


Cuando una misma nación habita la Tierra Firme y las islas vecinas, se puede optar entre

dos hipótesis, suponiendo que la emigración se ha hecho de las islas al continente o del

continente a las islas (...) El archipiélago de las grandes y pequeñas Antillas tiene la forma de

una lengua de tierra estrecha y quebrada, paralela al Istmo de Panamá, y que reunía, según la

hipótesis de algunos geógrafos, la Florida con la extremidad Noreste de la América del Sur (...)

Esta configuración singular de las tierras ha servido para patrocinar los diferentes sistemas de

migración por los cuales se ha intentado explicar el establecimiento de los pueblos de raza

caribe en las islas y en el continente vecino. Los caribes del continente admiten que las pequeñas

Antillas estaban antiguamente habitadas por los Aruacas, (37) nación guerrera cuya gran masa

se encuentra aún en las márgenes malsanas del Surinam y del Berbice. Ellos dicen que esos

Aruacas, excepción hecha de las mujeres, fueron todos exterminados por caribes llegados de las

Bocas del Orinoco, y citan, en apoyo de esta tradición, las analogías observadas entre la lengua

de los Aruacas y la lengua de las mujeres entre los caribes. Pero es necesario recordar que los

Aruacas aunque enemigos de los caribes, pertenecían con estos a una misma rama de pueblos, y

que existen entre el Arauca y el caribe los mismos nexos que habían entre el griego y el persa, el

alemán y el sánscrito. Según otra tradición, los caribes de las islas llegaron del Sur, no como

conquistadores, sino expulsados de la Guayana por los Aruacas (...) Una tercera tradición, en

fin, que esta mucho más generalizada y es más verosímil, hace llegar los caribes de la América

septentrional, y especialmente de la Florida... (Humboldt, 1799:23-24).

Sin embargo, en oposición a que los caribes provienen de las pequeñas

Antillas, encontramos las investigaciones de Tarble (1985), quien explica que a partir

de las proposiciones de Steward (1948), distintos investigadores (Lathrap, 1970;

Meggers, 1975; Roosevelt, 1978 y 1980) han tratado de explicar los movimientos

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migratorios de los caribes con base en las evidencias arqueológicas y a la compleja

distribución lingüística y étnica actual.


Según Tarble, Lathrap plantea, que:


...el principal factor subyacente a las migraciones fue la fuerte presión demográfica en las

limitadas zonas ribereñas, las cuales eran principalmente apreciadas por su mayor fertilidad para

el cultivo de yuca. Además, Lathrap establece, por primera vez, una relación entre la tradición

arqueológica de cerámica con incisión fina aplicada y la expansión de las lenguas caribes, la

cual constituye una de las últimas oleadas (a partir de los 500 D.C.) que llegaron a la cuenca

amazónica. Lathrap piensa que el origen de los caribes se ubica en las cercanías de las tierras

altas de Guayana, posiblemente a lo largo de la ribera norteña del bajo Amazonas (...) Según

este autor, estos grupos conquistaron las principales vías fluviales, practicaban la antropofagia

masculina y se casaban con las mujeres de los que eran eliminados mediante tal práctica (...)

Este tipo de alianza matrimonial, además de hacer surgir variaciones lingüísticas, trajo como

consecuencia la aparición de estilos cerámicos regionales bien diferenciados. Otro aspecto

interesante del modelo de Lathrap es la posible relación entre la construcción de campos

elevados y las poblaciones caribe que experimentaban un aumento demográfico (1985: 46).


Tarble se pasea por la opinión de Schwerin y de Durbin (en Tarble, 1985).

Schwerin concibe la expansión caribe en dos etapas. Una primera que tuvo su origen

en la Cordillera Oriental de Colombia, alrededor de los 500 A.C. y que se dirigió al

Orinoco, Guayana y Amazonia, siendo el cultivo de maíz un factor importante de esta

migración. Y una segunda oleada expansiva que salió del Orinoco Medio alrededor de

los años 1000 D.C., destinándose al Bajo Orinoco, la costa y después a las Antillas.

Tarble (1985) dice que Schwerin no relaciona datos etnológicos, etnohistóricos ni

lingüísticos con la evidencia arqueológica.


Durbin sobre la base de la comparación lingüística y de la glotocronología

propone un modelo para explicar la fragmentación del Protocaribe. También

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reconstruyó la ubicación que tenían los grupos caribes al momento del contacto (en

Zucchi, 1985). Además estableció una división genética de esta familia lingüística,

que ha sido de mucha utilidad para los arqueólogos (Zucchi, 1985), y subdividió las

lenguas caribes en:


Grupos del norte


a) los caribes costeros

b) los del occidente de Guayana

c) los centrales de este-oeste de Guayana

d) los Galibí


Grupos del sur


a) caribe del sureste de Colombia

b) de la cuenca del Xingú

c) del sur de Guayana


Tarble (1985) piensa, que los modelos anteriores constituyen contribuciones a

la comprensión de la expansión de la lengua caribe, aunque les hace críticas por ser

monocasuales al prestar mucho énfasis a factores ambientales o tecnológicos, y por

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tender a generalizar y a concebir a todos los pueblos de lengua caribe como

homogéneos, cuando, como sostiene la misma investigadora:


...una revisión de las fuentes históricas, resalta la considerable variabilidad entre los diferentes

grupos; (...). Si se toma en cuenta esta variabilidad, el esquema de Durbin presenta ventajas con


respecto a otros modelos. La agrupación de lenguas en subgrupos o divisiones del tronco Proto-

caribe permite una reconstrucción más detallada de las expansiones, las cuales, a su vez,


deberían evidenciarse en los restos arqueológicos (...) los datos proporcionados por Durbin y

Seijas permiten la elaboración de un esquema que refleja la heterogeneidad indicada por las

fuentes etnohistóricas y etnográficas (1985: 50).


Tarble (1985) propone un nuevo modelo de expansión caribe, que describe en

cuatro etapas. Como Durbin, ubica el centro de expansión en la Guayana de

Venezuela, Guyana, Surinam o Guayana francesa, ya que las evidencias sugieren,


...que todos los caribe tuvieron su origen en las zonas interfluviales; constatamos, además, que,

en algunos casos, migraron hacia los ríos principales. Este resultado entra en contradicción con

la literatura; según ésta, son grupos deculturados que fueron empujados desde los ríos

principales hacia tierra adentro (Lathrap 1970:83; 1973a : 94) (74).


Tesis defendida también por Horacio Biord y Jorge Mosonyi, quienes afirman,

que:


...Por la mayor diversidad de lenguas caribes existentes en el área del Macizo Guayanés, es

probable que los hablantes del protocaribe habitaran en el cuadrante noreste del Amazonas, es

decir, en la región de las Guayanas (hoy territorios de Brasil, Venezuela y Guyana).(2001:27).

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Por su parte, Civrieux (1976) halló que la extensión en Tierra Firme del

territorio indígena caribe, en el continente llamado actualmente América, durante la

época de la Conquista, era sumamente amplia y que abarcaba dos áreas principales: un

área occidental, conceptualizada como la zona entre ambas bandas del río Orinoco y

que se extendía al norte a través del Alto Llano, y al sur, las selvas que se encuentran

entre los ríos Orinoco, Caura, Caroní y Paragua; y una área oriental que comprendía el

Brazo Imataca del río Orinoco, la Serranía de Imataca, el río Cuyuní y el río Esequibo.


2.2. Orígenes históricos de algunas de las primeras reducciones kari’ña


Civrieux (1976), narra ciertos hechos relevantes en cuanto a las

movilizaciones y emplazamientos de los caribes durante la época de la Conquista. En

el Siglo XVI, entre 1570 y 1580, los caribes poseían bases transitorias o permanentes

en las costas de Tierra Firme, desde Río Caribe (actual Estado Sucre), hasta “las

espaldas de Cumaná”. Durante este siglo, los contactos entre los Conquistadores y los

Caribes fueron esporádicos, aunque fueron en aumento a lo largo del Siglo XVII.


En el Siglo XVIII, específicamente en 1721, el padre José Jurado, Observante,

no se detendrá –según las fuentes históricas- hasta lograr hacer prisioneros a una

buena cantidad de familias indígenas caribes, apresadas en las llamadas reducciones

en las inmediaciones del río Pao, al norte de la “Vuelta del Torno” del río Orinoco. En

1722, el padre Jurado manda a construir el primer pueblo Observante de reducción

30


caribe, para esta fecha concentrados en la misión de San Lorenzo, principalmente

integrada por indígenas palenques. A esta nueva misión se le coloca por nombre San

Salvador de Panapotar, que se encontraba cerca de la boca del río Sacacuar. Se

realizan “incursiones” en el río Guayana o Guachupa (hoy río Guaicupa), afluente del

Orinoco, para aumentar la población de indígenas caribes capturados.


En 1734, Los Capuchinos catalanes, quienes no se habían atrevido a fundar

misiones caribes hasta entonces, proceden a fundar San Miguel de El Palmar, ubicada

al pie de la Sierra de Imataca.


En 1740, a raíz del enfrentamiento entre familias caribes de la misión de San

Joaquín de Parirí, Fernando Ximénez, encargado de este pueblo de reducción desde

1724, “autoriza” a una de las familias caribes a abandonar la misión, con la condición

de que se instalaran en la Mesa de Guanipa, cerca de Parirí. Es entonces cuando esta

familia caribe se traslada al sitio de Camariapa o Chamariapa (hoy Cantaura),

ubicado este lugar cerca de las cabeceras del río Aragua, donde según los datos

instalan una casa comunal, aparentemente independiente. Ximénez mediante técnicas

persuasivas y mediante la ayuda de esta familia, intentará congregar más indígenas

para así crear una “nueva población”.


Ximénez repite esta estrategia en Pariaguán, en las cabeceras del río Unare.

Allí también se levantan dos casas comunales. Y se le da por nombre aldea de

Pariaguán.


31


En 1750, se mencionan “mudanzas” de misiones programadas por los

encargados de las mismas. Un caso es el de la misión de caribes de Santa Ana,

mudada desde el sitio de Anaco, donde fue fundada, hasta la orilla de la quebrada

Oropiche (sitio actual de Santa Ana, en la Mesa de Guanipa).


En 1782, llega al continente americano el ingeniero español Chávez y

Mendoza, con el fin de mensurar las tierras de los pueblos indígenas de reducción y

proceder a concederles títulos de propiedad.


2.3. Organización social del pueblo kari’ña y de sus comunidades

2.3.1 Organización familiar


En cuanto a la organización social, la familia kari’ña es extendida. El patrón de

asentamiento tradicional estaba conformado por la casa materna, habitada por la

pareja principal, con sus hijos e hijas solteras; las hijas casadas, a medida que se

casaban, construían sus casas cerca de la de su madre; mientras que los hijos casados,

se iban a vivir a la comunidad de la esposa. Cada una de estas familias reproducía el

modelo de asentamiento matrilocal, patrón preferencial, presente hasta finales de la

década del 70 (Morales Méndez, 1989). De igual manera, económicamente,

conformaban una unidad básica de producción y consumo, donde la máxima autoridad

en cada una de las casas era el anciano (Morales Méndez y Arvelo Jiménez, 1981)

(ver figura N° 2).


32


FIGURA No 2

PUEBLO KARI’ÑA (S. XVI- XVII).


Los matrimonios kari’ña eran generalmente monógamos; es decir, el hombre

estaba casado con una sola mujer. El hombre podía ser polígamo, o sea, tener varias

esposas, pero prefería tener una sola debido a la obligación de cuidarlas y de trabajar

para los suegros como se acostumbra en muchas sociedades indígenas (Morales

Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987).


En cuanto al sistema de parentesco, éste sigue siendo, según Morales Méndez

(1989), una clave importante para comprender el proceso de reproducción de las

comunidades indígenas de manera biológica y cultural. Entre los kari’ña hay tres

reglas que rigen el matrimonio: la endogamia, caracterizada por ser deseable el

matrimonio con familiares cercanos; el matrimonio preferencial con los primos

cruzados, y la posibilidad del matrimonio avuncular (matrimonio entre tío y sobrina)

(Morales Méndez, 1989).


33


Fuente: (Morales Méndez, 1989:29).


También Morales Méndez (1989) enfatiza, que las reglas culturalmente

determinadas en el sistema de parentesco, permiten entender mejor la totalidad de la

cultura, de su patrón de asentamiento, de su organización política, y de su ethos

nacional. Un patrón de comportamiento particular de la cultura kari’ña es la

uxorilocalidad, patrón que exige que la mujer fije, al casarse, su lugar de residencia

cerca de la casa su madre (matrilocalidad), o cerca de ella (matrivecindad) (Morales

Méndez, 1989) (ver figura N° 3).


FIGURA No 3


FAMILIA EXTENDIDA: UNIDAD BÁSICA DEL PATRÓN DE ASENTAMIENTO


KARI’ÑA


Fuente: (Morales Méndez, 1989:31).


34


Según las evidencias históricas, la


...convivencia entre familiares era armónica y solidaria. Los niños eran socializados en un

ambiente donde predominaban la afabilidad y el compañerismo. Solían cargarlos y

acostumbraban educarlos con amor y ternura. Desde pequeños los niños eran enseñados a

respetar a los ancianos y a verlos como depositarios de la historia y de las costumbres

tradicionales de su Pueblo ( Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987: 87).

Así pues, la continuidad de la familia extendida está asegurada por la

matrilocalidad y las reglas matrimoniales derivadas del sistema de parentesco kari’ña.

Caulin1

dejó un testimonio muy importante sobre las relaciones sociales entre


los caribes;


La política de los Indios consiste en respetar a los ancianos, en cuya presencia no se sientan

los mozos, quando están de común congregados. En las faginas, o trabajos de Comunidad, los

jóvenes sirven a los mayores, administrándoles la comida, y la bebida, que entre ellos se reparte.

Y generalmente lo que un anciano manda a un joven, lo ejecuta este sin réplica, ni reparo, en que

sea, o no pariente, o persona de Justicia. De ordinario comen juntos dos, o tres amigos; y rara

vez se sientan las mugeres a comer con sus maridos; costumbre que observa también la mayor

parte de esta Provincia, especialmente si tienen huésped (1759: 91-92).

Relaciones, que transcendían la vida mortal de sus deudos:


Con sus difuntos son demasiadamente compasivos; si son de los principales, y mueren en

su infidelidad, los suelen tener ocho, y más días sin enterrar, cantando sus proezas, y habilidades

con extraordinarias, y ridículas ceremonias, al son de varios instrumentos, y fúnebres flautas; en

el ínterin les van preparando la sepultura, unos tejiéndola de caña bien labradas, otros vistiendo

el sepulcro interiormente de estaquillas, y lo mismo la cubierta, para que no los consuma la

tierra. Allí los meten con sus armas, y prevención de bebidas, para que se alimenten, mientras

llegan a cierto paraje, donde imaginan, que transmigran después de muertos, en compañía de sus

padres, parientes, y amigos cercanos. Luego suelen desamparar la casa, huyendo del diablo, a

quien atribuyen aquella, y las demás muertes, y todo genero de infortunios. Pasado un año,

suelen en algunas Naciones juntarse los parientes del difunto, y sacando los huesos, los llevan

procesionalmente a un sitio, donde los queman, hasta reducirlos a ceniza, que después arrojan

por los aires, creyendo que se van a convertir en lluvias, que manda el difunto en

correspondencia de sus exequias (Caulin,1759: 92).

La pareja mantenía la solidaridad del hogar, realizando sus propias labores:

1

Todas las citas de Caulin están transcritas en el español contemporáneo.


35


....sus mujeres cuidan meticulosamente de la casa y allí trabajan. Ellos ciertamente talan de los

árboles de altos troncos, necesarios para sus viviendas; construyen sus casas, y tienen cuidado de

mantener el edificio mediante las reparaciones necesarias. Pero las mujeres están encargadas de

todo lo que se necesita para la subsistencia de la familia. Ellos van a la caza y a la pesca ....

(Cárdenas Ruíz 1981: 360).


2.3.2 Organización socio-económica


Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada (1987), coinciden en que los

indígenas kari’ña, mucho antes de la llegada de los europeos, poseían un sistema de

vida propio, que les permitía satisfacer todas sus necesidades, a través de su

tecnología para conseguir alimentos, edificar viviendas y movilizarse; así como la

adaptación para la utilización de los recursos disponibles para actividades de defensa

y medicinales. Estaban integrados a una amplia red de comercialización con otros

Pueblos indígenas de la región, red que formaba parte de un vasto sistema de

interdependencia regional, a través del cual se intercambiaban productos, además de

utilizar la concha de la quiripa como moneda.


Los indígenas kari’ña, al igual que las restantes naciones indígenas

amazónicas, se caracterizaban y, hasta cierto punto, se siguen caracterizando, por ser

una sociedad igualitaria, sin estratificación social. Entre ellos no existía el

acaparamiento de mercancías y los bienes estaban al servicio de la comunidad. La

tierra no tenía valor comercial sino de uso y cada familia nuclear cultivaba su conuco

36


sin que existiera la noción de la tan discutida propiedad privada (Morales Méndez; y

otros 1987).


Schwerin (1966) expresa, que la horticultura fue el principal medio de

subsistencia, siendo el trabajo en los morichales la más importante técnica de

producción de alimentos; morichales drenados por acequias o “bucos”, considerados

por Denevan y Schwerin (1978), como uno de los mejores ejemplos de ingenio

humano, para utilizar “habitates” marginales para producción de comida. Y es que los

Llanos bajos, nunca habían atraído a los caribes, por no tener técnicas convenientes

para cultivar allí (Denevan y Schwerin, 1978). Sin embargo, ellos tuvieron que

desarrollar técnicas adecuadas para la utilización de los caudales de agua en la ribera

del Orinoco, lo que permitió trabajar las tierras de los morichales en la región de las

Mesas, en los Llanos (Denevan y Schwerin, 1978).


Denevan y Schwerin, (1978) en las conclusiones de sus investigaciones dicen

que el terreno húmedo del morichal es muy fértil, pero requiere varios años de labor

cooperativa para zanjear las acequias y drenar suficientemente el suelo para poder

plantar con éxito.


Rosales Cárdenas recopiló en sus testimonios el siguiente relato de Pedro

Medina, que para el año de 1978 tenía 65 años:


37


Con el conuco había que trabajarlo con los hijos míos, así como ahora, pero con todos mis

hijos y así cualquiera de nosotros que tenga conuco tiene que ir a trabajar el conuco de él. Papá,

mi finado papá, me contaba que antes se trabajaba como estamos trabajando ahora, así como

estamos trabajando la parcela se reunían bastantes personas y por ejemplo: éste es el dueño de

conuco y éste de otro. Entonces, principiaban aquí, terminaban aquí y empezaban en el otro y en

el otro hasta dejar listo todo pa`sembrar la tierra y así eran como se ayudaban y así era en la

comida. No era paila sino un fondo, todo el que está ahí cerquita se convidaba a comer, eso si,

así me contaba papá: las mujeres también trabajaban, bueno trabajaban o no. Así era la

costumbre de ellos, todos comían en una sola casa... (1978: 42-43).

En cuanto a la manutención, los indígenas kari’ña generalmente consumían

los alimentos frescos, preparaban harina de pescado y secaban carne de tortuga. Los

huevos de este animal, que eran muy apreciados, los conservaban en sal. La yuca

amarga servía para preparar el casabe (areepa). También hacían sogas y cuerdas de

cocuiza, algodón y otras especies vegetales. Fabricaban hamacas de algodón,

decoradas con pintura llamativa. Los hombres hacían cestas, sillas y pequeñas mesas

fabricadas con aroma, una planta parecida al mimbre. La dieta kari’ña era

suplementada con el producto de la caza y la pesca (Ruiz Blanco en Schwerin, 1966:

33).


Según Caulin, los caribes:


Rara vez salen del poblado, sin llevar consigo su arco, y flechas para defenderse de las

fieras, y hacer cacería para alimento de sus familias (...) son tan moderados en la dieta, que no

mudarán de su acostumbrado alimento, aunque se les de por fineza el mayor regalo, si es cosa, a

que ellos no están acostumbrados. De aquí nace, a mi ver, el vivir muchos indios hasta edad

muy avanzada; y generalmente no padecen algunas enfermedades, que acometen a los

Españoles, como fluxiones reumáticas, dolores de muela, mal de orina... (1759:90-91).


Alvarado (1923) habla de la fabricación de espuertas (cestas) hechas de

mimbre; encellas (moldes) de tiras de píritu para moldear y prensar quesos,

38


sebucanes, tejidos con tallos de píritu y albarico; chinchorros de moriche o de

curagua, para dormir y descansar; rallos; morteros de madera, etc; piedras de moler el

maíz, que eran comunes en toda Venezuela. Salas (1924), hace referencia a una

butaca de cuatro palos y respaldo que los caribes llamaban duho, barnizada en algunas

partes y en otras labrada con varios arabescos. Pudiera ser el “dure” o “muure” citado

por Carvajal (1956).


Gilij (en Morales Méndez 1990), hace referencia al intercambio de prisioneros

de guerra por telas, entre los kari’ña y los holandeses. Había una tela azul, la celebre

“holandilla”, que los kari’ña llaman todavía hoy, “blandilla”, utilizada por los

hombres como una larga falda, junto con una guayabera.


En cuanto al fuego:


...Los caribes (...) utilizan (...) aceite de pescado poniendo algodón en unas lámparas para

iluminarse durante las tinieblas de la noche. Pero la mayor parte no tienen otras luces por la

noche que una madera muy susceptible al fuego que ellos conservan para este efecto y que los

nuestros, debido a eso, llaman tea (...) Si el fuego de los caribes se apaga ellos saben el secreto

de atizarlos con dos maderas de emajagua que frotan la una con la otra y por este roce toman

fuego y se prenden en poco tiempo....(Cárdenas Ruíz 1981:361).


39


2.3.3 Organización socio-política


Schwerin plantea, que no se tiene indicación de que el llamado “cacique” haya

tenido mucha influencia o autoridad en algún asentamiento. Schwerin cree que, quizás

fueron los españoles los que atribuyeron demasiada autoridad al cacique.


Unfortunately it is not at all clear whether a village in earlier times consisted of just one

communal dwelling, or if several such structures were to be found clustered together in each

community. Thus the real strength of the chief or cacique is a matter of debate. However, there

is no indication that the cacique ever had influence or authority over more than the local

settlement in which he was resident. The Spaniards probably attributed too much authority to

the cacique, for it is likely that he only held a position of prestige and influence, rather than one

of unquestioned authority... (1966: 35).


Schwerin sostiene, que la mayor función del cacique fue la de un coordinador

de la opinión comunitaria y de la actividad colectiva, logrando de esta manera

iniciativas como la cayapa, trabajo del campo o erección de nuevas viviendas:


Rather than being an authoritative figure, however, his major function was as focus of

community sentiment and activity. It was he who initiated group labor (cayapa) in clearing new

fields or erecting a new house, and it is also possible that he serve as the leader in war. The

cacique further had an economic function as a redistributive center. Goods and produce were

given to him as gifts, and they were used by him to feed the labor on cayapa, or to enhance the

festivities on the occasion of a community celebration (1966: 36).

Morales Méndez; Biord Castillo y De Prada (1987), sostienen, que

políticamente cada comunidad kari’ña era autónoma y tenía un “jefe” o “dopooto”,

quien organizaba las actividades colectivas. Este jefe contaba con un consejo asesor

integrado por ancianos de la comunidad (Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada,

40


1987). Pero, contrariamente a lo que afirma Schwerin, sí existen evidencias sobre el

papel cumplido por los jefes guerreros:


...los pueblos no estaban aislados, sino que varios de ellos formaban políticamente parte de una

‘provincia’, que repetía el esquema básico del pueblo: la máxima autoridad era un Jefe Guerrero

elegido entre los jefes de cada uno de los pueblos, conformando éstos últimos el Consejo de

Jefes...(Morales Méndez y Arvelo Jiménez, 1981:609).


Existía interrelación entre los asentamientos tradicionales y la organización

política de los kari’ña. De hecho cada pueblo era autónomo políticamente, pero en

caso de peligro bélico conformaban una unidad superior o provincia que al

desaparecer el peligro se descentralizaba (Morales Méndez; y otros, 1987) (ver figura

N° 4).


41


FIGURA No 4


PROVINCIA KARI’ÑA (S. XVI- XVII).


Fuente: (Morales Méndez, 1989:30).


2.3.4 Organización religiosa

2.3.4.1 Creencias


Lo religioso impregna toda la vida de los kari’ña, ya que: “...Los momentos

más importantes de la vida kari’ña (están) acompañados por las ceremonias

religiosas...” (Morales Méndez, Amodio, Biord Castillo, 1989:48). Ceremonias que

constituyeron y constituyen la base de su religión (Civrieux, 1974). En efecto, “El

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kari’ña, si quiere vivir feliz y no enfermarse, necesita acordarse de los reglamentos y

respetarlos cada vez que emprende acción” (Civrieux , 1974:13).


Los héroes ancestrales son los que trajeron del cielo a la tierra la sabiduría, las

leyes y la cultura. Son conocidos como duumü (padre), chanko (protector, dueño),

dopooto (jefe). Penaato es el tiempo sagrado original que es percibido como eterno

presente y con el cual se ponen en contacto los püiddei o shamanes.


Dentro de la cosmogonía kari’ña, se reconocen poderes invisibles. El máximo

poder es el de Kaaputaano o morador del cielo, quien a su vez tiene bajo sus

dominios, otros dominios como son: el dueño del Cerro (Maavare), el dueño del Agua

(Akoodummuo), y el dueño de la Tierra (Yoorojka). Además, reconocen que

“....Existen, (...) dos esferas bien delimitadas de influencia, la de la Tierra y la del

Cielo.” (1974:118).


El cielo es la esfera principal, ya que, para el kari’ña,


Existe una identidad entre el cielo (ka.pu) y las ideas de actuar, poder, hacer, ser eficiente,

crear (ka’pï, kapïrï) de modo que todo lo bueno, justo, poderoso, saludable y autentico procede

del Cielo y que ninguna acción valedera puede improvisarse en la Tierra. Todo debe seguir lo

establecido por los celestes modelos (kaputano). Ellos son los guías primordiales de la acción

eficiente. Con su O.mampuo (conducta, acción), han mostrado todos los caminos, han poblado

la Tierra con todos los seres de ahora y traído todas las riquezas y comidas las cuales los mismos

kaputano disfrutaban en ka.pu, su morada. Allí preexistían todas las clases o especies de seres;

nunca fueron creadas, porque el Cielo es eterno, siempre tuvo vida, y no tuvo principio. Es el

‘pasado primigenio’ en que el orden de las cosas terrestres quedo establecido para siempre; es la

raíz del presente (Civrieux, 1974:14).


43


En su vida terrenal, “Todo kari’ña tiene dos clases de familiares: los vivientes

y las almas muertas recientemente” (Civrieux, 1974 :121). Los muertos ocupan un

lugar privilegiado en su cosmovisión:


Los akaton-ioroskan, en realidad, han cambiado de familia, ya no son askari (familiares

vivos); han sido adoptados por la gente del pueblo de Ioroska, pero al principio, durante un año,

no logran darse cuento de ello, no tienen conciencia de su nueva condición y por ellos siguen

apegados emocionalmente a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, y no quieren abandonarlos;

inquietos y agresivos, merodean en torno a su antigua casa, a su sepultura, y así asombran o

agarran a cualquiera, sobre todo los niños. El akaatompo no daña por el placer de dañar,

encuentra natural el perseguir a sus seres queridos y los enferman sin querer... (Civrieux,

1974:121-122).

Refiere Civrieux que:


A veces el akaton-ioroskan se manifiesta como Shiviaru, Torbellino o Chubasco. Camina

por la sabana y se acerca a una casa, levanta una tempestad de hojas, polvo y arena, y así lo

pueden ver desde lejos, como un verdadero fantasma. Para que lo vean sus familiares, llama a

Pecho (El Espíritu del Viento) al cual tiene bajo su control, se envuelve en el como en una manta

y así arropado anda, destruyendo todo a su paso. Si llega a visitar su antigua choza, la destroza

(1974:122).

Al ocultarse el sol,


Como los espíritus de la Tierra son mucho más activos durante la noche, los kari’ña deben

quedarse tranquilos, preferentemente en su casa y protegidos por Vasto (el Fuego), no deben de

caminar, ni cazar, pescar, cosechar ni trabajar la tierra cuando se acerca la noche y mucho menos

en la oscuridad. Las horas en que sale Ioroska y su gente, están prohibidas por todas esas

actividades, y lo mejor es acostarse con el sol y levantarse una hora antes del amanecer

(Civrieux, 1974:125)

Por último, es importante señalar, que dentro de la filosofía de la cultura

kari’ña existe el O’ma o camino, que debe ser seguido por los individuos y la

comunidad. La palabra O’ma tiene los siguientes significados simbólicos: camino,

tradición oral, pautas antiguas, deberes religiosos, sabiduría, etc., (Civrieux, 1974). De

44


igual manera el O’ma tiene un depositario que es el poblado donde reside cada

hombre, por lo tanto, “... existe una dependencia sagrada del hombre con respecto a

su caserío y a la comunidad familiar extendida (...), ya que ésta es homónimo de

tradición y de antigüedad”. (Civrieux, 1974:16).


Lo anterior esta muy ligado al hecho de que la máxima virtud del individuo

consiste en mantenerse respetuoso (nendoto), venerar, obedecer a los ancianos y

practicar sus consejos (Civrieux, 1974).


2.3.4.2 Rituales


Civrieux, (1995) reconoce una serie de rituales en torno a la muerte que

caracterizan el esquema funerario kari’ña ancestral. Este abarca un ciclo astronómico


de un año y comprende tres fases: 1) Fase Vaarepooko: conformada por tres sub-

etapas: el velorio, la destilación y la recolección de la grasa del cadáver y entierro


provisorio con fuego; 2) Fase Voomankatoopo: ésta fase comprende cuatro sub-

etapas; la Ceremonia toma de luto (el noveno día); primera fase del luto; desentierro y


quema de la momia y segunda fase del luto; 3) Fase Vepeekotoono: comprendida por

dos etapas; la ceremonia de ‘quita de luto’ y quema de casas y el baile (el noveno día

después del año).


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Esta serie de ritos, durante un año, es lo que logra que el alma del difunto se

libere de la tierra para reintegrarse al cielo. De ésta manera deja de molestar a sus

familiares al convertirse en un espíritu protector (Civrieux, 1995).


Haremos énfasis en explicar el ritual de baile con música llamado maremare.

Este ritual se celebra nueve días después de haber cumplido un año de la muerte el

difunto. Con este ritual colectivo se cierra el ciclo funerario entre los kari’ña. Es una

fiesta de desbordamiento puesto que el muerto: “...ha retornado a la vida bajo una

nueva forma espiritual.” (Civrieux, 1995:49).


El maremare funerario constaba de dos tiempos: en el primero la música era

suave y en el segundo el tono se elevaba. Era un maremare de carácter sagrado y

religioso. Sin embargo, éste que se ha seguido celebrando hasta el presente, ha

perdido su ritual exclusivo de luto (Civrieux, 1995) (ver foto N° 1).


46


FOTO No 1

BAILE MAREMARE


El antiguo complejo ritual funerario se ha conservado particularmente en las “lloras” colectiva e

individual, en las invocaciones y conjuros familiares, con cierta pureza y candor originales. Pero

los otros ritos funerarios ancestrales, bajo las presiones culturales colonialistas, han perdido

gradualmente su carácter ritual y su trasfondo (...) tal es el caso del maremare. El maremare ha

sido profanado por la intransigencia cultural y ya se puede improvisar en cualquier momento...

(Civrieux, 1995:51).


Por otra parte, el akaatompo o “vuelta de los muertos” (Civrieux, 1995) es una

tradición transformada a partir de los ritos católicos. El akaatompo es una llamada

dirigida a la sombra de un antepasado (Civrieux, 1995), que a raíz de la cristianización

se hizo coincidir con el día 2 de noviembre, o “Día de los Muertos” (Civrieux, 1995).

En el akaatompo los músicos van de casa en casa repitiendo la invocación espiritual

(ver foto N° 2).


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FOTO No2

CANTOS RECORDATORIOS


2.4. Patrón de asentamiento kari’ña

2.4.1 Hábitat


Es importante precisar, a los fines de este trabajo, que: “Los kari’ña

manejaban tres tipos principales de habitates o ecosistemas: el de bosque tropical, el

de las islas del Mar Caribe y el de las sabanas llaneras...” (Morales Méndez, Biord

Castillo y De Prada, 1987:82).


Schwerin (1966) hace referencia a las Mesas Orientales de los Llanos de

Venezuela. Las caracteriza por su elevación de 100 a 300 metros y por su erosionada

superficie. A este complejo geográfico pertenecen la Mesa de Urica, la Mesa de

48


Guanipa (emplazamiento de la comunidad kari’ña de Kashaama) y la Mesa Morichal

Largo, entre otras.


De igual manera;


El ecosistema de sabanas puede ser dividido en dos ecotipos: el de sabana propiamente

dicho y el de morichales (...). El ecotipo de sabana, cubierto con hierbas denominadas

gramíneas, tiene suelos poco fértiles. En las sabanas crecen especies mayores como la Curata, el

manteco y el Alcornoque. En los llanos del Estado Anzoátegui se encuentran unas formaciones

geológicas particulares, denominadas ‘mesas’, que consisten en una elevación plana del terreno.

En las laderas o farallones de estas mesas nacen riachuelos que en algunos casos llegan a formar

ríos de mayores dimensiones. La temperatura de la región es superior a los 24o C. y tiene un

clima tropical lluvioso, caracterizado por la existencia de dos períodos o estaciones: el de sequía

o verano (diciembre-abril) y el lluvioso o invierno (mayo-noviembre) (Morales Méndez, Biord

Castillo y De Prada, 1987:83) (ver foto No 3).


FOTO No 3


FARALLONES ALREDEDOR DE KASHAAMA


49


La principal característica del hábitat kari’ña era la diversidad de recursos

aprovechables. Los kari’ña hacían uso integral del ambiente, debido a que no sólo

aprovechaban un espacio limitado de conucos para la producción agrícola, sino que

también practicaban la caza, la pesca y la recolección en las áreas vecinas de cada

comunidad (Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987).


2.4.2 Patrón tradicional de asentamiento kari’ña


En cuanto al patrón de asentamiento tradicional kari’ña, Morales Méndez

(1989) sostiene que en el momento del contacto de los kari’ña con los colonizadores

europeos, la población de los indígenas kari’ña se encontraba distribuida en las islas,

en las costas de tierra firme, en los llanos y en las riberas del Río Orinoco

(Venezuela). Según algunos autores,


El patrón de asentamiento tradicional de los indígenas kari ́ña puede considerarse típico de

las poblaciones caribes de sabana: comunidades formadas por casas dispersas en un área no muy

extensa, habitadas por familias extendidas. Cuando las familias aumentaban, la comunidad se

dividía y daba origen a una nueva que se establecía en la misma área o en otra contigua. (Arvelo

Jiménez; Amodio; Biord Castillo; Morales Méndez, 1991:9).

Esta escisión de grupos familiares se debe a que el número de pobladores

sobrepasa la capacidad ambiental y socio-cultural para sobrevivir (Arvelo Jiménez;

Amodio; Biord Castillo; Morales Méndez, 1991).


Schwerin (1966; cfr. Morales Méndez, 1989) halló entre los kari’ña, la

existencia de una estructura de asentamiento residencial parental, que pasó de una

50


casa comunal circular a viviendas separadas, pero reunidas como vecindario,

manteniendo de alguna forma la proximidad residencial parental, que ayudó a

mantener el control de las relaciones familiares entre los residentes de los vecindarios.

Según Denevan y Schwerin (1978) estos asentamientos estaban localizados cerca de

los flujos de agua. Los lugares de las viviendas en la sabana, a veces eran distinguibles

a grandes distancias por la presencia de mangales (Denevan y Schwerin, 1978). La

distancia de los conucos, dentro de los morichales, podía tener un kilómetro o más

(Denevan y Schwerin, 1978).


En el territorio kari’ña de la Mesa de Guanipa, Estado Anzoátegui, existen

espacios denominados sagrados como los “Farallones de Chimire” y “Cerro Negro”

ubicados de manera limítrofe como culminación de colinas, donde el asentamiento

de viviendas está prohibido (ver foto N° 4 ).


51


FOTO No 4

FARALLONES DE CHIMIRE


Se nos informó (Alís Carreño, 2002) que los kari’ña consideran estos espacios

como centros espirituales, ya que, por ejemplo, el espacio donde se encuentra “Cerro

Negro”, alberga en su interior una culebra llamada Tascabay, la cual se comunica

exclusivamente con los “püddai”, shamanes kari’ña, reconocidos por tener

características paranormales de percepción extrasensorial, con lo que logran

comunicarse con muchas especies de animales (cfr. Civrieux, 1974) (ver foto No 5).

52


FOTO No 5

CERRO NEGRO


Es importante acotar las consecuencias de la presencia de los misioneros entre

los kari’ña en la época colonial (Civrieux 1976; Morales Méndez 1977, 1990). Los

misioneros como agentes al servicio del imperio español, impusieron cambios en el

patrón de asentamiento tradicional kari’ña y en su patrón de organización política y

económica (Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987; Morales Méndez

1990). La población fue nucleada en aldeas, que en ocasiones fueron definidas por el

estatuto jurídico de los pueblos de misión (Arvelo Jiménez; Amodio; Biord Castillo;

Morales Méndez, 1991). De manera que:


53


...el aldeamiento centralizado es anterior a la construcción de ‘viviendas rurales’, bien como

continuación de un proceso de origen colonial, o bien porque la implantación de escuelas obligó

a la población dispersa a acercarse progresivamente a ese nuevo núcleo de servicios. (Arvelo

Jiménez; Amodio; Biord Castillo; Morales Méndez, 1991: 11).


En el período de gobierno republicano, en los últimos treinta años del Siglo

XX, uno de los objetivos del Estado fue reagrupar a la población indígena diseminada

en sus tierras ancestrales, en viviendas rurales, estandarizadas, negadoras de todo

simbolismo y significación del patrón de asentamiento tradicional kari’ña. Hecho que

dejó como consecuencias, el debilitamiento de la identidad kari’ña y de su autoestima

y su progresiva asimilación a la cultura mayoritaria dominante.


En la investigación de campo realizada entre los años 1988 y 1989 por Arvelo

Jiménez, Amodio, Biord Castillo y Morales Méndez, (1991), se encontró que de las

34 comunidades consideradas en las encuestas respectivas, 9 mantienen un patrón

disperso, y las otras restantes están agrupadas en aldeas. Sin embargo en esas

comunidades “aldeadas”, un cierto número de familias continúa viviendo en casas

dispersas por el territorio.


54


2.4.3 Historia de la vivienda kari’ña


Muchas son las descripciones que existen sobre la vivienda tradicional kari’ña.

Tomaremos sólo algunos textos, a manera de ejemplificación.


César de Rochefort, describe las viviendas de los caribes, como pequeñas

chozas,


...hechas en forma oval, con piezas de madera hincadas en tierra, sobre las cuales se levanta un

techado de hojas de palma o de cañas de azúcar, o de algunas hierbas que ellos saben disponer

tan bien y unir tan apropiadamente unas con otras que, bajo esta cubierta, que cae hasta tierra, se

encuentran a prueba de la lluvia y de los azotes del tiempo. Y este techo, tan débil como parece,

dura bien tres o cuatro años sin romperse, siempre que no venga un huracán... (Cárdenas Ruíz

1981:356).

Ruiz Blanco señala que las familias nucleares caribes vivían en casas

comunales que eran:


...muy grandes, esféricas, formadas de madera, con tres naves y techadas de palma con

curiosidad. En lo interior usan de particiones, en que se alberga cada familia, y ordinariamente

son todos parientes los que habitan en una casa. (en Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada,

1987:91, cfr: Alvarado1923, cfr. Schwerin, 1966).


Para construir éstas viviendas los indígenas:


Construyen primero el perímetro de la casa con árboles altísimos, clavados en tierra a

manera de estacas, y colocan por la parte de adentro unas vigas de cortas dimensiones destinadas

a sostener los exteriores para que no se caigan; juntan las extremidades de las astas en forma de

tienda de campaña de tal manera que todas las casas presentan techos puntiagudos. Cúbrenlas

55


después con hojas de palmera y de otros árboles parecidos, entretejidos de modo eficacísimo

contra la lluvia (Mártir de Anglería en Morales Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987:91).

César de Rochefort, ofrece la siguiente descripción:


...los caribes emplean también pequeñas ramas entrelazadas para hacer empalizadas que sirven

de murallas a sus viviendas. Bajo cada techado hacen tantas separaciones como habitaciones

quieren. Una simple estera hace entre ellos la función de nuestras puertas, de nuestros cerrojos y

de nuestras cerraduras. El cielo raso es el techado mismo, y el suelo no es más que de tierra

pisada. Pero tienen un cuidado tal de tenerlo aseado que lo limpian todas las veces que se dan

cuenta de la menor suciedad.... (Cárdenas Ruíz 1981:356-357).

Caulin expresa que la habitación de los caribes, son unas casas largas de paja a

las que se agregan los de una parentela:


...allí cuelgan sus Hamacas, o chinchorros, en que duermen al aire, teniendo toda la noche fuego

encendido bajo de la cama, para suplir la falta de ropa, y abrigarse del frío de la noche. En cada

población de estas tienen formado un patio con su enramada, o Barraca, donde se reparan del

Sol, y hacen sus fiestas, bailes y consultas (1759:89).


Existían unas viviendas más sencillas y de rápida construcción, utilizadas por

los kari’ña para albergarse durante sus viajes, para lo cual llevaban; “Un hato de

palos, que clavan en el suelo al desembarcar y poniendo en su interior el campamento

se rodean así, para poder pernoctar seguros” (Mártir de Anglería en Morales

Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987:91).


Además de la casa de habitación, según Pelleprat construían una sala común

para trabajar y descansar durante el día: “Algunos se divierten también en ella, y otros

charlan con sus amigos. A los extranjeros se les recibe en este lugar y todos los

56


presentes hacen libremente lo que les apetece” (en Morales Méndez, Biord Castillo

y De Prada, 1987:91).


En algunas zonas era frecuente que, además de la sala comunal, tuvieran dos

casas de habitación:


...una en el pueblo, abierta por la parte delantera y en la que permanecen durante el día; otra, en

el bosque, cerrada, para que no puedan penetrar los mosquitos y ellos puedan descansar de

noche (...). Esas cabañas no están herméticamente cerradas y por ende siempre hay algún

mosquito dentro; pero los ahuyentan con el humo del fuego que suelen poner debajo de las

camas para paliar el frío de las largas noches de este clima (Pelleprat en Morales Méndez, Biord

Castillo y De Prada, 1987:91-92).


César de Rochefort, hace referencia a los aspectos nombrados por Pelleprat y

completa la descripción con nuevos datos:


Además de un pequeño edificio donde reposan y donde reciben a sus amigos, cada familia

importante tiene también dos pequeños cobertizos. Uno sirve de cocina y el otro como almacén,

donde guardan sus arcos, sus flechas y sus bastones, que son unas mazas de madera pesada o

pulida de las cuales se sirven en la guerra en lugar de espada, cuando han usado todas sus

flechas. Tienen allí también sus herramientas, sus camas de reserva, todas las bagatelas y

pequeños ornamentos que se ponen en las celebraciones públicas y en los días de fiestas ...

(Cárdenas Ruíz 1981:357).


Según César de Rochefort, los kari’ña hacían sus necesidades fisiológicas en

lugares especiales:


Los caribes tienen también un lugar, lejos de sus casas, destinado para hacer sus

necesidades naturales, a donde se retiran cuando tienen necesidad llevando un bastón puntiagudo

con el cual hacen un agujero en la tierra, donde echan sus porquerías, las que cubren después

con tierra.... (Cárdenas Ruíz 1981:358).


57


Alrededor de sus viviendas sembraban muchos árboles frutales y plantas

tradicionales, como:


...naranjos, limoneros, guayabas, gagüeyes, matas de plátanos y otros árboles que echan frutos; y

de esos pequeños árboles que dan el ají y los arbolillos o los simples de los cuales tienen

conocimiento, para servirse de ellos cuando tienen alguna indisposición. Y es de todo eso que

hacen los linderos de sus huertos (Cárdenas Ruiz, 1981:359).


Denevan y Schwerin (1978), encontraron evidencias sobre la existencia de

huertos familiares (house garden) entre los kari’ña. Así como el ecosistema les provee

a los indígenas kari’ña bienes de manera natural, dichos huertos construidos alrededor

de sus viviendas les asegura su manutención.


Ceramistas muy habilidosos no faltaban en los hogares caribes:


...vajillas y diversos recipientes hechos de barro y decorados con pinturas de varios colores.

Entre ellos: ollas, platos, jarros, cántaros, bandejas, vasijas de distintos tamaños, fuentes,

budares, recipientes para conservar las bebidas a veces del tamaño de un tonel, etc. (Morales

Méndez, Biord Castillo y De Prada, 1987:92).


En el año 1923, Lisandro Alvarado observó algunos cambios en la vivienda

tradicional de los caribes de los Llanos:


...hoy, en vez de dar a estas la forma redonda y cónica que ostentan en el corazón de la selva,

han adoptado el sistema cuadrangular de los criollos, usando de los mismos materiales, o

disponiendo a veces uno de los lados menores del rectángulo en forma circular, con el objeto de

hacer posible una techumbre de palma en la construcción que llaman 'cola de pato', los alarifes y

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evitar el empleo de las limas tesas. Cubren, en efecto, los techos con hoja de palma llanera

(CORYPHA Tectorum) o moriche, o con gamelote (PANICUM sp.), y para trabar las vigas,

cabrios y sopandas utilizan bejucos diversos, porque es excusado buscar un solo clavo en sus

edificios, como bien lo reparó Caulin (1923:230).


Según Schwerin (1966), parece que a partir del 1800, los kari’ña cambiaron la

casa comunal circular por una vivienda pequeña y rectangular, limitada para uno o dos

núcleos familiares, aunque continuaron manteniendo la proximidad residencial.


En 1978 Rosales Cárdenas, recogió un testimonio del indígena kari’ña Pedro

Medina, quien habita todavía en el sector Mata de Palo de Kashaama. Testimonio que

aproxima a la concepción particular del espacio familiar kari’ña:


Hacer una casita de moriche eso es muy fácil, usted mismo llega, prepara la palma, mete

las horquetas en los lados se tiene que pisar y embarrar las paredes, lo hace y ahí mismo tiene

una casita de moriche, bueno eran de la misma palma todas iguales: una entrada, una salita y un

cuarto más nada. En ese cuarto dormíamos nosotros y los hijos en la salita, cada uno en los

chinchorros y si no de a dos; cuando ya empezaban a crecer y les gustó otro se iban y hacían su

casita de moriche por ahí cerquita...(1978:44).


2.5. Ubicación de la comunidad kari’ña de Kashaama


La comunidad actual de Kashaama está ubicada en el Estado Anzoátegui, en la

región de la Mesa de Guanipa, al norte del río Orinoco, bordeada por el río Kashaama

y por el Caño Tascabaña (Schwerin, 1966) (ver figura N° 5).


59


FIGURA No 5


UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE KASHAAMA DENTRO DEL ESTADO ANZOÁTEGUI

60


Capítulo II Lineamientos y fundamentos de la investigación

1. Planteamiento y Formulación del problema

1.1. Planteamiento del problema


Los pueblos indígenas, antes de la conquista y colonización, controlaban un

espacio continuo en Tierra Firme de la actual Venezuela (Arvelo Jiménez, Biord

Castillo, Hurtado, Perozo Díaz, Vidal-Ontivero, 1990). No obstante, a partir del

proceso colonizador del continente Abya-Yala, mal llamado América, se han

observado cambios dentro del territorio indígena, específicamente en sus patrones de

asentamiento. Tomaremos como ejemplos a los hiwi (Guahibo), a los pemón, a los

yukpa y en especial los kari’ña.


Los hiwi, con un patrón de asentamiento conformado por dos o tres viviendas

con menos de veinte (20) habitantes, hasta por 15 ó 20 viviendas, con no más de 150

habitantes, ubicadas cerca unas de otras de manera aleatoria, se encuentran en Los

Llanos occidentales de Venezuela y orientales de Colombia, e inclusive al Norte de

los ríos Orinoco y Meta (Metzger y Morey, 1983). Los asentamientos de los hiwi se

61


ubican cerca de pequeños caños o riachuelos, en un espacio elevado y con suficiente

tierra para los conucos. Desde la década de los años sesenta han sido afectados

fuertemente por actividades de la población criolla, como la usurpación de sus tierras

donde antes podían cazar, pescar, asentarse tradicionalmente y recolectar. Algunos

integrantes de esta etnia se han visto en la necesidad de desplazarse de sus

asentamientos tradicionales para integrarse a ciudades como Puerto Ayacucho

(Venezuela), como mano de obra no calificada, al servicio del sistema de clientela de

la economía criolla, y atraídos por la influencia de las misiones católicas (salesianas) y

protestantes (Misión nuevas Tribus), (Metzger y Morey, 1983).


Otro pueblo afectado en su forma de vida, por la cultura occidental criolla o

foránea, son los integrantes de la cultura pemón. Se encuentran ubicados en la

porción sureste del Estado Bolívar (Venezuela), y en las áreas vecinas de Guyana y

Brasil (Thomas, 1983). El asentamiento pemón consta de un mínimo de siete

personas hasta unas cincuenta, constituidas por una o más familias nucleares. Según

Thomas (1983), existen tres niveles de organización en el patrón de asentamiento: el

grupo habitacional, el asentamiento y el vecindario. Cada vivienda aloja a un grupo

habitacional. Según otros investigadores, al menos dos aldeas dispersas conforman un

vecindario (Morales Méndez y Arvelo Jiménez, 1981).


Los indígenas pemón han sufrido cambios en los últimos tiempos. Se

observan aglomeraciones de poblaciones para la década de los años setenta, de más de

62


seis grupos habitacionales dentro de las misiones capuchinas y adventistas, en lugares

como Santa Elena y San Rafael de Kamoirán (Estado Bolívar, Venezuela) (Thomas,

1983). Esta influencia ideológico-religiosa de estos grupos religiosos para lograr sus

fines, ha hecho efecto en el cambio de los patrones de asentamiento tradicionales.

Pero, también los factores políticos externos han provocado cambios. Según el

indígena pemón Carlos Figueroa se han venido dando cambios en el patrón de

asentamiento,


...a cuenta de que el gobierno quiere ayudar a los indígenas, que tienen que ubicarse aquí para

construirles un liceo, para darles un comedor, para darles módulo de asistencia, etc, etc;

entonces como consecuencia de eso, vengo observando que en los actuales momentos hay

comunidades con dos mil y hasta tres mil habitantes, de ahí es donde surgen precisamente los

problemas de todo tipo, drogadicción, abuso sexual, etc, etc. (en comunicación personal, 2002).


Carlos Figueroa cuenta que los asentamientos pemón nunca pasaban de diez

(10), veinte (20) o treinta (30) familias ubicadas por estrategia de manera dispersa,

para evitar conflictos, ya que la costumbre tradicional del indígena de la Gran Sabana

indica, que la capacidad de soporte de su región se ubica estratégicamente donde hay

manchas de selva, y por esto resalta que:


...inicialmente cuando se vivía en pequeñas comunidades, no existían tantos problemas, pero el

motivo por el cual surgen los problemas en los actuales momentos, es como les acabo de decir,

por el patrón de asentamiento que nos ha impuesto la sociedad mayoritaria, que a medida que va

creciendo una comunidad, aumentan los problemas (en comunicación personal, 2002).

63


El indígena pemón José Rafael Tavera, en comunicación personal (2002),

desarrolló en referencia a lo anterior el siguiente análisis: “...antes la situación era

diferente, debido que al estar dispersos, podíamos vivir en convivencia y dentro del

respeto, las familias se respetaban, cada cual se desenvolvía en su ámbito territorial y

no se molestaba a nadie, por lo cual vivían en paz”. El indígena pemón José Rafael

Tavera recalca que en estos tiempos las cosas han cambiado; al estar amontonados en

una pequeña porción de tierra, se generan más conflictos entre ellos.


El caso de los indígenas yukpa que habitan parte de la Sierra de Perijá, la

Serranía de Valledupar y la Serranía de los Motilones, Territorio Fronterizo de

Colombia-Venezuela, es también aleccionador. El Estado comenzó a construir

viviendas rurales de concreto y láminas metálicas en 1958, como parte de un

programa de saneamiento ambiental, observándose la ausencia de participación de la

comunidad indígena yukpa en la construcción impuesta de la vivienda rural y su

cuadricular patrón occidental de asentamiento. Sin embargo, Artigas Vargas (1989),

pudo comprobar, que la familia indígena yukpa resistió, al construir la vivienda

tradicional yukpa en la parte posterior de la vivienda rural. Asimismo, la autora de

esta tesis constató, que la vivienda indígena tradicional yukpa esta ubicada de manera

dispersa en el espacio, porque obedece a las necesidades climáticas de la región, no

así la nueva y transgresora vivienda rural. Por lo tanto, reitera más la necesidad de

respetar las pautas de asentamiento de la comunidad, ya que esta afecta la estructura

económica, política y social del grupo (Artigas Vargas, 1989).


64


Los kari’ña, también han vivido procesos históricos, a lo largo de los cuales se

han visto obligados a sufrir cambios en su organización socio-económica y política;

particularmente en su patrón de asentamiento tradicional. Estos cambios impuestos

han sido estudiados y considerados por los especialistas y no especialistas,

canalizando “soluciones” muchas veces contradictorias y perjudiciales. En el caso de

la comunidad kari’ña de Kashaama, la imposición del uso de viviendas rurales según

Morales Méndez (1989) recoge la imposición de viviendas rurales, cuya ocupación

por parte de la comunidad kari’ña de Kashaama, una vez concluidas en el año 1979,

se hizo bajo amenazas de desalojo forzado de sus viviendas tradicionales, por lo cual

actualmente las casas rurales están ocupadas en su mayoría (Morales Méndez, 1989).


Actualmente, algunos líderes kari’ña de la comunidad de Kashaama se han

organizado para defender sus valores tradicionales, enmarcados dentro del Proyecto

de la comunidad kari’ña de Kashaama. Este proyecto denominado Proyecto Cultural

Kari’ña (P.C.K.), está liderizado por Alis Carreño y pretende reconstruir, en un área

del territorio por ellos ocupado, su patrón de asentamiento tradicional. Por esto, nos

hemos trazado la tarea de replantear, junto a estos líderes indígenas, lo que ha estado

sucediendo con respecto a su patrón de asentamiento, para vislumbrar cómo vivían

antes de la construcción de las viviendas rurales, además de apoyar este intento de

revitalizar los valores tradicionales kari’ña, así como su concepción del tiempo y del

espacio. Esta investigación pretende ser la plataforma conceptual o el “alimento

arquitectónico”, para poner en práctica la reconstrucción del patrón de asentamiento

65


tradicional kari’ña, base del proyecto de la comunidad kari’ña de Kashaama, y para

lograr: la conservación y propagación de los valores etnoculturales más

profundamente venezolanos, evitando de esta forma la simple sobrevivencia cultural y

reforzando así una cultura milenaria como es la kari’ña (Mosonyi, 1975).


En síntesis, al determinar que diversas etnias relacionan de manera

fundamental su integridad física con la del medio donde están ubicados, por ser esto lo

determinante en su coherencia cultural, en su cosmovisión, pensamos que es

importante reconstruir el patrón de asentamiento de la comunidad kari’ña de

Kashaama. Coincidimos con los antropólogos Morales Méndez y Arvelo Jiménez

(1981), en que el modificar los patrones de asentamiento indígenas, implantando

arreglos espaciales arquitectónicos que perturben la distribución espacial autóctona,

trae secuelas ecológicas, simbólico-religiosas y axiológicas negativas que deben ser

tomadas en cuenta. Por lo tanto, nuestra meta está en crear los cimientos para llevar a

cabo con éxito el proyecto de la comunidad indígena kari’ña de Kashaama; proyecto,

que sin duda hará más manifiesta dicha cultura para las culturas foráneas y más

palpable para los integrantes de esta comunidad y sus descendientes, como futuros

transmisores de esta cultura: la cultura kari’ña.


Además, esta investigación parte del hecho, de que el pueblo kari’ña tiene una

manera propia de ver el mundo, que tiene una cultura autónoma, que aún cuando han

sufrido el proceso de deculturación (Moreno Fraginals 1977:14), quieren seguir

66


demostrando al mundo su identidad kari’ña, y que tiene mucho que aportarnos a los

miembros de la sociedad occidentalizada.


1.2 Formulación del problema


Reconstruir el patrón de asentamiento tradicional del pueblo kari’ña, que

sirva como referencia para establecer el proyecto de construcción de un asentamiento

tradicional en la comunidad kari’ña de Kashaama.


2. Objetivos

2.1. Objetivo General


Reconstruir el patrón de asentamiento tradicional del pueblo kari’ña, para que

sus resultados contribuyan a la realización del proyecto de construcción de un

asentamiento tradicional en la comunidad kari’ña de Kashaama.


2.2. Objetivos específicos

2.2.1 Recopilar y analizar fuentes escritas y orales sobre el patrón de asentamiento

tradicional kari’ña.


67


2.2.2 Recopilar y analizar fuentes escritas y orales sobre las consecuencias de los

cambios impuestos en el patrón de asentamiento tradicional kari’ña.

2.2.3 Conocer fuentes escritas y orales sobre la resistencia de los kari’ña ante los

cambios impuestos en su patrón de asentamiento tradicional.

2.2.4 Registrar en la Comunidad de Kashaama, las adaptaciones hechas por la

población kari’ña a las viviendas rurales, dentro de su tradición.

2.2.5 Indagar en la comunidad kari’ña de Kashaama sobre las características precisas

del proyecto de la comunidad de Kashaama.

2.2.6 Identificar el espacio geográfico seleccionado por los responsables del proyecto

de la comunidad kar’ña de Kashaama.


3. Marco teórico metodológico

3.1. Marco teórico


En primer lugar, delinearemos las diversas teorías en relación a la

cosmovisión, autonomía, cultura e identidad de los pueblos indígenas. En segundo

lugar, analizaremos la teoría del control cultural, planteada por Bonfil Batalla (1989).

En tercer lugar haremos un recorrido por las diversas concepciones que sobre el

tiempo y el espacio tienen algunos investigadores. En cuarto lugar mostraremos los

análisis que sobre el patrón de asentamiento hace Mansutti (1988). Y para finalizar,

nos acercaremos al pensamiento de autores que han aportado mucho a la lucha

68


indígena en Latinoamérica, como son Mosonyi (1975), Moreno Fraginals (1977) y

Ribeiro (1971).


Los pueblos indígenas manejan una filosofía, que plantea la visión ternaria

del universo, donde la realidad es vista como el fruto de los contrarios, que son

simultáneos, indivisibles, complementarios, proporcionales y reversibles y que está

mediada por una tercera realidad, que es la que logra la armonía entre los contrarios.

El planteamiento anterior está sintetizado en la concepción teórico-práctica de la

simultaneidad ternaria ilustrada por Morales Méndez (1998). La concepción

teórico-práctica de la simultaneidad ternaria, es una visión ligada a la concepción

ancestral sobre los espacios celestes, social y terrestre que están llenos de simbolismos

y significaciones.


Existen diferencias en la manera de concebir el mundo por parte de los pueblos

indígenas tradicionales y de los pueblos modernos. Mientras los pueblos tradicionales

centran más su vida en la familia, los pueblos modernos la centran más en el

individuo; mientras los pueblos tradicionales se basan más en las costumbres, la

tradición y los valores propios, los pueblos modernos se fundamentan más en la moda,

la propaganda y los deseos superficiales; mientras los pueblos tradicionales trabajan

para vivir, los pueblos modernos viven para trabajar; mientras los pueblos

tradicionales tienen una alimentación más natural, los pueblos modernos tiene una

alimentación más contaminante; mientras los pueblos tradicionales son más solidarios,

69


los pueblos modernos son más individualistas e interesados; finalmente mientras los

pueblos tradicionales utilizan la tierra, los pueblos modernos explotan la tierra

(Morales Méndez, 1998).


Los pueblos o naciones indígenas muestran ser más autónomos, por poseer

una filosofía propia y tratar de aplicarla por encima de una ideología aplastante como

la que tienen la mayoría de los pueblos modernos. Por eso, la autogestión

definitivamente se convierte en el instrumento más apropiado para modificar la

situación de colonización cultural, explotación económica, despojo ecológico y

marginación, políticas implantadas entre los pueblos indígenas. En este sentido, en la

medida en que la autogestión no se limita a elaborar la salida económica de la

situación en que viven, sino que permite integrar una estrategia más amplia donde se

fusionen la reivindicación cultural con la capacidad de decisión política, constituye

una primera barrera de resistencia, a la incorporación forzada a las relaciones de

producción dominantes, al despojo ideológico/cultural y a la descalificación y

marginación política (Serbin, 1980).


La autodeterminación, entendida, como la integración de las

reivindicaciones culturales, políticas y económicas, implica autonomía como

sociedad diferencial, diferente al estado-nación en la manera de concebir su espacio,

su asentamiento tradicional (Serbin, 1980). Autodeterminación negada

tradicionalmente por la ideología del Estado-nación, que


70


...sostiene la homogeneidad y la unidad nacional como valores supremos y con frecuencia

desarrolla políticas diseñadas para asimilar, integrar o incorporar rápidamente a las etnias y

nacionalidades dentro del modelo dominante... (Stavenhagen en Franco, 2002:31).


La autodeterminación indígena se inspira en su cosmovisión holístico-

ecológica (Morales Méndez, 1998). Su modelo de vida está integrado con la


naturaleza, y su práctica científica implica la utilización racional del ecosistema,

consolidado a través del sedentarismo temporal, (Morales Méndez, 1995) noción

ligada a la visión y utilización de los recursos naturales; es decir, la no necesidad de

acumular para así poder movilizarse más fácilmente. E. E. Mosonyi acota, que se debe

ser cuidadoso al utilizar términos como sedentario y nómada, dadas sus implicaciones

normativas a la usanza occidental del espacio, en término de sobrevalorar la

inmovilidad y descalificar la movilidad de las poblaciones por encima de cualquier

evidencia (comunicación personal, 2003).


Para algunos investigadores, en la actualidad los indígenas siguen viviendo

según formas tradicionales de organización social y ocupando colectivamente la tierra.

Lo expuesto anteriormente es definido como continuidad cultural o persistencia,

que consiste en un conjunto de recursos culturales, tanto propios como apropiados, en

los que un pueblo basa su conciencia de pertenencia al mismo (Arvelo-Jiménez y

otros, 1990). De alguna manera los análisis de Bock (1984) apoyan lo anteriormente

expuesto, ya que éste asegura, que la cultura empieza con una continuidad de tiempo

71


o de espacio y que se construye sobre los límites y ciclos naturales, creando de esta

forma categorías arbitrarias, que difieren de otras culturas y que están vinculadas con

el comportamiento y la interacción entre los miembros de un grupo. La cultura, para

Morin (1983),


...constituye un cuasi-código cultural, es decir, una especie de equivalente sociológico de lo que

es el código genético para los seres vivos. El ‘código cultural’ vela por la integridad y la

identidad del sistema social y asegura su autoperpetuación o reproducción invariable

protegiéndolo de la incertidumbre, lo aleatorio, la confusión y el desorden (199).


También Gellner (1997) expresa, que la idea de Cultura se entiende como

sistemas de significación dentro de las que vive la gente, que difieren con otras y que

no son únicas, ni capaces de justificarse a sí mismas. Añade Gellner que: “...la

cultura es sólo un término, no una verdadera explicación, y nunca es lógicamente

terminante...” (1997:40).


En síntesis, Morin (1983) piensa que el sistema cultural garantiza la

autoperpetuación de la complejidad de una sociedad, es decir, la autoproducción y la

auto reorganización permanentes.


La concepción de Identidad planteada por Morin (1983) también podrá

servirnos en los análisis posteriores. La identidad individual y social es definida según

Morin (1983) por la esfera noológica de la cultura, en función de sí misma y por

oposición con otra cultura extraña. Esto implica que la identidad social se desarrollará

72


y reforzará por la confrontación con otras sociedades con una organización de base

similar, pero diferenciadas por el lenguaje, los mitos, los espíritus, los dioses, los

símbolos, los ritos; etc.; en fin por los caracteres noológicos (Morin, 1983).


Dentro de este mismo orden de ideas, Bonfil Batalla (1989) formula un marco

teórico y metodológico para el estudio de los procesos étnicos, para lo cual introduce

la categoría de control cultural. Con lo cual va más allá del culturalismo dominante

en la mayor parte de las definiciones de “cultura”. El control cultural es “...el sistema

según el cual se ejerce la capacidad social de decisión sobre los elementos

culturales...” (10).


Elementos culturales definidos por Bonfil Batalla (1989) como:


...todos los componentes de una cultura que resulta necesario poner en juego para realizar todas

y cada una de las acciones sociales; mantener la vida cotidiana, satisfacer necesidades, definir y

solventar problemas, formular y tratar de cumplir aspiraciones... (10).

Elementos culturales materiales, de organización, de conocimiento,

simbólicos y emotivos (Bonfil Batalla, 1989):


Materiales: son todos los objetos, en su estado natural o transformados por el trabajo

humano, que un grupo esté en condiciones de aprovechar en un momento dado de su devenir

histórico: tierra, materias primas, fuentes de energía, herramientas y utensilios, productos

naturales y manufacturados, etc.

De organización: son las formas de relación social sistematizadas, a través de las

cuales se hace posible la participación de los miembros del grupo cuya intervención es necesaria

para cumplir la acción.


73


De conocimiento: son las experiencias asimiladas y sistematizadas que se elaboran, se

acumulan y transmiten de generación en generación y en el marco de las cuales se generan o

incorporan nuevos conocimientos.

Simbólicos: son los diferentes códigos que permiten la comunicación necesaria entre

los participantes en los diversos momentos de una acción. El código fundamental es el lenguaje,

pero hay otros sistemas simbólicos significativos que también deben ser compartidos para que

sean posibles ciertas acciones y resulten eficaces.

Emotivos: que también pueden llamarse subjetivos. Son las representaciones

colectivas, las creencias y los valores integrados que motivan a la participación y/o la aceptación

de las acciones: la subjetividad como un elemento cultural indispensable (Bonfil Batalla, 1989:

11).


Es importante acotar, que Bonfil Batalla (1989) explica que esa clasificación

de los elementos culturales es meramente metodológica y “... que no implica la

concepción de la cultura como un simple agregado de rasgos aislados e inconexos...”

(Bonfil Batalla, 1989: 11).


Para Bonfil Batalla (1989), el inventario total de los elementos culturales

presentes en la vida de un grupo conforma la cultura etnográfica. Pero, lo

determinante en el control cultural no son los elementos culturales, sino la capacidad

de decisión sobre ellos, con base en la presuposición planteada por Bonfil Batalla

(1989), de la existencia de un “plano general” o matriz cultural, específica de cada

cultura y cambiante en el devenir del tiempo, que articula y da sentido a los diversos

elementos. En síntesis, Bonfil Batalla (1989) establece que existe un conjunto de

niveles, mecanismos, formas e instancias de decisión sobre los elementos culturales en

una sociedad y que constituyen el sistema global de relaciones que es igual al

control cultural mencionado anteriormente.


74


De manera que: “Los elementos culturales pueden ser propios o ajenos...”

(Bonfil Batalla, 1989:12).


75


Los elementos culturales propios son aquellos que:


...la unidad social considera que ha recibido como patrimonio cultural heredado de generaciones

anteriores y los que produce, reproduce, mantiene o trasmite, según la naturaleza del elemento

cultural considerado (Bonfil Batalla, 1989:12).


Los elementos culturales ajenos son: “...aquellos que forman parte de la

cultura que vive el grupo, pero que éste no ha producido ni reproducido...” (Bonfil

Batalla, 1989:12).


Teóricamente, si se relacionan los elementos culturales, tanto propios como

ajenos, con las decisiones propias y ajenas, se pueden establecer cuatro ámbitos o

espacios dentro de la cultura total, que son: la cultura autónoma, la cultura

apropiada, la cultura enajenada y la cultura impuesta (Bonfil Batalla, 1989).


Los ámbitos de la cultura autónoma y de la cultura apropiada conforman el

campo más general de la cultura propia, definida como: “...aquel en que los

elementos culturales, propios o ajenos, están bajo control del grupo...” (Bonfil

Batalla, 1989:15).


Y los ámbitos de la cultura impuesta y la cultura enajenada, forman el ámbito

de la cultura ajena, delimitada como el ámbito: “... en el que los elementos

culturales están bajo control ajeno” (Bonfil Batalla, 1989:15).


76


Esto lo visualizamos así:


DECISIONES

Elementos Culturales Propias Ajenas

Propios Cultura Autónoma Cultura Enajenada

Ajenos Cultura Apropiada Cultura Impuesta


La cultura autónoma implica la toma de decisiones de la unidad social, sobre

elementos culturales que son propios, porque los produce o porque los conserva como

patrimonio preexistente.


Las representaciones colectivas forman parte de la cultura autónoma,


...en cuanto transcienden ‘el ser individual’, expresan una realidad más alta, la de la propia

sociedad. Es una realidad de ‘orden intelectual y moral’, un ‘ser social’, irreductible (...) a las

conciencias individuales... (Cardoso de Oliveira en Bonfil Batalla, 1989: 8).


La cultura impuesta implica que ni los elementos ni las decisiones son

propias del colectivo. La cultura apropiada se forma cuando el colectivo adquiere la

capacidad de decisión sobre elementos culturales ajenos que usa en acciones que

responden a decisiones propias. La cultura enajenada se forma con los elementos

77


culturales que son propios del colectivo, pero sobre los cuales han perdido la

capacidad de decisión.


Con respecto a las concepciones del tiempo y del espacio, Nanda (1980)

recoge los siguientes análisis del antropólogo Edward Hall: las percepciones de

tiempo y espacio son distintas en diferentes culturas, y estas percepciones son

conformadas culturalmente. Hall según Nanda (1980) denominó estas dimensiones

“extraconscientes” de la cultura, basándose en que la mayoría de las personas no están

conscientes de haberlas aprendido, debido a que las percepciones de tiempo y espacio

se encuentran entre las más enraizadas de las conductas conformadas culturalmente.


En concordancia con las ideas precedentes, Bock (1984) plantea que:


...el tiempo y el espacio forman parte del ‘lenguaje silencioso’ de una sociedad, que todos los

miembros comprenden inconscientemente y que para el extranjero resulta tan esencial aprender

como la lengua hablada... (251).


Bock asegura, que igual que como sucede con el espacio, toda cultura tiene

una serie de categorías y relaciones temporales, para que los miembros de un

determinado grupo social puedan orientarse y coordinar sus actividades. Este autor

está claro en que cada sociedad tiene una forma significativa de manejar las categorías

temporales.


78


Por su parte Nanda (1980) opina, que el tiempo y el espacio se organizan de

diferente manera según los patrones culturales, y así como cada colectivo humano

posee un patrón cultural al cual se adhiere, también posee una idea del tiempo y una

idea del espacio muy particular.


Bock (1984), asegura en sus estudios sobre el tiempo social y el espacio social,

que una de sus funciones es la de asegurar la buena marcha de las interacciones,

además de ayudar a los individuos a orientarse dentro de un mundo creado

culturalmente y organizado según una escala humana. Maurice Halbwachs (1968),

sostiene que el espacio es una construcción social en un doble sentido: por su acción

práctica y por su amplitud de símbolos sociales.


Halbwachs (1968) plantea la relación entre espacio y memoria, por aquello de

evocar una época por el espacio, en efecto la mayoría de las agrupaciones humanas

recuperan sus recuerdos colectivos en la escena espacial conocida. Entonces, pasado

común es precondición de identidad colectiva.


Rosales Cárdenas (1978), utiliza como premisa de su tesis que:


...las relaciones socio-espaciales no sólo determinan una parte importante de la vida de los

pueblos: son una vital conversión inter-dimensional del juego vivencial de los pueblos (2).

79


Por otra parte, Silvia Caiuby Novaes (1983) plantea lo que llama espacio

integrado. Para esta autora, las sociedades indígenas establecen sus actividades en un

espacio integrado y no dividido como la sociedad occidentalizada, por esto, el análisis

de la casa indígena y de la percepción que los miembros de una determinada sociedad

tienen del espacio por ellos habitado, es muy importante por cuanto:


...revela as diferentes formas possíveis de concepçao do espaco, concepçao que envolve nao

apenas uma adaptaçao ecológica específica ao meio ambiente, mas sobretudo, formas

difernciadas de apropriaçao e hierarquizaçao do espaço habitado (1983:6)2


Para Silvia Caiuby Novaes (1983), al observar cómo una sociedad construye

su espacio, podemos analizar cuán arbitrarias y desorganizadas son ciertas medidas

tomadas contra las sociedades indígenas; para transferirlas de su territorio original,

para “mejorar”, “moralizar”, “tornar más saludables” sus patrones de habitación

tradicional. Y piensa que por el contrario las sociedades indígenas son sociedades

extremadamente bien adaptadas al medio ambiente en que viven, “... e poden

perfeitamente prescindir de nossas boas intençoes” (7).3


2

...revela las diferentes formas posibles de concepción del espacio, concepción que involucra

no solo una adaptación ecológica específica al medio ambiente, sino sobretodo, formas

diferenciadas de apropiación y jerarquización del espacio habitado (1983:6).

33

... y pueden perfectamente prescindir de nuestras buenas intenciones (7).


80


Por todo esto, en nuestro trabajo investigativo es fundamental reconocer lo que

es un patrón de asentamiento. Utilizaremos los análisis de Mansutti (1988) sobre

el patrón de asentamiento.


Mansutti (1988) opina que es poco importante el tipo de vivienda que se utiliza

en un asentamiento; lo que es fundamental para este autor es que en ese espacio se

respete a la jerarquía tradicional, se mantenga el flujo de bienes y servicios en el

marco de las normas habituales de distribución y esté vigente el sistema de

parentesco. Para él,


Los asentamientos son una red de relaciones materiales existentes entre una población, sus

espacios habituales de permanencia y un conjunto de elementos geográficos significativos. Un

patrón de asentamiento es un modelo de esta red de relaciones que se repite; y será tradicional

cuando aparece con alta frecuencia en las estrategias de aprovechamiento ambiental de unidades

sociales, donde otras variables como los sistemas de parentesco, económico, político, religioso y

las principales condiciones externas mantienen lo esencial de estructuras y normas de

funcionamiento valoradas como típicas. En este sentido, lo tradicional es una decisión arbitraria

que corresponde a una evaluación de la antigüedad de las características de un sistema en un

período determinado (3).

Lo tradicional, es el conjunto de recursos culturales, sean propios o

apropiados, en los que se basa la conciencia de pertenencia a una etnia (Arvelo

Jiménez, Biord Castillo, Hurtado, Perozo Díaz, Vidal-Ontivero, 1990).


Mansutti (1988) considera, que los diferentes modelos de asentamiento no son

estructuras estancadas e inmóviles, sino que están relacionadas, conformando un todo

organizado, dependiendo cada modelo parcialmente del resto para funcionar.

81


Al considerar desde una perspectiva antropológica la problemática en torno al

asentamiento, asumimos como Morales Méndez, que:


Las naciones indígenas: luchan por conservar sus patrones de asentamiento, manteniendo

la propia estructura de parentesco, sus patrones de alianza matrimonial, de residencia y de

socialización de sus hijos, reforzando el papel de la familia extendida como unidad básica de

producción y como reproductora de la fuerza de trabajo para asegurar la continuidad del propio

sistema socioeconómico (1979: 28-29).

Aún cuando la sociedad colonizadora o neocolonizadora ha obligado a los

indígenas a lo largo del tiempo a copiar sus particulares patrones de asentamiento, con

fines concretos determinados por el interés económico, político y hasta religioso, los

indígenas han resistido al cambio (...) gracias al ethos nacional (Morales Méndez,

1990). Ethos nacional kari’ña definido por Morales Méndez (1990) como:


Concepción del mundo propia de dicha nación, base de la visión que tienen de sí mismos,

que los unifica y los contrapone a otros grupos humanos y que adquiere su más alta expresión en

sus narraciones sagradas o dramatizaciones de las acciones ejemplarizantes de sus héroes

ancestrales, referencias obligadas para responder ante nuevos problemas y situaciones (15).


Por su íntima conexión con el “ethos nacional”, consideramos de mucha

utilidad en esta investigación la siguiente definición del concepto de resistencia: es el

proceso a través del cual, un pueblo busca preservar su derecho a tomar decisiones

propias sobre sus elementos culturales propios (cfr. Bonfil Batalla 1989). No es una

simple oposición al cambio, sino que encierra “...una aptitud creativa, dinámica,

82


positiva y siempre activa, gracias al ethos grupal y a la capacidad de los miembros

(...) de transfigurarse étnicamente” (Morales Méndez, 1990:25).


Al observar las características del Proyecto de la comunidad kari’ña de

Kashaama, pensamos que podría servirnos el concepto de Interculturación,

planteado por Mosonyi (1975) como:


...un proceso orientado –y a veces espontáneo-, en el cual se establece una interinfluencia

creadora entre el grupo minoritario y la nación como un todo. Para lograr la interculturación se

requiere ante todo asegurar la supervivencia física del indígena, lo que implica cortar a todo

trance su extinción por obra del genocidio, enfermedades epidémicas y endémicas,

estrangulamiento económico y desintegración social (53).

La desintegración social que expone Mosonyi es producto de años de

deculturación, es decir, de un


...proceso consciente mediante el cual con fines de explotación económica se procede a

desarraigar la cultura de un grupo humano para facilitar la expropiación de las riquezas naturales

del territorio en que están asentados y/o para utilizarlo como fuerza de trabajo barato no

calificado (Moreno Fraginals, 1977:14).


De igual manera podrá servirnos de apoyo el concepto de Transfiguración

étnica, que puede ser definida,


...como el proceso a través del cual las poblaciones tribales que se enfrentan con sociedades

nacionales llenan los requisitos necesarios para su persistencia como entidades étnicas, mediante

83


alteraciones sucesivas en su sustrato biológico, en su cultura y en sus formas de relación en la

sociedad envolvente (Ribeiro 1971:10).


3.2. Marco metodológico


Esta investigación, cualitativa etnográfica, parte del supuesto básico de que el

mundo social es construido con símbolos y significados, que deben ser explicados

para su comprensión adecuada (Olabuenaga e Ispizua, 1989). Olabuenaga e Ispizua

(1989) sostienen que esa explicación debe ser realizada a partir de los siguientes

parámetros: 1) Entrar dentro del proceso de construcción social, reconstruyendo de

esta manera los conceptos y acciones de la situación estudiada; 2) Describir y

comprender los medios precisos por los cuales los sujetos establecen acciones

significativas creando un mundo propio y de los demás; 3) Conocer cómo se crea la

estructura básica de la experiencia, su significado y mantenimiento por medio del

lenguaje y de otras construcciones simbólicas, y 4) Aplicación de descripciones en

profundidad.


La recopilación de los datos la realizamos en tres fases: en la primera, hicimos

una revisión sistemática de los materiales bibliográficos y audiovisuales existentes

sobre la nación indígena llamada “caribe” y sus descendientes, los indígenas kari’ña.

Utilizamos técnicas de investigación como el fichaje, la ordenación alfabética, la

catalogación y el fotocopiado. En la segunda fase recolectamos datos en el campo;

fase que en algunas etapas, coincidió con la primera fase de investigación, debido a la

84


realización de una serie de trabajos en las comunidades kari’ña del Estado

Anzoátegui y Monagas, a lo largo de dos años.


La propuesta del Proyecto Cultural Kari’ña (P.C.K.) la conocimos durante un

viaje a la Comunidad indígena kari’ña de Kashaama, Estado Anzoátegui, entre los

días del 1 al 4 de noviembre de 2000 (ver anexo No 2). Este viaje estuvo enmarcado

dentro de la temática de la asignatura Ciencias de la Salud y Caminos Alternativos a la

Luz de la Antropología, del Departamento de Etnología y Antropología Social,

coordinado por el profesor Filadelfo Morales Méndez. Nos motivaron los objetivos

generales del P.C.K., expuesto en esa ocasión por el Sr. Candelario Aray y Alís

Carreño a un grupo de estudiantes (ver foto N° 6 y foto N° 7).


FOTO No 6


PRIMERA CONVERSACIÓN CON LOS LÍDERES DEL P.C.K.


85


FOTO No 7

AFICHE ALUSIVO AL PROYECTO


Posteriormente, y luego de realizar las pesquisas bibliográficas iniciales,

viajamos a la comunidad indígena kari’ña de Kashaama, Estado Anzoátegui, del 14 de

julio al 18 de agosto de 2001. El motivo fue la presentación y entrega del

Anteproyecto de Investigación: “Reconstrucción de la visión del Espacio y del

Tiempo de los indígenas kari’ña a partir de su poblamiento tradicional”, al líder del

proyecto Alís Carreño. En esa oportunidad, aprovechamos para realizar observaciones

y entrevistas a profundidad (ver anexo N° 6).


86


Finalmente; regresamos a la comunidad indígena kari’ña de Kashaama, Estado

Anzoátegui, del 8 de agosto al 7 de septiembre de 2002, con motivo de la recolección

de los datos finales para esta investigación, lo que nos permitió culminar las

entrevistas en profundidad a miembros de esta comunidad indígena, logrando así

recopilar información sustancial para la conformación de los testimonios.


Contamos con el apoyo prestado por la familia Maita de Kashaama, integrada

principalmente por el Sr. Julio Maita y su esposa la Sra. Juana Maita, quienes en todo

momento nos prestaron sus más cálidas atenciones para llevar a cabo con éxito esta

etapa de nuestra investigación. En especial debo nombrar a Julio Maita, hijo de la Sra.

Juana, quien me acompañó en más de una ocasión a los lugares más lejanos de

Kashaama, considerándolo como uno de mis colaboradores claves (ver foto N° 8).


FOTO No 8


FAMILIA MAITA JUNTO A ESTUDIANTES DE LA U.C.V.


87


Es importante informar, que también aplicamos la observación participante en

la comunidad indígena kari’ña de Kashaama. La muestra principal para las entrevistas

a profundidad, fue tomada entre 21 miembros de la comunidad, personas adultas y

ancianos de los dos géneros, seleccionados por su liderazgo.


La población kari’ña de Kashaama, según censo realizado por Franco en el

2002, es de 798 personas. Existen censos anteriores, que ofrecen cifras diferentes,

como puede verse en la Tabla No 1.


TABLA No 1


DIFERENTES CENSOS HECHOS EN LA COMUNIDAD DE KASHAAMA


CENSOS Censo OCEI

(1982)


Morales

Méndez

1989


IVIC

1991


Censo OCEI

(1992)


Franco 2002


Comunidad

de

Kashaama


640 hab. 585 hab. 1000 hab. 918 hab. 798 hab.


Juzgamos necesaria la aplicación de una encuesta (ver anexo No 7) a 187

personas tomadas al azar, sobre factores relacionados con el asentamiento, la vivienda

y sobre la aplicabilidad del Proyecto Cultural Kari’ña, cuyos resultados fueron de

utilidad en el análisis.


88


De estas 187 personas, el 60% fueron del género femenino (ver gráfico No 1) y

el 80% de ambos padres kari’ña (ver gráfico N° 2), en edades comprendidas entre 5 a

12 años (16%); entre 13 a 45 años ( 73%); y entre 46 a 60 años (11%) (ver gráfico N°

3).


GRÁFICO No 1


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS MASCULINOS Y FEMENINOS DE LA


COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


GRÁFICO No 2


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS DE PADRES KARI’ÑA DE LA COMUNIDAD


KARI’ÑA DE KASHAAMA


89


GRÁFICO No 3


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS POR EDADES DE LA COMUNIDAD


KARI’ÑA DE KASHAAMA


De igual manera, hicimos una medición, del espacio seleccionado por los

líderes del proyecto, para la realización del mismo.


Por último, utilizamos la libreta de campo y el grabador magnetofónico, que

nos facilitó el proceso de recolección de datos en el campo. Fueron dispositivos

eficientes debido a que la tecnología cualitativa insta a la recolección cuidadosa de

datos, observaciones lentas, largas y sistemáticas (Olabuenaga e Ispizua, 1989).


En cuanto a la fotografía, queremos dejar por sentado nuestra posición al

respecto. De manera general los trabajos etnográficos clásicos han utilizado la

90


fotografía a manera de registro o como auxiliar en los trabajos de campo. Sin

embargo, la fotografía, evocadora de memoria, también puede apoyar a la

construcción de un texto (Robinson A., 1997). Partiendo de allí, y apoyados

precisamente en el trabajo realizado por Robinson Achutti, nos aproximamos al

concepto de fotoetnografía, como método para construir, en paralelo a la

investigación, una Antropología en imágenes, hecha mediante un trabajo

fotoetnográfico (Robinson A., 1997). Para Robinson A., “...A fotoetnografia, como

mais um meio de ‘facetar’, vem juntar-se ao esforço da ‘lapidaria’ antropológica que,

ao penetrar no bruto, busca desvelar o precioso” (1997:69).4


Con la fotoetnografía se pueden construir textos imaginarios de la cultura del

otro, hacer construcciones descriptivas y narrativas en el sentido amplio de

organización de significantes cuyos significados constituyen una historia, una

narrativa visual que viene a enriquecer, a trazar nuevos ángulos con “otra grafía”

(Robinson A., 1997).


Robinson A. (1997) señala, que la fotografía, además de ser un excelente

auxiliar del cuaderno de notas para hacer croquis que registren la ocupación del

espacio, puede ser muy importante para el registro de elementos de la cultura material

de una determinada comunidad; y para el caso de las entrevistas, donde la fotografía


4

...La fotoetnografía como otro medio más para plasmar una imagen, viene a sumarse al

esfuerzo de la orfebrería antropológica, que al tallar el diamante en bruto, busca develar la

piedra preciosa (1997:69).


91


ayuda a documentar detalles de rituales, indumentaria, etc. Por esto, fotografiamos, en

los trabajos de campo hechos en la comunidad de Kashaama, las viviendas rurales y

las adaptaciones que la comunidad indígena les ha hecho a éstas conforme a su

costumbre. También fueron fotografiadas las personas entrevistadas, captándose toda

su expresión y vestimenta.


Robinson A. (1997) también plantea, que cada fotografía debe tener una

importancia leída individualmente; así, como al mismo tiempo, deberá servir como

parte integrante de una secuencia de fotografías, que en su conjunto puedan servir

para construir una narrativa visual, que sea eficaz y contenga informaciones

interpretativas acerca de una determinada realidad. Con base a lo anterior, colocamos

tanto imágenes individuales como secuencias de imágenes en distintos lugares en

medio del texto, para ser ojeadas en silencio con toda la carga sensible que ello

implica, por ser manifestaciones visibles de cultura.


En síntesis, para Robinson A. (1997) una Antropología que utilice todos los

recursos técnicos disponibles para comunicar, será llamada Antropología en

multimedia, debido a que estaremos investigando y contando la cultura del otro,

utilizando estos recursos multimediáticos, que nos permitirán desde numerosos

ángulos, mostrar rostros, espacios, recoger historias, etc.; en fin, inventariar sus

espacios públicos, privados y sagrados.


92


La tercera fase, implicó transcribir todas las cintas de grabación de los

testimonios que conforman las entrevistas a profundidad, para estructurar los

capítulos de la tesis. También se procedió a revelar los rollos contentivos de las fotos

del más reciente trabajo de campo, para de esta forma lograr construir un trabajo

fotoetnográfico.


Más tarde, se procedió a hacer el análisis final de los datos obtenidos tanto de

los testimonios orales; como de las fuentes escritas consultadas; incluyendo los

resultados de la encuesta general, con lo que llegamos a las conclusiones de esta

investigación y diseño conceptual base del proyecto de la comunidad indígena de

Kashaama.


93


Capítulo III La comunidad de Kashaama


1. Ubicación geográfica y población de Kashaama


Kashaama se encuentra ubicada en el Municipio Freites, Estado Anzoátegui,

en el sector denominado Mesa de Guanipa, aproximadamente a 23 kilómetros de la

ciudad de El Tigre (Estado Anzoátegui), y justo al lado de la llamada Carretera Negra

(vía de transporte nacional) (Morales Méndez, 1989) (ver figura N° 5), con una

población de 787 habitantes (Franco 2002).


2. Origen histórico del establecimiento de Kashaama


Relata Civrieux (1976) que en 1723, el padre José Jurado en sus incursiones

captura tal número de indígenas en la región de Muitacu (hoy Moitaco), que decide

poblar la misión de San Joaquín de Parirí, construida en la Mesa de Guanipa.


Schwerin (1966) no duda en pensar, que estos indígenas instalados en esas

misiones fueron los ancestros de los actuales indígenas de Kashaama.


La fundación del pueblo colonial de San Joaquín de Parirí, como pueblo de

misión, fue hecha, “...por los Reverendos Padres Observantes de Píritu, escogiendo a

94


la Mesa de Guanipa como lugar de su fundación. Por ser un lugar donde abundan las

aguas y frescos morichales, por ser tierras fértiles” (Farfán, s/f).


Según Farfán,


El 4 de octubre de 1723 llega a Puerto Píritu, Provincia de Nueva Andalucía el Reverendo

Padre Juan Moro en la Séptima Misión de Religiosos de las Provincias de España, quien a final

del mismo año congrega en el sitio de Parirí a “seis familias de caribes infieles que estaban en

unas chozuelas al mando de su discípulo el Padre Don Nicolás García (Farfán, s/f).

Según Fray Antonio Caulin,


...este pueblo se encuentra situado “en una dilatada campiña a orillas de una aguada o cabeza de

moriche, a quien los indios llamaron Pariri por una especie de arbusto así nombrado que abunda

en el lugar, pero los españoles llaman vijao muy parecido a las hojas del plátano y por esta razón

se le dio a este pueblo el sobrenombre de Pariri, dispensas del principal que tiene por nombre

titular y Patrono a San Joaquín (Farfán, s/f).


Posteriormente;

En 1740 salieron del pueblo de San Joaquín algunas familias, a consecuencia de la muerte

que uno de ellos había causado a uno de los Regidores, autoridad máxima del pueblo y temiendo

de lo que pudieran hacerles sus parientes, se alojaron en la cabecera del Río Aragua en el sitio

denominado Camariapa a quien los españoles llaman Chamariapa debiéndose su nombre a un

árbol que se encuentra en aquel lugar; dicho árbol los españoles lo llaman murebe y los nativos

camariapa. Este sitio de Chamariapa donde los emigrados de Parirí fundaron su Poblado dista de

3 leguas del pueblo de San Joaquín. Fundándose en 1740 el pueblo de Chamariapa por el

fundador de San Joaquín Fray Fernando Ximénes (Farfán, s/f).

Nuestra Señora de la Candelaria de Chamariapa es la actual Cantaura. De allí,

al ser desplazados por muchas familias criollas, que habían migrado en el siglo XIX a

Chamariapa, los kari’ña se trasladan hasta el sitio de labor llamado Kashaama,

(Arvelo Jiménez; Amodio; Biord Castillo; Morales Méndez, 1991), que lo había

95


demarcado, junto con Chamariapa, entre los años 1782 y 1784, Don Luis de Chávez y

Mendoza, veedor de la Real Audiencia de Santo Domingo (Velásquez, 1977), como

respuesta a la petición de los indígenas kari’ña, para que les asignara dos leguas más

(Velásquez, 1977).


De esta manera se comenzó a establecer en el pueblo de Nuestra Señora de la

Candelaria de Chamariapa la mensura de los terrenos incluyendo “...el sitio de

‘Kashaama’, por tener en él la mayor parte de sus conucos...” (Velásquez, 1977:84).


3. Historia reciente de Kashaama


Para el año 1961, Kashaama estaba conformada por: Guanipa, Bajo Hondo

(Bajondo), Alfondo, Castillito y Tascabaña (Schwerin, 1966; Morales Méndez 1989).

Para esa época, sólo se conocía un solo gobernador (Arvelo Jiménez; Amodio; Biord

Castillo; Morales Méndez, 1991) (ver figura N° 6).


Morales Méndez (1989) aclara, que a mediados de los años ochenta, algunas

comunidades se declararon independientes, como consecuencia de la tensión

provocada por el reparto de regalías por parte de las empresas petroleras: según los

registros antropológicos,


96


En 1988, la situación era la siguiente: en la misma extensión de la antigua tierra de labor,

tenemos ahora 7 pueblos diferentes y con gobernador propio: Kashama, Bajo Hondo, Tascabaña

I, Tascabaña II, Barbonero, Las Potocas y Santa Rosa de la Mongolia (Arvelo Jiménez; Amodio;

Biord Castillo; Morales Méndez, 1991: 51).


FIGURA No 6


COMUNIDAD DE KASHAAMA PARA 1962.


Fuente: (Morales Méndez, 1989:32).


Bajo el subsuelo de Kashaama existe el oro negro o el petróleo. Desde 1947 las

compañías petroleras comenzaron a pagar servidumbre (right-of-way fee) a la

comunidad de Kashaama (Denevan y Schwerin, 1978); lo que produjo, según

Schwerin (1966), un movimiento centrípeto, con foco en Kashaama, y que se

97


caracterizó por el retorno de familias para establecer residencia allí y hacer valer sus

derechos de participación en la distribución del dinero. Pago de regalías, que fue

desintegrando a Kashaama en pequeñas comunidades, creando faccionalismos y

divisiones internas (Schwerin 1966; cfr. Morales Méndez 1989).


Entre los años 1965 y 1970, según Julio Maita:


...vino la gente de Malariología; se hizo una reunión para hacer unas peticiones de viviendas;

nos reunimos 60 personas y nos dieron viviendas a todos. La casita del campo algunos la

dejaron... (en Franco 2002:167).


Los indígenas kari’ña de Kashaama, comenzaron a cultivar en la sabana, al

recibir créditos del Instituto de Capacitación Agrícola y Pecuario (I.C.A.P.), para la

compra de maquinarias y semillas (cfr. Denevan y Schwerin 1978; Velásquez 1977),

abandonando los conucos de los márgenes de los ríos y de los morichales; cambio

poco favorable por ser los suelos de las sabanas arenosos, muy secos y porosos.


Según el testimonio del señor Trino Ramón Aray, habitante de Kashaama:


...antes vivían separados cada cual en su conuco o en los morichales. Cuando llegaron las

petroleras dañaron las tierras, razón por la cual, ahora no se produce como antes; hay que salir a

trabajar a la sabana (...) la diferencia es por las petroleras; muchos indígenas buscan trabajar con

ellos, pero no se consigue trabajo... (en Franco 2002:40-41).

Otro testimonio es el del señor Pedro Medina Jiménez:


98


La forma de vida ancestral giraba en torno a la familia extendida, asentada de forma

dispersa en sus conucos y morichales, cercanos a los ríos. Al fundarse el pueblo algunos se

vinieron; no se acostumbraban al calor de los techos de Uralita (placas de amianto y cemento),

los baños, la distribución espacial de las casas; e hicieron cambios al estilo de las churuatas,

bohío o chusmo; entonces, usaban las casas solo para dormir, se iban al conuco y luego volvían;

con los años se fueron adaptando a las viviendas; los niños que nacieron en ellas no se

acostumbraron a la manera en que vivían sus padres en los conucos. Los ancianos no se

acostumbran a vivir en las casas, los abuelos viven en el conuco en casas de bahareque y los

nietos en el pueblo; estas casas son resistentes y aguantan a los temblores de tierra; se cuartean

pero no se caen (en Franco 2002: 50).

Velásquez fue testigo presencial de las primeras tres casitas, de las doce que el

Instituto Agrario Nacional (I.A.N.) iba a entregar en Abril de 1977. Velásquez analiza

el caso de las viviendas rurales de la siguiente manera:


...proyecto desconocedor de las verdaderas necesidades de la población; dos líneas de casas que

simulan una calle, unas enfrente de las otras, pocos metros entre una casa y otra, sólo dos

habitaciones. ¿Qué se busca?. ¿La comodidad de los futuros habitantes o el orgullo (...) de pasar

por la carretera y ver los techitos a lo lejos y decir: ‘esas casitas las ideé yo’?, no para vivir en

ellas, por supuesto, ni para preguntarse un solo instante si los que las van a habitar estarán

cómodos en ellas. ¿En qué espacio podrán tener sus animales domésticos, en qué fogón podrán

fabricar el casabe?; ¿en sólo dos habitaciones se podrán acomodar familias que tienen hasta

ocho hijos? (1977:71).

Añade Velásquez; que importante hubiera sido:


...que las casas hubiesen sido construidas en el sitio elegido por su futuro habitante, o al menos

que guardaran más distancia entre sí, ya que representan la misma inversión y le daría más

espacio vital a cada familia (1977:71).


Rosales Cárdenas (1978) nos cuenta que Kashaama tenía, en la época de su

visita, unas sesenta casitas del tipo vivienda rural, distribuidas en forma rectangular, a

unos trescientos metros de la carretera (ver figura N° 7 y foto No 9).


99


FIGURA No 7

MODELO DE VIVIENDA RURAL


a) Leyenda:

Sala-cocina a) Sala-cocina

b) b) Habitación

c) Habitació c) Baño

d) d) Base para la

e) co cinacoo-ccinacocina cocina

f) e) batea e) Batea

g) f) Base de

cemento cemento

h) Baño

i) Base para la cocina

j) Batea

k) Base de cemento


100


Fuente: (Arvelo; Biord; Morales Méndez, 1991:23).


FOTO No 9

MODELO DE VIVIENDA RURAL


Las casitas


...eran todas blanco y verde por fuera (...) el recibo tiene incorporada también la cocina, a mano

derecha un cuarto de unos dos metros y medio, ahí duermen los padres, tiene una cama grande

que no deja mucho entre la puerta y el resto del cuarto (...) por ropero tienen clavos grandes de

acero incrustados, de ellos cuelgan unos sombreros, ropa (...) nada de adorno en las paredes (...)

la única ventana de regular tamaño tiene metida en sus ranuras tiras de papel periódico, recortes

de telas, bolsas de papel grueso evitando de esta manera que el polvo y la arena de la calle

entren (...) al frente está la pieza de baño con su poceta y regadera, pero poco lo utilizan por no

llegarle agua suficiente, se prefiere ir al río o usarlo cuando en el tonel grande de la entrada han

recogido agua, saliendo a mano izquierda, está la batea, en donde están las ollas amontonadas

(...) la nevera funciona con kerosén, en tanto, la cocinita montada sobre una mesa más o menos

alta es de gas (...) (Rosales Cárdenas, 1978:60-61).


En las entradas de los cuartos, había


101


...unas cortinas de telas floreadas verdes y rojas, montadas en cortineros de madera iguales para

la entrada de todos los cuartos. En el recibo hay un pequeño juego de sillas, base de hierro y

tejidas con cuerdas plásticas de varios colores, siempre se utilizan a la hora de la cena o de

cualquier comida o en ellas mismas se conversa y se come sin ir a la mesa. Por las noches sirven

para sentarse afuera, al terminarse las visitas son guardadas una sobre otra en cualquier lugar del

recibo, la mesita utilizada para servir la comida está en el mismo sitio, en el día soporta libros y

cuadernos de los muchachos y montan sobre ella un gran chinchorro que por las noches duerme

cualquiera de nosotros (Rosales Cárdenas, 1978:62).


A raíz de la concentración de la población de Kashaama en pueblo de tipo

criollo, profundizaron los cambios en los patrones de producción y consumo.


Al quedar lejos de los morichales, los kari’ña se vieron obligados a sembrar en

la sabana, con menguados resultados, como ya dijimos. A juicio del señor Brinoldo

Morales agrotécnico “...la composición de las tierras técnicamente revela que son

arcillosas de origen volcánico; son tierras del tipo de sabanas y por lo tanto es un

ecosistema muy frágil (en Franco, 2002:45).


En el año 1978 se encontraban sus pobladores en un dilema: a) Atender

simultáneamente la adaptación, -entendida por Denevan y Schwerin (1978), como la

relación entre cultura y medio ambiente-, o b) el cultivo de la sabana con nuevos

equipos y en respuesta a la economía de mercado, externa a la comunidad.


102


4. Testimonios sobre el patrón de asentamiento tradicional de Kashaama

4.1. Espacios sagrados


Entre los kari’ña, existen espacios físicos que ellos llaman malos y espacios

físicos que ellos llaman buenos. El Püddai o shamán Juan Francisco Machuca nos

informa, que existen sitios inhabitables: “...Cerro Muralla, allí no se puede vivir y

tampoco en Cerro Verde. En los Farallones están los encantos, el permiso se pide

como uno quiere. En Cerro Negro hay algo grande, algunos ven algo allí. En los

cementerios no se puede sembrar cerca” (ver anexo 1.6, 1.8).


Alis Carreño nos comentó en nuestro recorrido por Cerro Negro, que ése es el

mayor centro espiritual de los kari’ña.


103


4.2. Asentamiento y vivienda en la tradición de Kashaama

4.2.1 Patrón de asentamiento tradicional


El patrón de asentamiento de los indígenas kari’ña, estaba integrado para la

época de la colonización, por unas veinte (20) o treinta (30) viviendas grandes, que

estaban dispuestas en forma circular, con una plaza central (Morales Méndez, 1989).

Cada vivienda comunal alojaba una familia extendida, que conformaba una unidad

básica de producción y consumo (Morales Méndez y Arvelo Jiménez, 1981). Este

patrón de asentamiento no era casual, sino que guardaba una importante relación con

su organización social, económica, política y religiosa. El espacio geográfico estaba

ocupado por familias de tipo extendido, que se distribuían en grandes extensiones de

tierra (Franco, 2002; cfr. anexos 1.6, 1.20, 1.15, 1.11, 1.12, 1.18). Según Juan

Francisco Machuca, “...antes no había pueblo, sino que había campos, campos

silvestres, y uno hacía un ranchito en cualquier parte...” (ver anexo 1.6).


Antes no había calles; más bien existían caminitos adyacentes a las viviendas.

No había una aglomeración de viviendas (ver anexos 1.20, 1.21).


Los kari’ña, recién casados, acostumbraban a colocar su vivienda cerca de la

vivienda de los padres de la mujer, para luego, con el transcurrir del tiempo mudarse a

otro espacio (ver anexos 1.1, 1.2, 1.5, 1.7, 1.8, 1.9, 1.11, 1.12, 1.15, 1.16, 1.17, 1.18,

1.19). “Cuando crecía mucho la familia se iban hacia otro sitio y allí formaban otra

104


familia, otro poblado, otro caserío, pues y así sucesivamente (...) se cambiaba de

lugar porque eso era costumbre...”(ver anexo 1.17).


Era una costumbre, que según Candelario Aray tenía su razón de ser:


...uno le hacia cerca de los padres porque los terrenos estaban libremente, ves; entonces ahí

formaba uno su familia, ves, ahí formaba un pueblito; entonces el tiempo que esta uno que

todavía no es padre, de familia uno está ayudando a los suegros, colaborando. Todo ese tiempo.

Cuando ya esta haciéndose padre de familia ya todavía si tiene tiempo de hacé, colaborar, usted

colabora. Ya fueron padre de familia, ya forman otra familia (ver anexo 1.12).

Los kari’ña también se movilizaban como parte de su cotidianidad. Según

impresión de Candelario Aray,


...también se instalaban las casas en montañas. Uno viajaba hacia la parte que uno quería ahí,

por ejemplo cuando estoy cortando la montaña, la montaña de Cantaura, un lugar que llaman

Santa Ana. Yo he viajado por allá a pie, yo fui baquiano por ahí, por esa Mesa, para atravesarla

pa’ llegar a San Joaquín. Una parte sabana y otra parte montaña, para llegar a San Joaquín. (...)

porque nosotros viajábamos de aquí para otro lugar, atravesábamos la sabana y si en la sabana

nos agarraba la noche y queríamos amanecer por allá amanecíamos nosotros bajo un palo verde.

Si era rápido nosotros no hacíamos casa hasta llegar hasta donde nojotros queríamos llegar, allá

también si íbamos a vivir, pero allá si hacíamos casa. (...) Era fácil mudarse pa’ otra parte, ve,

porque era fácil porque ya eso lo deja uno ahí y más alante cuando se muda se va pa’ otra parte

rápidamente hizo otro igual a esta. Fíjate, porque, la gente caminaba, le gustaba caminá. Adonde

que no podía estar todo el tiempo pongámosle que estamos aquí en Kashaama (...), cuando

quería ir a viví para las montaña, a temperar un tiempo, se iban para’lla. Podía pasar unos seis

(6) meses, unos tres (3) meses para ’lla, para eso uno construía su casa allá y para eso uno

tumbaba la montaña, talaba la montaña. Hacía un conuco allí y allí se mantenía uno mientra

estaba allá. Todo el tiempo era época de caza (ver anexos 1.6, 1.12).

Hoy día, el 87% de las viviendas están ubicadas de manera concentrada; el

10% de manera dispersa y existe un 3% de familias, que tienen ambos tipos de

viviendas (ver gráfico N° 4).


105


GRÁFICO No 4


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE VIVIENDAS DISPERSAS Y CONCENTRADAS EN LA


COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


4.2.2 Descripción de la vivienda tradicional


La vivienda tradicional de los kari’ña era de palma de moriche, con techo de

dos aguas, y paredes de moriche o también de bahareque (ver anexos 1.6, 1.12, 1.17,

1.19, 1.20) (ver figura No 8).


106


FIGURA No 8


VIVIENDA TRADICIONAL DE DOS DESAGÜES.


Fuente: Sr. Candelario Aray.


También el señor Candelario Aray detalla otra vivienda, que era de moriche

toda o con paredes de bahareque y de dos aguas el techo, pero con una especie de cola

semicircular en uno de los extremos, similar al bohío que se observa en algunas de las

comunidades kari’ña actuales (ver figura No 9).


107


Palma de moriche


Madera


FIGURA No 9


VIVIENDA TRADICIONAL “COLA DE MORICHE”


Según la encuesta aplicada, el 100% de las viviendas no tiene techo de

moriche sino de otro material.


Aún hoy en día se construyen viviendas con techo de moriche (ver foto No 10).

108


Bahareque


Vista de la base


Pared de

moriche


Vista de base


Fuente: Sr. Candelario Aray.


FOTO No 10

VIVIENDA CON TECHO DE MORICHE


El señor Isidro Guare comenta, que construían otras casas que eran utilizadas para

recibir a la gente, como por ejemplo la que denominan ramá. También construían

para dormir, durante los viajes, una casa que tenía el techo y sus paredes de palma de

moriche (ver anexos 1.11, 1.12 y ver figuras No 8 y N° 10).


109


FIGURA No 10


VIVIENDA TRADICIONAL DE UN SOLO TECHO


Fuente: Sr. Candelario Aray.


Según la encuesta, el 93% de la muestra manifestó tener solo la vivienda

principal; mientras que el 7%, manifestó poseer otra vivienda, además de la principal

(ver gráfico N° 5).


110


Palma de moriche


Mader


GRÁFICO No 5


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS CON POSESIÓN DE VIVIENDA EN LA


COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


4.2.3 Construcción de la vivienda tradicional de barro


Según información de Heriberto Martínez, para construir la vivienda, hecha

totalmente con palma de moriche, “...se encuja con el mismo moriche abajo,

entonce no se usa el barro, sino al mismo moriche pa’ encujalo así, bueno con eso

más se eso fue lo que más vi cuando mi juventud, sí, una casita encujada con el

mismo moriche también (ver anexo 1.19).


En cambio, según el Püddai Pablo Medina, otra era la técnica para construir la

vivienda de barro:


111


...para construir esa casas se necesitaba, mezcla biológica (...) tierra amarilla, esa tierra amarilla

se ligaba (...) con una paja que llaman hoja e’coneja, hoja de coneja. Nosotros picábamos esa

paja menudita y la tierra amarilla esa que era arcillosa, entonces se (...), lo armaban, (...) lo

enlazábamos madera amarrada con bejuco o con moriche, después lo techábamos con moriche o

penca de moriche y enlazada con madera, entonce así ya nosotros hacíamos ese barro, lo

mojábamos nosotros con agua pa’ trabaja al otro día, pa’ podé embarrá y después que estaba

embarrada con el mismo barro se hacía el piso, con la misma tierra. En aquellos tiempos no

usaban cemento sino usaban era bosta de ganado y cal, para que ese eh, pa’que en el invierno

agua no tumbe el barro (ver fotos N°: 11, 12, 13).

FOTO No 11

VIVIENDA DE BARRO


112


FOTO No 12


DETALLE DE UNA VIVIENDA QUE ESTÁN TUMBANDO


FOTO No 13


DETALLE DE UNA PARED DE BARRO Y MADERA


113


Los kari’ña construían la base de la puerta de esta vivienda más arriba del piso,

porque hay muchas culebras en la zona y de esta manera no pueden entrar estos

animales. El moriche se cortaba y se ponía a secar antes de colocarlo (ver anexo 1.21

y foto N° 14).


FOTO No 14

HOJAS DE MORICHE CORTADO


4.2.4 Tiempo del corte de la madera y del moriche


En cuanto al tiempo de corte de la madera y del moriche para la construcción

de la vivienda tradicional kari’ña de barro, este era hecho cuando la luna estaba en su

fase menguante (ver anexos 1.6, 1.9, 1.11, 1.12, 1.19, 1.21). Según el testimonio de

Juan Francisco Machuca,


114


La madera la escogían en menguante, cortaba la madera pa’ tené casa, pa’ que dure

igualmente el moriche, la penca. Todo lo hacían en menguante, si es el cogollo de moriche lo

cortaban en menguante pa’ torcé. Rayaban en menguante pa’ tendé, y pa’ cazabe, y lo colocaban

en hoja de cambur seco, pa’l cazabe sabroso, lo envolvían pa’ que guardarlo (ver anexo 1.6).

De esta manera, los kari’ña sabían que la madera no se picaba y que la palma

de moriche podía durar hasta cinco años. Esto se hacía para evitar la entrada de la

plaga llamada chupón (Chipo), que comenzó a hacer estragos entre los kari’ña cuando

se cortaba indiscriminadamente el moriche en la época de luna en fase creciente y no

se dejaba secar muy bien antes de instalarlo. Según el señor Heriberto Martínez, los

kari’ña, antiguamente, no conocían este insecto.


4.2. Relación social en el contexto de asentamiento y vivienda

4.3.1 Distribución de la gente en la vivienda


La vivienda tradicional kari’ña de barro presentaba una pared interna, que

dividía el espacio de la casa en dos. La casa tenía “...una sola pieza donde se

guindaban varios chinchorros y una salita....” (ver anexo 1.8).


Alís Carreño, sostiene, al referirse a la casa grande, de tipo tradicional, que


...Era práctico, nosotros dormíamos en hamacas tradicionales, pues los chinchorros (de la palma

de moriche) no cubren mucho espacio. En esta vivienda podían vivir hasta cincuenta (50)

{personas} y dormían cómodos y allí se comunicaban todo entre sí, allí, y ya desde muy

temprano comenzaban a recoger y almacenar esa hamaca, esos chinchorros y el sitio quedaba

como despoblado...(ver anexo 1.17).


115


Agrega Justo Maita, que:

...También se utilizaban cuerdas de la palma de moriche adentro para el tendido de ropa de la

casa, para la ubicación de la ropa en ese momento. Era adentro para evitar que se mojara o que

un animal se lo llevara. Es decir, es la correlación ahorita con un escaparate. Para organizarlo

(ver anexos 1.4, 1.5, 1.7, 1.8, 1.9, 1.11, 1.12, 1.17, 1.18, 1.19, 1.20).


4.3.2 Formas tradicionales de organización familiar con relación a la

utilización del espacio


Dentro de la casa tenían alguna mesa hecha de horqueta o con trojitas de

palma. Cuenta Petrica Maita que sobre esa mesa se ponían:


...los corotos: ollas de barro, totuma y garupo que se hace con barro (...) y palo huepe {que} lo

queman y eso lo amasan con el barro para que salga bien. El barro es de abajo del río y eso lo

ponen a secar y después que esté seco es que queman el palo y después lo mojan y se amasa

como una masa... (ver anexo 1.8).


El garupo era para comer; era una especie de plato. Para guardar el agua

usaban una tinaja de barro, donde se colocaban dos piedras blancas para enfriar el

agua. También la tapara servía para guardar el agua, y según María Tamanaico, para

la bebida kashiiri: “...kashiiri lo que uno llama kashiiri, no ombe, ‘horita lo hacen

pero no en ese envase, no se pone fuerte como ese, el que se prepara en el coroto ese,

la tapara esa” (ver anexos 1.2, 1.6, 1.8, 1.11, 1.12, 1.20).


116


Según Petrica Maita:


...La cocina (el budare) era también de barro, de palma y adentro tenía una troja hecho de barro

y entonces arriba de eso se prendía candela pa’ cociná. La troja es de barro y se pone con unos

palos y lo forran con barro y se prendía el fuego con basurita de monte. También usaban leña

(ver anexo 1.8).


Los kari’ña cocinaban afuera de su vivienda, nunca adentro (ver anexos 1.2,

1.6, 1.8, 1.9, 1.11, 1.17) (ver foto No 15).

FOTO No 15


COCINA UBICADA AFUERA DE LA VIVIENDA DE CASTILLITO

117


Pudimos conocer a través de la encuesta general, que en Kashaama solo el 5%

de los ocupantes de viviendas tiene la cocina fuera de la casa; mientras que el 95% la

tiene dentro de la misma (ver gráfico N° 6).


GRÁFICO No 6


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE VIVIENDAS CON COCINA AFUERA Y ADENTRO DE


LA COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


Heriberto Martínez expresa lo siguiente, con relación a la crianza de los niños

y niñas en el asentamiento:


...pa’ que esos muchachos no se metan en otros fondos si, entonce, aquel si es malo en vez de

darle a los niñitos más bien los pone a regañar, aquí había ma’ (mamón) bueno ya eso se

terminó, el mamón y el mango y el mango y el tamarindo todo eso hay aquí no, y entonces yo

digo y si vuela y entonce cuando yo le decía a os niñitos a los nietos, mire no desguase que eso

son pa’ ustedes mismos, cuando están maduros no lo quieren comé, repugnao de comé ciruela, y

mamón y mango. Y yo creo que venga por ahí, le dije yo a la señora, mire no lo regañe llámelo

y le da, si hay mango le da mango y si hay ciruela también le da ciruela que ellos también

quieren comé. No es únicamente del trabajo de sus padres que ellos comieron de otros trabajos

también.... (ver anexo 1.19).


118


En cuanto al agua, los kari’ña la buscaban en el río:


...cuando no había tubería de agua, el pueblo, pero ‘horita no, mucha contaminación. Los

extranjeros tienen cochinera por ahí, por la cabecera del río, entonces ellos zumban esos sucios.

Nojotros bebíamos agua en el río antes. Era limpio, pero ya no se puede (ver anexo 1.16).


Conocimos por medio del testimonio del Püddai Juan Francisco Machuca,

cómo los kari’ña llevaban un sistema de calendario:


...formaban una tabla en Semana Santa y ponían un numerito allí en mayo-junio- julio-agosto,

entonces ponían granos de sal y el mes que la sal se derretía... (lo ponían al sereno) que echaba

más agua, es porque llovía bastante, y al mes que estaba más seco también lo sabían. Y así

sabían ellos, ese es el almanaque de ellos (ver anexo 1.6).


Por otra parte, Fray Antonio Caulin en su famosa Historia Coro-gráfica, Natural y

Evangélica de la Nueva Andalucía, (concluida en 1759), mencionó, que los kari’ña:


...Observan los tiempos por las estrellas, especialmente por las Cabrillas. Los meses los

distinguen por las lunas, y los días por el sol; y así el modo de explicarse, para expresar dos

meses, o dos días, es decir dos lunas, o dos soles, cada nación en su idioma, y frase... (93).

119


4.3.3 Formas tradicionales de organización familiar con relación al

asentamiento


El püddai Pablo Medina detalla algo substancial con respecto al modelo de

organización social cuando expresa, que:


...cuando alguien o un grupo de familia, de por lo menos veinte (20) o treinta (30) familias,

(crecía) entonces, entonces se necesitaba un gobernador, que le llamaban cacique. (...) Ese

cacique tenía el segundo gobernador pa’ una reunión, pa’ una consulta, pa’lo que sea. (...)

Entonces, no, ese era la vida de antes y 'horita no se ve eso, por lo menos este era una

comunidad, no; decía usted yo quiero hacé un conuco allá hasta aquellas matas de cambur;

llegaba otro y decía: vamos ayudalo. A compone. Bueno lo hacían, y hasta toditos ustedes en la

mañana iban a ayudálo, y después pa' sembrá eso era lo mismo y así hay no había hambre, no

había nada, había todo. Había unión pues, ahorita no, 'horita pasa hambre. Trabajaban juntos en

cayapa juntos. Iban hace una casa y entre todos la hacían y estaba muy rápido. Pero había partes

también que tenían vecindarios y casitas juntos... (ver anexos 1.6,1.21).

Sin embargo, las cosas al respecto han cambiado, por lo que, el Püddai Pablo

Medina comenta que:


Yo le digo a este primo: Vamos hacé acequia en ese morichal. Nadie quiere ayudá. Y

mañana por lo meno, yo estoy viviendo aquí y hay que hacer una casa, con una mata por allá,

sembrá ciruela, naranjas, mandarinas, y entonces yo le digo al primo y no, tú ve. Entonces uno

hace lo mismo (ver anexo 1.21).


Se colaboraba con los suegros, trabajando en los morichales de la siguiente

manera:


...eso es un trabajo fuerte y que cualquiera no puede hacer, porque eso hay que canalizar el río

y hacer los drenajes del agua para que se canalicen lo que llaman ’cequia. Cortar esas tierras por

donde quiera con huequitos, para después tumbarlas la parte cuando esta seca ya, después quema

uno y después siembra. La ’cequia es para que permanezca entre húmedo y seco (ver anexo

1.12).


120


El Sr. Heriberto Martínez hace referencia a un evento que le ocurrió hace

muchos años y que plasma la importancia de la organización familiar en torno al

asentamiento:

Sí, por aquí, esas casitas, esas de ahí, esas que van ahí, todas esas casitas esos son hijos

míos. A mi se me fue un muchacho de diez y ocho (18) años, que lo regañé y entonces, lo

amenacé de pegarle, entonces, se jue por eso. Entonces yo le dije: bueno ya usted esta grande,

usted mismo se va a cuidá. Porque nosotros lo cuidábamos cuando estaba pequeño y ahí se

buscó una mujercita por allá y ahí tuvo un tiempo por ahí, por esos lados del Tigre y a un día

vino la mujercita aquí, estaba yo aquí en ese banco, llegó la mujercita llorando; bueno, entonce

yo le pregunté bueno -¿qué es lo que pasa?-, no que Domingo se esta muriendo con una

enfermedad que anoche no pudo dormí, -¿verdad?-, sí, y -¿qué enfermedad?- , yo no sé, me dice

ella, -¡qué broma!-, yo estoy limpio, no tengo nada, la capitá que tengo son cincuenta (50)

bolívares aquí, bueno por ahí ta un primo mío, yo le dije: tenía un volteo {refiérase a un camión

de este tipo}, entonce fui yo a casa de él, primo le dije usted esta ocupado 'horita, pa’onde tiene

viaje, pa’ ninguna parte primo, -¿pa’que primo?-, pa’ que me hiciera un favor primo: ahí llegó la

mujer del hijo mío llorando, el marido que esta enfermo, y que esta grave, yo quiero que tu me

hagas ese bien que después pagarle al árabe, entonces -como no, primo- me dijo, bueno yo queré

un viajecito ‘horita también, yo no tengo con que pagate ‘horita, -no importa primo- me dijo:

vamono vamos hacerle el viaje y nos fuimos, no que no verdaderamente que el muchacho no

podía pararse entonces ahí lo agarramos u lo montamo entonces me dice el amo del carro:

¿pa’onde es que lo va llevar?, -¿pa’l Tigre?-, no yo no lo llevo pa’l Tigre, yo lo llevo pa’ un

lugar por ahí pa’rriba que llaman Las Potocas (comunidad kari’ña ubicada en las adyacencias

del poblado rural de Kashaama), aja, hay estaba un curioso, yo lo voy a llevar pa’ Las Potocas, -

vamos a llevarlo pa’ lla-; entonces, menos mal que el curioso estaba allí. Cuando yo llegué le

dije: primo ahí traigo a mi hijo enfermo y el muchacho llorando, llorando, llorando y le dije yo:

siéntate ahí mijo en la silla y se sentó; y entonces me llamó: papá me dijo -no puedo 'ta sentado-

(...), entonces le dije yo al dueño de la casa: primo le dije yo ahonde puedo colgá ese chinchorro

de ese muchacho, -ah, cuélguelo por aquí primo me dijo-; entonce me llamó el muchacho me

dijo: papá no aguanto el dolor, -entonce le digo yo primo- le dije yo-, hágame un calmante

primo pa’l muchacho - le dije yo- el muchacho no aguanta el dolor, -como no ‘horita le hago un

calmante-, entonce le colgue el chinchorro, entonce le di veinte (20) bolívares pa’ que mandara a

ve las aguas, mañana le dije: de madrugadita agarra las aguas -le dije- y se lo de a él pa’ que él

vea que enfermedad tiene y yo vengo mañana -le dije no-, entonce me vine, el otro día en la

madrugada salí y yo no espere que amaneciera. Yo amanezco por ahí al frente de la casa pero

tengo que llegar por la mañanita, bueno entonce llegue, no, la casa estaba sola, bueno y yo dije

de aquí pa’ onde se irían decía yo entonce jui a adonde le colgué el chinchorro al muchacho, el

chinchorro solo, bueno pa’ onde buscaría este muchacho, entonce llegó el curioso, entonce le

pregunté: -¿y el muchacho primo?-, le dije, -ve donde está- me dijo allá está allá bajo una mata

de mango taba leyendo unos cuentos. Bueno, entonce yo dije allí fue que me animé, animé el

muchacho bueno entonce me dijo el curioso, después que usted se fue le hice un calmante y se

la tomó y con eso amaneció hasta por la mañana durmiendo, eh, bueno entonce me dijo él: -ahí

le dieron una toma, una toma como pa’, pa’, pa’, pa’ acaba'lo a él, pero él ya no se va a morí, ya

a él no le va a pasa nada, bueno después que se puso bueno entonce jue que empecé aconsejarlo,

a él empecé aconsejarlo, no esta viendo -le dije-, ve, allá había gente bastante, familia de usted

también, primo, sí, y ve como se estaba muriendo por eso neso lo que yo te dije ya eso no era

regañándote ese era aconsejando mijo le dije yo, ahora pa’ onde te va, te va a volver a ir pa’ lla,

no papá, este yo voy contigo, -me dijo-, ahí fue que se convenció no, que un pa'e una ma'e hace

falta (ver anexo 1.19).


121


4.3.4 Reuniones y socialización


Los kari’ña se reunían con los visitantes afuera de su vivienda.

Específicamente en una casa llamada ramá; los kari’ña que no tuvieran construida esa

casa de moriche recibían a la gente debajo de una mata (ver anexos 1.4, 1.5, 1.6, 1.9,

1.11, 1.12, 1.17, 1.20).


Pudimos conocer, por las encuestas generales, que en Kashaama el 17 % tiene

el llamado “bohío”, colocado afuera de su vivienda rural (ver gráfico N° 7) (ver foto

No 16); mientras que el 83% ya no lo construye.


GRÁFICO No 7


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE VIVIENDAS RURALES CON BOHIO Y SIN BOHIO DE


LA COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


122


FOTO No 16


VIVIENDA TIPO RURAL CON BOHIO AFUERA


5. Testimonios de la población actual de Kashaama en relación a su cultura e

historia local

5.1. Memoria de las influencias externas que causaron cambios en la tradición

kari’ña de la población de Kashaama


Para comentar sobre los cambios impuestos en el patrón de asentamiento

tradicional kari’ña en general, debemos hacer una distinción en dos períodos: El

período colonial y el período republicano.


123


En el período colonial de la historia venezolana, los indígenas kari’ña fueron

manipulados ideológicamente por la sociedad europea, al agruparlos en poblaciones

de estilo europeo, que rompían con su patrón de asentamiento tradicional. (Ministerio

de Educación, 1991). En estos pueblos, conocidos como “pueblos de misión”, se “...

menoscababa el aspecto más esencial de su identidad familiar extendida kari’ña, base

de su organización socio-económica y política” (Morales Méndez; Biord Castillo y

De Prada, 1987:95).


Por defender esta identidad, hubo rebeliones y hasta indígenas muertos en este

período. Afirma Civrieux (1976), que las condiciones de estos pueblos no se

adaptaban a las condiciones ecológicas ni a los requerimientos de la subsistencia

tradicional kari’ña.


En el período del gobierno republicano la dominación de la sociedad europea

sobre la cultura kari’ña fue sustituida por la dominación de los criollos en el poder,

“... con los mismos fines de los colonizadores europeos, negar y destruir a las

naciones indígenas, para controlarlas, asimilarlas y poder, finalmente, autoafirmarse

como Estado-nación” (Morales 1996:107).


Específicamente en este período se establecen políticas de negocios como: a)

Declarar las tierras indígenas junto con sus recursos naturales como propiedad del

Estado. b) Planificar desarrollos habitacionales negadores por excelencia del patrón

de asentamiento tradicional indígena, ya que se cree que el único modelo válido de

124


vivienda es el impuesto por el Estado (vivienda rural), despreciando por completo la

diferencialidad cultural. c) Desintegrar la propiedad comunitaria mediante la dotación

de tierras individuales para apropiarse de los territorios indígenas e imponer así el

régimen de propiedad privada acorde con las doctrinas de las “repúblicas americanas”

(Morales Méndez, 1996).


Luisa Maita (2002) alude que fue el gobierno el que “llevó” la idea de la

vivienda rural a la comunidad de Kashaama. Juliana Maita agrega, que: “Vivía en una

casa de barro y penca, esa era la costumbre de nosotros pero, estaban dando créditos

el gobierno y nos sacó esta vivienda y nos mudamos pa`ca y terminamos de criar

aquí....”. Luego añade: “Ya lo pagamos... venía el cobrador. En aquella época

estaba todo barato. Salió como a 12.000 Bs. de a 1.000 Bs.....(ver anexos 1.2, 1.4).


Rosa Maita fue una de las personas, que aceptó voluntariamente la vivienda

rural: “Llegó una licenciada y explicó lo de la vivienda y yo me anoté en la lista.

Nosotros vivíamos en donde mi mamá ... Eran viviendas así echadas para allá. Había

morichales y casitas de barro, de penca y había culebras....” (ver anexo 1.1).


Para Justo Maita, la vivienda rural


Surge cuando se presenta un brote de epidemia, supuestamente causada por el Chipo

(triatoma megista), que habitaba en la madera, incluso en el bahareque y el techo de la casa, la

palma de moriche. Y entonces eso es lo que trajo construir una casa más higiénica para evitar

ese tipo de enfermedades. Fue como una imposición....(ver anexo 1.5).


125


Según el Püddai Juan Francisco Machuca,


Antes teníamos los conucos en el morichal y hubo una inundación en septiembre y se llevó

toda la cosecha que había en los morichales y no quedó nada ni la semilla....Bueno, entonces a

través... nos dieron un crédito de yuca, de fríjol, de todo. Entonces de ese crédito sembrábamos

y a través ... surgió una Asociación ... sembrábamos maní de aquí es que se formó la vivienda

rural...(ver anexo 1.6).

Domingo Machuca, relaciona la construcción de las viviendas rurales, con la

presencia de enfermedades:

...como había tanta enfermedad y la gente se fueron ya orientándose por causa de las malas

viviendas: Los niños tenían mucha enfermedad y uno mismo se enfermaba y después se murió la

gente también en la comunidad y yo dijo bueno la única manera será una persona que se

movilice y que busque esa vivienda a ve si podamos viví más cómodo y más sano. Bueno y eso

fue el motivo pues (ver anexo 1.9).

Luego reconoce, que:


Cuando llegó pues las viviendas, entonces se terminó la tradición que había antes. Se

terminó porque ya entonces era de otra manera, pero se vivía siempre junto pues, porque el hijo

no dejaba a sus padres. Conseguía mujer de otra parte tenía que traerla o sino la mujer se llevaba

el hombre a los lugares de donde era, así como, como diremos...Kashaama con Tascabaña, si

aquella se enamoraba con este de aquí y si el hombre podía llevarse la mujer se la llevaba pa’

lla. Si aquella la mujer podía llevarse... como quisiera (ver anexo 1.9).

Santos Ramón Tempo considera, que la construcción del pueblo es “Pa’ que la

gente este unío. Así como ellos viven (los miembros de la sociedad occidental), formá

un pueblo (ver anexo 1.15).


Josefina Maita coincide con Domingo Machuca, en que “...la gente se

enfermaba mucho fuera de la medicatura. Eso fue pa’ se una medicatura”. Añade:

126


“Porque el gobierno quiso, el gobierno mismo hizo ese proyecto. Crédito pues,

viviendas rurales” (ver anexos 1.9, 1.16).


Heriberto Martínez considera, que la concentración de tanta gente en el pueblo,

acaba con la paz familiar:


Yo digo hay veces que cuando yo, hay veces que no duermo, oscurezco y me acuesto ahí y

eso y aquí mismo amanezco porque con la bulla no me da sueño, si, porque hay otros que con la

bulla eso, se dan como el tigre roncando {risas, refiriéndose a los efectos de los equipos de

sonido o las llamadas ‘plantas’ colocados a alto volumen en la comunidad, ya sea

cotidianamente o en las fiestas}, y yo me extrasnocho (ver anexo1.19).

Recuerda Petrica Maita: “Bueno, cuando no, bueno cuando nosotros

escuchábamos que venía vivienda rural. Nosotros no sabíamos cómo iba a ser, pero,

después nos dijeron que era una casa de bloque con techo de zinc...” (ver anexo 1.8).


Candelario Aray también rememora el pasado del inicio de la construcción de

las viviendas rurales: “...fue cuando nos dieron crédito, en esos tiempos yo vivía por

ahí (...) pal’ río. A mi me obligaron agarrá esta... la gente que vinieron a danos esta

vivienda ... Mariología, le vamos hacé unas casitas... 10.600,00 (diez mil seiscientos

bolívares) en aquel tiempo.....” (ver anexo 1.12).


Al preguntarle si conocía los objetivos o la razón de la llegada de la vivienda

rural a Kashaama, respondió:


127


Según, yo escuché para mejorar la vida de nosotros, así no nos podían atendé ellos unos

por allá, otros por aquí. Lo mejor de ellos era agruparnos a nosotros para ellos atender mejor,

poder atender y por eso aquí siempre muchas veces carecemos, carecíamos antes y, se puede

decir a los señores que trabajaban aquí por la falta de agua, carecíamos mucho nosotros, la luz,

eso se va permanentemente casi, entonces de eso le estoy hablando...(ver anexo 1.12).

José Luis Tamanaico piensa que los cambios se dieron: “Pa’ uní a uno pues,

pa’ que haiga un solo pueblo, ahí junto (...). Pa’ llevá a uno pa’ donde están ellos.

Pa’ ‘ce’ un pueblo, un pueblo kari’ña...”(ver anexo 1.20).


Alís Carreño considera que:


La vivienda rural surgió como surgen siempre los proyectos, programas de gobierno, que

vienen desde afuera y son imposiciones, programas que en la cual la comunidad no tuvo nada

que ver en esa planificación, sino son proyectos externos y fueron impuesta en la comunidad.

Esta vivienda que hoy tenemos y que vivimos aquí fue impuesto por los gobiernos de turno; en

aquel entonces hace como aproximadamente veinticinco (25) años, fue que se cambiaron las

viviendas tradicionales por estas viviendas rurales....(ver anexo 1.17).

Además comenta lo siguiente:


...según el programa era para mejorar la vivienda tradicional y porque aquella, según era de

palma, producía muchas enfermedad; llamaba animales etc; etc; y era para mejorar precisamente

esa vivienda tradicional, pues ese es una de las razones que ellos disponían.... (ver anexo 1.17).


Justo Maita compara la vivienda tradicional y la rural:

Las diferencias son marcadas ya que la vivienda rural tiene una división y un baño, que

anteriormente no se utilizaba un baño, sino el campo abierto y eso esta diferente. Y el techo no

es igual que la palma que sería más natural, más fresco, da un ambiente fresco y adecuado a la

naturaleza y ahorita uno tiene el piso que es de concreto, anteriormente solamente era pura

tierra, pura arena... (ver anexo 1.5).


128


El Püddai Juan Francisco Machuca opina que el cemento “...da un frío.

Siempre hay enfermedad. Eso da enfermedad. El piso de cemento con zinc da

enfermedades contagiosas. (...). Es igualito que el moriche, el moriche tiene otra

tradición...” (ver anexo 1.6).


Josefina Maita, acerca de los materiales tradicionales, como el techo de

moriche, comenta: “¡Gua! Porque era fresco, no pega mucha calor, si es bueno si,

pero ahora esto en forma de cemento, si da calor, da mucho, uno tiene que dormir

con ventilador” (ver anexo 1.16).


Por su parte Alís Carreño, expresa sobre la vivienda rural que:


...en un cuarto aísla totalmente a los hijos o a los otros familiares que están en la misma

vivienda y bueno la incomodidad pues, de esta vivienda (rural), y otra de las cosas es que son

totalmente cerradas, no son descubiertas, no son aireadas, como la tradicional o sea que no son

frescas, son muy cerradas y permite que el calor ahogue pues, la permanencia más que todo en el

día, en la noche es un poco fresco, en el día es muy distinto a la vivienda tradicional (ver anexo

1.17).


Nicolás Maita dice en referencia a la vivienda rural que: “...Es pequeña.

Necesitamos una que sea el doble de esa rural en tamaño...” (ver anexo 1.18).


El Sr. Heriberto Martínez relata que: “...Hay veces que el ruido del zinc, yo no

sé que animal que suena el zinc durísimo. Yo digo que animal será este que suena el

129


zinc duro no sea un aparato malo que mandan los brujos. Con el moriche eso es lo

más tranquilo, fresco” (ver anexo 1.19).


María Tamanaico, sintetiza lo ocurrido de la manera siguiente:


No quisieron más que la gente vivieran así esgaritados, lejos, sino, pa’ que iban a vení la

luz y el agua; así jue que entusiasmaron la gente. También yo jui también pero, yo creía que yo

iba se gran cosa; dejé esta casa nuevecito; estaba esto aquí, me quedé como diez (10) años y

todavía estaba la casa {Se refiere a su casa tradicional en este sector llamado Matapalo} (ver

anexo 1.20).

Lo que el gobierno quería con las viviendas rurales, nos dice Juliana Maita, era

“...uní a los indígenas, porque nosotros vivíamos unos por aquí y otros por allá. El

gobierno le da crédito al indígena para que se viniera a vivir” (ver anexo 1.4).

Enfoque confirmado por Justo Maita, para quien


...Hubieron varios factores en este caso unir a un solo grupo indígena, ya que éstos se ubicaban

de manera dispersa como forma de preservar de mantener y defender las tierras. En este caso

uniéndolos sería más o menos como quitarle cierta cantidad de tierras concentrándolos en un

solo sitio (ver anexo 1.5).


El Püddai Juan Francisco Machuca responsabiliza a los promotores de la

comunidad, del lugar seleccionado para construir las viviendas rurales, de haber

dejado muy poco espacio entre ellos. Según él,


130


Petra Maita, la prima de los de aquí, era promotora de aquí de Kashaama y fue la que

aceptó la vivienda de aquí, en el centro pegadito porque eso venía pa’lla... {señala hacia la

ubicación de la E.T.A.C. (Escuela técnica de agricultura y cría).}. Porque allá faltó el que estaba

dirigiendo pa’lla, pa’ la E.T.A.C. Faltó, no estaba y estaba uno, el fotógrafo y lo mandaron pa’ca

y Petrica y los mismos indígenas escogieron aquí... Ella era presidenta de la Unión Prestataria,

entonces... al llegar allá el fotógrafo, se vino pa’ca aquí lo aguantaron porque el centro poblado

era allá {señala otra vez hacia la ubicación de la E.T.A.C}). (ver anexo 1.6; cfr. María

Tamanaico).

Petrica Maita justifica su actitud como promotora sobre la aceptación de las

viviendas rurales:


Porque nos dijeron que nos daríamos los servicios públicos como el agua, la luz, pero

como nosotros nunca habíamos visto la luz nos explicaron que uniéndonos así íbamos a tener los

servicios como el agua, la luz, bueno y otras cosas. Como las escuelas más cercas (ver anexo

1.8).

Pero Petrica Maita niega su responsabilidad en la selección del lugar. Ella

opina, que se estaba casando para esa época y que la escogencia la hizo el gobierno

(ver anexo 1.8).


Domingo Machuca fue uno de los responsables de la construcción de las

viviendas rurales:


Esa vino cuando yo era gobernador, había ese como llama eso runrún que se oía por allá y

había un gobernador siempre tenía a la gente engañada y entonces me llegó de agarrar ese yo,

ese poder, adonde yo me dirigí a ver si era verdad que había un presupuesto para los indígenas y

entonces aquí me tenían también engañado aquí en Barcelona, y entonces tuve que dirigirme a

Caracas. Ahí si fue que me enteré bien y tuve conversación con persona y me conocí con

persona, con varias personas y me orientaron bastante ahonde conseguir esas viviendas. Yo fui

el que conseguí esas viviendas (ver anexo 1.9).

Añade que:


131


Por razón de que no lo hiciéramos tan lejos por asunto pa’ hacé las compras a los pueblos,

ahora, entonces si nos alejábamos mucho de la carretera entonces era otro problema. Vení más

de lejos agarrar los transportes en la vía. Estábamos lejos y todos se tuvieron que vení, otro,

otra, como especie de una comunidad vivíamos pa’lla junto, junto de los trabajos y del morichal

y de la siembra. ‘horita no existe eso, bueno si existe, las casas viejas y donde había mangales

así, matas bastante, no queda muy lejos. No todos quisieron venirse, fueron acostumbrándose

poco a poco. Venían de, venía uno, otro y más allá otro y venían ocupando la vivienda, hasta

que terminaron de vení todos. Primeros fuimos nosotros y otros y ya ellos murieron y están los

hijos. Yo tenía que estar pendiente porque era el gobernador y podía vení otras personas y

apoderarse de esas viviendas. Las hizo el gobierno y después se pagó. En aquel tiempo una

vivienda costaba Bs. 10.500 (diez mil quinientos bolívares). De a 300 (trescientos) cobraban

(ver anexo 1.9).

Domingo Machuca nos manifiesta haber sido el responsable de la escogencia

del espacio donde se encuentra el pueblo de Kashaama. Aunque hay miembros de la

comunidad, como Josefina Maita (ver anexo 1.16) y Nicolás Maita (ver anexo 1.18),

quienes opinan que fue una decisión de la mayoría. Por su parte, Pablo Medina

considera, que ese lugar ya estaba demarcado desde López Contreras (ver anexo 1.21).


Domingo Machuca justifica la construcción de las viviendas rurales con base

en los siguientes argumentos:


Había comodidad porque había más limpieza y la verdad que las enfermedades

disminuyeron, porque ya las enfermedades lo producía también el invierno, la creciente porque

uno tomaba las aguas crecidas, aguas sucias. Porque eso viene limpiando toda esa sabana por

ahí. Hicieron pozo y todas las instalaciones pa’ tener las posibilidades, la luz vino después.

Antes se acostumbraba también herví el agua para los niños, solamente a los niños, porque a los

adultos no. Era por el asunto de la diarrea, los niños tenia mucha diarrea y así y uno tenía que

darle esa bien hervido (ver anexo 1.9).

También Isidro Guare se siente el responsable de la construcción de las

viviendas rurales “Esas las pedí yo cuando Caldera en el año 1970. Hice la petición y

fueron 35 (treinta y cinco), gobernadores de varias partes. Hice esa petición en

Caracas. Fui a una reunión como el 17 (diez y siete) de abril del año 1970” (ver

132


anexo 1.11). Según él hubo muchas reuniones “Primera se hizo la reunión allá y cada

quien hizo su exposición, Tascabaña, Bajo Hondo, todas esas comunidades por ahí

fueron los gobernadores (...) aquí querían estas viviendas” (ver anexo 1.11). El lugar

escogido había sido hacia donde está la escuela técnica, “...pero, como {hubo} un

cambio de gobernador, entonces él cambio” (ver anexo 1.11). Hacía referencia a

Domingo Machuca. Isidro Guare no se arrepiente de su proceder: “Bueno, ese es el

precio, estaba bien, a to' la gente le gustaba... por la luz, el agua, la escuela. Esa

época había pa’ tres salas na’ más: pa’ primero, segundo, tercer grado...” (ver anexo

1.11).


El Sr. Candelario Aray nos informó, de que nunca hablaron en la Asociación

sobre la decisión de colocar en Kashaama viviendas rurales. La Unión Prestataria

habría pagado las iniciales. Al referirse a los acontecimientos antes narrados, nos

manifiesta:


Bueno, yo sentí, que yo sentí un vacío dentro de mi {se le quiebra la voz}, yo sentí

necesidad mira, en esos tiempos ve, todo mi trabajo se fueron fracasando, se fueron yendo para

abajo, ve pero después hice un hincapié, para llevar esto, para nosotros aguantá no, es como le

estoy diciendo pues de allí, empecé agarrar pierna, comencé a elaborá cesticas, comencé

elaborar sombrero, bastante que el señor Alís colaboró también conmigo, nosotros

conseguíamos eventos por allí; íbamos a vender por ay, me mantuve yo, él me ayudó mucho en

eso, después comencé hacé mis trabajos, comencé arar tierra, ya tengo como tres años ya bueno

sembrando, arando tierra, pero ya en la sabana, no de tecnología (ver anexo 1.12).


Kashaama fue seleccionada, según Alís Carreño, porque


133


Este sitio era un sitio poblado donde había más viviendas tradicionales, había mayor

familias en esta área kari’ña que aún estando con su vivienda disperso estaban en este sitio, por

esa razón influyó bastante para la construcción de las viviendas.... (ver anexo 1.17).


Fue un proyecto, añade Alís Carreño,


...como surgen siempre los proyectos, programas de gobierno, que vienen desde afuera y son

imposiciones, programas que en la cual la comunidad no tuvo nada que ver en esa planificación,

sino son proyectos externos y fueron impuesta en la comunidad. Esta vivienda que hoy tenemos

y que vivimos aquí fue impuesto por los gobiernos de turno, en aquel entonces hace como

aproximadamente veinticinco (25) años, fue que se cambiaron las viviendas tradicionales por

estas viviendas rurales, los primeros años se hicieron como treinta (30) viviendas, luego hicieron

treinta (30) más y luego hicieron diez (10) más y así fueron poblando. Hay como alrededor de

noventa (90) a cien (100) viviendas rurales (ver anexo 1.17).


Número de viviendas insuficiente, ya que, como dice Alís Carreño “...la

demanda de Kashaama más o menos es como doscientas cincuenta (250) viviendas

rurales para todos...” (ver anexo 1.17).


Nicolás Maita es del parecer, que después de que se crean las instituciones en

las comunidades, por ejemplo la O.R.A.I., etc; es cuando vinieron los proyectos de

vivienda rural:


Primero porque se iba, que según se iba a organizar más el pueblo que iba a tener los

servicios que tenían los chotos porque íbamos a viví en esa forma ahora, como vivían los

chotos: con luz, electrificación, acera, fue con el propósito, ese de unificar más la comunidad,

que viviéramos en una vivienda.... (ver anexo 1.18).


134


Heriberto Martínez relata, que: “No había vivienda rurales cuando yo me mude

pa’Kashaama. El que se ocupo de eso fue cuando el gobierno de C.A.P. (Carlos

Andrés Pérez), sí señor. No me ofrecieron casa de esa” (ver anexo 1.19)


El Püddai Pablo Medina revela lo siguiente:


...la comunidad en el setenta y uno (71) se dividió: Tascabaña, Tascabaña; Cashama es

Cashama y Bajo Hondo es Bajo Hondo; se separaron entonces, no fue que Cashama pidió la

división, sino Tascabaña y Bajo Hondo. Ahí fue que llegó la separación o la división que se

hizo por los reales que pagaron la compañía, que fueron un poquito pa’ cada uno; Tascabaña,

Kashaama y Bajo Hondo. Los reales dividió la gente y se dividió la tierra hasta hoy: Tascabaña,

Tascabaña; Cashama es Cashama y Bajo Hondo es Bajo Hondo (ver anexo 1.21).

El Püddai Pablo Medina, nos dio la siguiente opinión sobre las viviendas

rurales:

La razón fue que la comunidad de Kashaama tenía un apoderado llamado Dr. Rivera,

puesto por el Ministerio de Justicia, apoderado contra la compañía (La Petrolera), y entonces al

Dr. Rivera ofreció que con los reales que pagara la compañía hacerle casas a la comunidad pa’

que vivieran unidas y la comunidad aceptó eso no, y resulta, que los reales, los reales que pagó

la compañía y que pa’se las viviendas; que yo fui uno que quedé sin casa, veintitrés (23)

personas, quedaron sin casa y nunca lo vimos...Entonces llegó el gobierno hacele esas casas en

el año setenta y siete, comenzó. (ver anexo 1.21).

Pablo Medina no veía con buenos ojos el proyecto de las casas rurales:


Esas casas, viviendas rurales, empezaron a llegar en el año setenta y siete, vinieron

primeramente veinte casas y de esa reunión yo no estaba aquí (...). A mi señora vinieron y no.

Yo le dije: -no acepte firmá nada. Porque allí no se puede trabajá, ahí no se puede cría, ahí no se

pude hacer nada, hasta ni muchacho se puede cría, porque entonce (...) ahí viene la (...) -

entiende. -Lo mejor' ta 'quí, en el monte aquí trabajando, aquí duerme bien, aquí no hay pelea,

aquí nadie está llorando. Yo estoy tranquilo aquí trabajando, comiendo, oliendo aroma-.

Entonces vino una Comisión aquí y mandó los que van agarrá casas, entonces yo le dije: -bueno,

mire, yo no quiero endeudarme-. Entonces vino esa gente por aquí no, y dijo: -¿no vas a

firmar?-. Una cosa yo le dije: -(...) yo soy muy jodido - y estaban los muchachos pequeños - allá

no se puede hacé nada, porque este vecino tiene hijos y yo también tengo hijos y como ese

muchachito salen y saltan y se aporrea no hay una pelea un alboroto (...)-. Yo llegué ahí, yo vi

el territorio, un pedacito. Bueno y ese era el pacto y esa era mi decisión. Ahí vino también otra

135


comisionada pues, a dar machetazo aquí porque yo no salía. -No quiero salir de aquí, ¡llámame

al gobernador!-. Ahora cuando eso entonces otra vez vinieron: -vamos a, vamos a firmar: no-.

Entonces me dijo otra Comisión cuando Alis era gobernador: -bueno, la casa la hacen donde

usted quiera- (ver anexo 1.21).

Pablo Medina nos habló de tres comisiones:

Han llegado tres Comisiones, sí, de CONAVI, en el año...Desde la primera vez han venido

tres veces para que yo me vaya al poblado rural. Las primeras casitas se hicieron en el setenta y

siete, veinte casas después, ahora este, como que fue en el ochenta y dos, que hicieron el barrio

loco (Prolongación de la Calle Santa Teresa). Después vino otro por ahí, por el ochenta y nueve

(ver anexo 1.21).

Pudimos conocer, a través de las encuestas generales que en Kashaama solo el 3%

tiene vivienda tradicional (ver gráfico No 8), aunque constatamos, que el 88% prefiere

la vivienda tradicional (ver gráfico N° 9).


GRÁFICO No 8


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE VIVIENDAS TRADICIONALES Y VIVIENDAS RURALES


DE LA COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


GRÁFICO No 9


136


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS CON PREFERENCIA POR VIVIENDAS

TRADICIONALES Y VIVIENDAS RURALES EN LA COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


5.2. Memoria de los cambios en el modo de vida de la comunidad de

Kashaama


La comunidad de Kashaama se ha visto sometida a muchas confrontaciones,

como consecuencia de factores externos. Para Alejandro Tempo, uno de esos factores

fue la empresa petrolera:


...se vinieron las divisiones por la motivación de la inquietud de lo servidumbre de la compañía

que al hacer el arrendamiento, pues, a las comunidades muchos líderes tomaron las divisiones

porque en vece los reales son los que dividen la gente (ver anexo 1.10).


137


Otro factor, fue la vivienda rural (ver foto No 17).

FOTO No 17


CALLE DEL ASENTAMIENTO TIPO CRIOLLO


Según Rosa Maita, su mamá “...también agarró una casa, ella no quería

quedarse sola” (ver anexo 1.1). Juliana Maita coincide con Rosa Maita cuando

afirma, que: “...Nos tuvimos que mudar porque estaba la casa sola... y dejamos la

casa allá... .” (ver anexo 1.4).


Petrica Maita se refiere a los cambios inducidos por la concentración de la

población en viviendas rurales:


...porque aquí uno no puede criar tampoco; porque tú sabes que los animales necesitan espacio

y entonces tú sabes, que también uno tiene que ser consciente... uno no puede tener un cochino;

138


no puede tener una gallinita. A decirte porque tú preguntaste: -¿quién escogió este sitio?-, que si

uno hubiera pensado, verdad ‘horita uno dice uno no cabe aquí porque para allá nos queda la vía

y aquí tenemos los Farallones entonces no pensamos, nosotros no estiramos bien ese

pensamiento que hubiéramos hecho esas casas... mire eso para ’lla, eso es una sabana

grandísima. Y para ’lla no hay los Farallones, ni la vía, la vía está lejos. Entonces, ahorita uno

eso le pesa uno dice cónchale, caramba, no dijimos antes vamos hacer estas casas pa’ este

terreno pa’lla... más terreno y más espacio. Y uno también, también, porque el gobernador podía

decir, pero si uno le decía no vamos hacerlo aquí, por esto, por esto, o sea que lo ayudamos a

pensar, pensar en aquel tiempo. Antes, bueno nosotros tenemos ahorita un terreno para acá

arriba, me quiero mudar porque nosotros sembrábamos. Sembrábamos ahí. Y pa’ mirarlo,

ahorita no es como de antes, porque ‘horita uno siembra una patilla y tiene que estar mirándolo

porque sino llegan otros de otros lados y te lo llevan o se meten carros y te llevan eso. Y uno

no sabe quien es y uno no puede decir que son los mismos de aquí, porque uno no sabe. Porque

uno vive en la vía... Uno hubiera pensado con el gobernador decirle mira vamos hacer mejor...

porque con el tiempo imagínate, bueno ya se esta viendo, todo es más peligroso (ver anexo 1.8).

Con las viviendas rurales, opina Candelario Aray, se ofrecieron ventajas para

el pueblo:


...Esto era la mejora que nos ofrecían ustedes para nosotros, que deberíanos atendernos como

nos dicieron. Nojotros estamos viviendo ahorita peor de lo que estábamos viviendo nosotros por

allá, porque cuando nojotros vivíamos por allá, nojotros teníamos el agua seguro, el agua cerca y

no nos faltaba agua, cuando uno se quedaba que se quería bañá se iba uno, no estaba pendiente

de la luz, aunque sea con un mechuzo se alumbraba uno, pero se alumbraba uno, el trabajito lo

teníamos cerca, la cría la teníamos en el patio, criábamos gallina, no nos faltaba. Pero, aquí no

puede criar uno, se escapa la gallina y molesta los vecinos y de eso también está uno

pendiente.... (ver anexo 1.12).

Sin embargo, en cuanto el agua, Josefina Maita advierte que: “Ahora el río va

contaminado, no es como antes....” (ver anexo 1.16).


Candelario Aray, sigue pensando en las supuestas ventajas de la concentración

de la población y reflexiona sobre ello:


...bueno de cualquier otra manera le veo ventaja para trabajar cualquier cosa que yo quiera

trabajá, porque ya yo no tengo paga, porque ya eso es mío, ya yo no le debo a nadie eh, el azaro,

el aprieto mío es cuando yo la debía. Porque aquí yo hago mi artesanía y la guindo aquí y lo

vendo (...) Por otra parte ya los morichales no están ayudando tampoco ahorita porque en

139


realidad como siempre hablamos pues la gente ha sacado demasiado petróleo de abajo entonces

hay (...). Ya ‘horita uno se pone a sembrá, trabaja morichales (...) siembra una mata de cambur

y apenas le sale tres manitas de cambur allí. Antes uno sembraba una mata de cambur y te daba

gusto en volver a sembrar muchos más porque me daba un racimo de cambures con 8 (ocho), 10

(diez), manos, ve. Uno las sacaba pa’ la casa y ahí algunos vecinos por ahí los compartía y

cuando alguien venía a comprá de otro parte como los comerciantes del Tigre se lo vendía uno

(ver anexo 1.12).

Candelario Aray agrega:


...pero no estoy tan suficiente porque me falta donde yo este cerca de donde yo siembre, ve, eso

es lo que me falta, donde yo pueda criar. Eso no le veo ventaja, si donde yo pueda sembrar cerca

y por eso es que yo siempre 'toy por hacer una casita fuera de esa {señala la casa rural donde

tenemos la conversación}, cerca de mi trabaja allá.


En cuanto al moriche colocado en los techos de las viviendas, Domingo

Machuca hace referencia a que:


El moriche duraba, bueno cortándolo a buen tiempo y que lo cortaran todo, todo, todo que

sea moriche bueno, no moriche tierno y eso duraba hasta 10 (diez), 12 (doce) años. Si cortaba el

moriche así, en mal tiempo lo más que duraba e 3 (tres), 4 (cuatro) años. La cosa cambio ya no

había ese trabajo.


En fin, para Candelario Aray, las viviendas rurales, tienen muchas limitaciones

para el trabajo, ya que nos comenta:


...no puedo uno ir a sembrá como a dos (2) kilómetros, para vení, tiene que tené carro. Se le

hace faci' a uno estando cerca del trabajo. Por ejemplo uno hizo un budal (budare), o hizo una

cigüeña, rayó allá mismo y al otro día siembra cerquita. Esa es la dificulta que hay, esa es la

dificultad que yo veo aquí. ¡Traé la yuca pa’ca del terreno!. Si porque aquí la casa es muy

140


pequeña, entonces uno no puede tené la gente hay. Están demasiado apretado. Muchas veces

vienen los viernes y no hallo. No es que las casas fueran grandes, pero a veces hacia una casita

aquí y otra casita allá y hay cabían todo el mundo. Aquí no hay terreno (ver anexo 1.12).

José Luis Tamanaico piensa como Candelario Aray: “...Uno cría los animales,

se olvido por ahí eso. Ahí no próspera nada, los animales se iban. Allá no puedo tener

los animales (en el poblado rural)”(ver anexo 1.20).


Pudimos conocer, a través de las encuestas generales, que en Kashaama sólo

un 49% cría animales dentro del poblado (ver gráfico N° 10).

GRÁFICO No 10


PORCENTAJE DE LA MUESTRA DE PERSONAS QUE CRIAN ANIMALES EN LA


COMUNIDAD KARI’ÑA DE KASHAAMA


Juan Francisco Machuca expone que:


141


...Dieron a cada uno su casa, cada uno con su parcela. Uno con una (1) hectárea, otro con dos

(2) y así. Por ahí, por la E.T.A.C (Escuela Técnica de Agricultura de Cashama), era que iban

hacer y luego y todo junto....(ver anexo 1.6).


María Tamanaico tampoco está contenta con las viviendas rurales:


Yo tenía una rural, yo la vendí, yo tenía la nevera. Pa’ta viniendo pa’ca lo vendí. No

'omb'e, en cambio compramo un ganadito aquí, aquí una parcela, aquí tamos, tengo yo como

treinta y cinco (35) pollos aquí. Aquí es que tamos nojotros feliz, no allá en el pueblo, sino aquí,

no jombre. El hijo mío, este, mayor tiene como sesenta (60) años. Los reales que yo tenía, ese, lo

comía ahí en el pueblo sin hacé nada ahí, allí en el pueblo sin hacé nada y entonce le dije yo a mi

esposo, eso no, eso no sirve. Esa casa lo teníamos nuevecito, ahí acabándolo así sin dueño ahí.

Aquí estoy yo, ahora es que el Don no quiere trabajá con cochino, después que vine de allá

compré cochino, no 'omb'e, tendría yo como noventipico de cochino en ese chiquero. Yo me

vine de allá sin nada. Si uno tiene cochino aquí vienen los compradores de cochino. El kari’ña

casi se esta perdiendo, siempre el Don {Pedro Medina} dice: -no 'omb'e, es que yo me muera ya

no hay indio-. Y agrega: -Ahora no e’ como antes tampoco. Ante todo el mundo tenía su

ranchito encobijado con moriche, pero, ahora no. Ahora viene un malo cuando uno no 'sta y

prender la lo quema, no 'omb'e, ‘horita es que hay gente ociosa, ve- (ver anexo 1.20).

El Püddai Pablo Medina considera con relación a las viviendas tradicionales

que: “...esas cosas no vuelve más nunca” (ver anexo 1.21).


El Sr. Heriberto Martínez comenta, que “...el zinc es caliente, el zinc viene a

enfriarse por ahí, como de ocho (8) a nueve (9) de la noche, sí señor...” (ver anexo

1.19). Él recuerda con nostalgia, que el cazabe


...era el pan que se usaba, con cachicamo, pescado esas cosas, sí, y la iguana, mato de agua (...),

todo eso buscaron otro rumbo. Cuando no había compañía aquí, mira si por aquí había venado,

chigüire, lapa y acure, sí, (...). Otro que es parecido al cochino que se llama báquiro, si, ese si es

gordo, engorda lo mismo que el cochino, el báquiro, el báquiro y el chigüire es peligroso (ver

anexo 1.19).


142


Los cambios han sido negativos hasta en las relaciones de pareja. Según

Domingo Machuca, “No como ahorita, consigue una mujer de otra parte y se va,

ahorita no, en aquel tiempo no, no, se vivía uni’o, no se desapartaban muy lejos de

sus padres” (ver anexo 1.9).


Alís Carreño piensa, que: “...el sistema de vida que llevamos es adaptado pues

a ese modelo de viviendas rurales que venían a nivel nacional, tal vez a nivel

internacional” (ver anexo 1.17). Respecto al programa de viviendas del gobierno

venezolano, nos manifiesta:


Siento que allí hubo como una discordancia porque hicieron una cantidad pequeña y los

demás quedaron fuera. Lo que pasa es que esos programas no vienen para todos, eso viene para

un grupo reducido, entonces no toman en cuenta las comunidades, sino que se le impone ese

modelo a un grupo y bueno y así van, y ahí van las diferencias muchos no tienen los mismos

beneficios, no lo tenemos todos los de Kashaama, porque eso es embuste de decir que los de

Kashaama se benefician por lo menos de la salud, del dispensario, de la Escuela o de la luz o del

agua; no, no, señor, si nos beneficiamos, nos beneficiamos los que estamos aquí en esta área de

viviendas rurales; los que están fuera ya no son beneficiarios (ver anexo 1.17).


Al hablarnos de quienes viven fuera del pueblo, según el patrón tradicional de

asentamiento, Alís Carreño es de la opinión, que


...muchas veces ellos se sienten bien por una parte y por otra parte se sienten mal, se sienten

bien porque ellos tienen el espacio, su conuco cerca y no han tenido que abandonarlo, pero, por

otra parte ellos sienten que viven como, como desamparados en cuanto a las tecnologías, en

cuanto a los beneficios que este grupo de, o mayoría de la comunidad tienen en estas viviendas

rurales, en este pueblito, en este caserío. Esa es la diferencia, pero sin embargo, nosotros

estamos luchando si se le van a hacer vivienda a ellos que se la hagan en ese sitio pues, de ellos

y no se les traigan hacia acá pues hay experiencia de personas kari’ña de aquí mismo del pueblo,

que han tenido que hacer otra casa, cerca del río, cerca de su conuco y eso lo vemos hoy en día;

143


hoy en día la gente como que quiera regresar a, a la orilla del río, hacer su casa tradicional,

volver al conuco, porque eso lo exige el tiempo que estamos viviendo y la situación que no ha

mejorado en nada a nivel cultural; más vez hemos tenido baja y eso indica que debemos volver,

no para tras, sino que poblar y ser más productivo en esos sitios, en esos sitios que estos sitios

donde estamos (ver anexo 1.17).


La baja cultural, según Alís Carreño, es visible para cualquier observador:


Bueno, las bajas culturales; que aquí cada vez se habla menos el idioma kari’ña, se practica

menos las costumbres, en ese caso se realizan actividades tradicionales cada día, eso va

mermando en ese aspecto donde yo señalo que tenemos baja porque ya la penetración y las

cosas de los criollos, de la otra cultura penetra más directo y fluye más en este pueblo que allí en

esos kari’ña que mantienen sus costumbres, su casa tradicional. Yo me crié prácticamente en

vivienda tradicional; cuando yo estaba muy pequeño, muy joven, cuando todavía no existían

estas viviendas rurales, me recuerdo y papá se la pasaba trabajando de comunidad en comunidad

y él hacia sus casas tradicionales para permanecer allí un tiempo y así sucesivamente; pero en

estas viviendas rurales es distinto porque aquí no puede tumbarla, porque si la' tumbas es

costoso hacer una de nuevo, y si la' tumbas te tienes que ir a una tradicional.... (ver anexo 1.17).

Nicolás Maita considera que:


‘horita es incómodo; estamos incómodo, porque pa’ podé tené una vivienda hay que

invertir un realero y no eso ‘horita. Mientras que si tú tienes una vivienda tradicional tu la

puedes ampliar; tú te metes en ese monte cortaste el material y ya; pero eso es falta de uno

mismo, del mismo comunero que tiene que darse cuenta que tenemos que volve otra vez para

rescatar y mantener nuestra tradición; es una obligación nuestra, siendo indígena, soy indígena

hasta que me muera. Estábamos ciego en aquel tiempo, ¡no que una vivienda! (ver anexo 1.18).

El Püddai Juan Francisco Machuca expresa lo siguiente:


...Yo tenía mi casa pa’lla {refiriéndose a la que tiene en el territorio denominado Alfondo,

retirado de Kashaama} y ahora tengo mi ranchito aquí {refiriéndose a la casa de bloques que

construyó recientemente en una de las calles con servicio de luz del centro poblado de

Kashaama}. Yo tengo mi casa allí {refiriéndose a las primeras casas rurales que llegaron a

través de créditos}, pero se la dejé a mi hijo Jesús Machuca. Yo me fui pal’ fondo (Alfondo) y

antes había bastante gente y agarraron crédito y dejaron su casa. Y yo no lo dejaré sino hasta que

me muera. Vive uno tranquilo. Tengo mis pollitos allá y tengo un hijo allá también. Tengo

merey, mango (ver anexo 1.6).


144


Agrega que:

Antes era de moriche {refiriéndose a la casa de Alfondo}, al tener el primer hijo la hice de

barro y penca, de moriche, primero era de moriche. Después la hice más grande y tumbé la de

moriche....se cayó. Yo me enamore a los diecisiete (17) años de la señora y ahí comencé a

construir esa casa tiene... como veintidós (22) años duró esa casa con el mismo techo. Si uno la

cuida todavía estuviera, si yo la hubiera techado otra vez todavía estuviera esa casa. Ahora la

gente corta lo que venga, este la luna pa’lla o pa’ca {refiriéndose al moriche}, no dura nada

{refiriéndose al moriche}. Igual la semilla, antes la semilla la guardaban en menguante, y el

conuco, ahorita los conucos están... no aguantan...(ver anexo 1.6).


Para Juan Francisco Machuca la casa de barro es parte de la tradición:


Quieren mucho mejor tiempo pa’ que no dure pero es que botamos las tradiciones, botamos

las tradiciones, botamos todo. Y que pa’ viví mejor y botamos lo importante: la tradición que

teníamos... botaron poderes naturales {mueve los dedos de las manos frotándolos con el

pulgar}. Ahora bloque, el barro no, imagínate, el barro es natural, desde el tiempo colonial con

eso es que hacían las casas {piensa un rato, sentimos la tensión generada por el tema a

colación}. A porque a veces un viejo, enfermo, que le da dolor, no puede estar allí {señala su

casa de bloque y techo de zinc}, porque el frío..., sin embargo el barro mantiene al enfermo

calientico sin que le pegue frío. Si se enfría el barro no. Algunos lo saben. Ahorita usted le

pregunta y no te saben y no te dicen tampoco. Es un poder positivo que protege a todos. La casa

de barro en cambio lo botamos todo lo importante que tené una casa buena de barro. El techo de

zinc. Zinc se enfría y abajo se evapora entonces ahí esta un daño, ...ahí... lo que se trabaja ahí...

{Escuchamos como se le quiebra la voz y vemos como se mueve singularmente}. Una última

cosa mala...eso {señala el techo de zinc} tiene una química y eso {señala la tierra moviendo de

nuevo los dedos de las manos} es natural...{Medita un rato} (ver anexo 1.6 y foto No 18).

145


FOTO No 18


TERRENO DONDE SE SACÓ EL BARRO PARA UNA CASA


Juan Francisco Machuca, opina que, la liga entre el barro y el zinc no es

natural:


No se sienten igual, entiende. El moriche viene de la tierra, la palma se tiene que sembrá

pa’ techá {Medita un rato}. Barro y moriche viene naciendo de la tierra. {mueve los dedos de las

manos frotándolos con el pulgar} (ver anexo 1.6).


Tampoco es natural, para él, la liga entre el cemento y el moriche:


146


...tiene que ser una pareja completa. Si esta cubierta con moriche tiene que ser barro. También

el piso puede ser de barro, se pone duro. Y las pencas se pueden poner de este tamaño {señala

medio brazo con su mano}y no se pasa el agua. Algunos le echan Gasoil al techo pa’ fumigá...

No es tanto químico. Antes echaban D.D.T., que es malo pa’ todo y bastante gallo me mató (ver

anexo 1.6).


El gobernador de la comunidad kari’ña de Kashaama, Alejandro Tempo, para

la época de nuestra visita en el año dos mil dos, expreso un parecer contrario al de los

Püddai Pablo Medina y Juan Francisco Machuca:


...En mi tiempo cuando yo empecé a ver, de verdad, aquellos tiempos fundamentales, cuando el

indígena vivía en su propia cultura, las damas tenían su guayuco y los hombres sus faldas y mi

papá tuvo que también adaptarse a las faldas y así vivían los indígenas entre la agricultura y la

comunidad de más desarrollado de los indígenas que lo que usaban era el techo de paja, de

moriche y ese techo creaba mucho insecto porque era un escondite de mucho insecto, por

ejemplo se metía la culebra, el algarrabo, cucaracha, el chupón y muchas cosas que yo no sé, las

arañas, y mucho animales se comían ese techo, claro, porque era un escondite de animales, pero,

ahora en este gobierno me entrevistaron la comisión de parece que era de esos dos parlamentos

de estos que vienen ahora, buscando solución a habitá otra vez como primitivos, claro, que

nosotros, no me niego como primitivo, como no, nosotros no negamos de eso, pero tampoco

vamos a criá nuestros hijos que ya están estudiados, ya están adelantados, después que uno los

aiga enseñado a vivir en estos techos de zinc que ya ellos vieron y yo le voy hace una Casa de

moriche ... es una alegría verdad pero por momentánea, pero, después vienen los insectos. Hay

va a ver la tribulación de ellos, las enfermedades. Por eso es que antes los indios se morían a

mengua, porque no había auxilia. Porque en esos tiempos no había medicatura a tiempo, la única

medicatura que había en esta comunidad era Cantaura. Allá era que iban a curarse los indígenas,

casi la mayoría se curaban con matas vegetales y esas cosas...(ver anexo 1.10).


Termina su exposición diciendo:


...yo aconsejaría que nuestros gobiernos que ten mandando en ve de pensar de hacerle techo de

paja hacerle aunque sea una caricia de techo de zinc, que es lo más común que hay. Entonces,

nosotros nuestra comunidad verdaderamente nosotros carecemos de unas viviendas porque hay

muchos hijos que están viviendo 4 (cuatro) personas en una sola casa, la casa del pa'e, del papá.

Entonces nosotros tenemos años que no nos han hecho más viviendas y eso es lo que carece la

comunidad, lamenta siempre el pueblo indígena hacia los gobernadores pa’que los gobernadores

aclamen a los institutos de vivienda pero, el instituto de vivienda no han tomado la

147


responsabilidad de hacerle la vivienda. Yo diría pa’mi, el comisionado de cómo dice el Diputado

Ramón Celestino vino aquí hacerme una encuesta o mandó un comisionado de él, a recoger

listas pa’ techo de las viviendas rurales, pero yo pienso como soy un señor ya adulto que

conozco el problema del indígena si a mi me van a dar unas láminas de zinc pa’ yo hacé eso,

quedo yo satisfecho. Pero el que no tiene casa le dan unas láminas de zinc de nada le van a serví

na’ más que un paragua ahí. Pero, entonces yo diría para mi, que si el Diputado Ramón

Celestino tiene eso en la mente un presupuesto pa’ las comunidades que lo decidan, que lo hagan

en unas viviendas pa’ los que no tienen casa en nuestras comunidades...(ver anexo 1.10).


Nicolás Maita expresa la siguiente opinión:


Bueno, todavía ‘horita, como dicen, me siento mal porque uno vive como aislado, uno no

se siente bien pues, uno por la vivienda se siente bien, pero como indígena nosotros no

deberíamos permitir aquel tiempo sino mantener la misma tradición que nuestros abuelos y los

antepasados tenían, pues porque eso es lo que ha traído es que nosotros debemos la luz, sí

nosotros ‘horita estamos debiendo la luz. Bueno, aquí no se paga agua, antes se daba una

colaboración, pero ahorita la mayoría del pueblo sin haber recibido como gobierno y eso no,

para mi no vale la pena. Teniendo uno comodidad, y teniendo uno una tierra donde viví,

teniendo el material pa’ construí. Estos dejan hace vivienda por la misma política, el mismo

gobierno (ver anexo 1.18).

Agrega además en referencia a la vivienda rural, que: “...no le puedo empatar

una tradicional porque tú la ves como que queda feo y se van a burla de ti ...” (ver

anexo 1.18).


Hay argumentos muy variados a favor y en contra de la vivienda tradicional y

rural. Luisa Maita confiesa:


Me gusta la casa rural. Porque quién me la va hacer. Yo soy viuda y él {refiriéndose a su

esposo difunto} le cambiaba el techo. Eso se bota. Eso se pudre... al año. {refiriéndose al techo

de palma de moriche} (ver anexo 1.2).


148


Justo Maita considera anti-ecológico el uso del techo de moriche:


Este techo {señala la casa rural}, es un material sintético. Produce calor y ya no es un

ambiente tradicional. Pero, el tiempo que dura el techo {se refiere a la casa tradicional}, es un

tiempo prudencial. Necesita renovación constante y eso va en contra de lo que es el ambiente, la

ecología, la deforestación. Antes había más palma y al haber más palma lo que se hacia era una

escogencia intercalada. No se aboca solamente a un árbol entonces eran varias palmas pero,

ahora no se puede porque tarda mucho en crecer y también lo de la industria petrolera que

derramaba sus desechos tóxicos, eso merma la producción (ver anexo 1.5).


María Julia Maita de Maita hace referencia al deber del esposo de hacerle la

casa a su esposa: “El esposo hace la casa pero como yo no tengo. Bueno, mandé

hacer mi casa así (su casa es de láminas de zinc)”(ver anexo 1.7). Es el esposo el que

corta el moriche, el que techa de moriche y el que embarra.


En varias casas, existen construcciones, que reproducen la vivienda

tradicional. Esto, se hace, según Candelario Aray: “Bueno, pa’ engrandecelo. Pero no

es suficiente pa’ está siempre juntos” (ver anexo 1.12 y foto No 19).


FOTO No 19


UNA CASA RURAL CON DOS AMPLIACIONES (UNA ESTA HECHA DE BARRO)

149


El Sr. Heriberto Martínez vive en una vivienda tradicional de barro, frisada

con cemento por fuera. Esto lo hizo, porque le sobró un poquito de cemento:

...entonces yo le dije a los hijos míos pa’ que pegaran ese cemento, pa’ que no se echara a

perder. Entonces el aguacero no despega el barro. {se escucha al fondo el piar de los pollitos}.

Sí se enfría más la casa. ¡Gua!, adentro a veces está encementada y entonces de noche como si

es que llovió, aquello está friesito como que eh, una agua que se botó de la nevera (éste señor no

tiene allí nevera)(ver anexo 1.19).

El Püddai Pablo Medina vive en una vivienda tradicional de barro y techo de

moriche construida por él mismo, “Porque uno mismo lo hacía, porque si uno mismo

no lo hace, no es interesante, como dueño pues” (ver anexo 1.21).

6. La resistencia a la imposición de factores externos a la comunidad kari’ña de

Kashaama


150


6.1. Pérdida de Identidad Cultural


Al acercarnos al asentamiento tradicional del Püddai Pablo Medina, se percibía

un silencio total, que arropaba las inmediaciones. Silencio roto con las palabras del

dueño del asentamiento. Un señor fuera de lo común, que como primeras palabras

dijo: “...Estamos en guerra..., {Refiriéndose a los kari’ña y más hondamente al

comportamiento que deberían de tener los miembros de esa cultura en estos

momentos, según nos explicó}” (ver anexo1.21). Nos vino a la memoria un texto que

leímos en el trabajo de investigación: La situación actual de los kari’ña:


...junto a los problemas de organización interna de cada comunidad, hay otros relativos a la

organización Inter.-comunitaria. Tal vez la falta de percepción por parte de los indígenas de la

existencia de un peligro global (como lo eran las guerras antiguas) impide que los kari’ña

puedan activar aquel mecanismo de unificación política regional para la guerra que sustentó la

resistencia anti-hispánica (Arvelo Jiménez; Amodio; Biord Castillo; Morales Méndez,

1991:76).


También dijo con pesar: “...Ahora hay estudio y ahorita menos hay, pues no

saben trabajar los kari’ña...” (ver anexo 1.21).


Y al final de ese primer encuentro comentó: “...Esto no vuelve más nunca,

esto no se compone más nunca, solo el hombre y {señala el cielo}....” (ver anexo

1.21).


El caso del Sr. Heriberto Martínez también es especial, pues al igual que Pablo

Medina, vive en una vivienda tradicional kari’ña (ver foto No 20).


151


FOTO No 20


ASENTAMIENTO DEL SR. HERIBERTO MARTÍNEZ


Como un sabio de la comunidad, hace referencia a los valores del pueblo

kari’ña:


Si quieren bailar pueden bailar de nosotros también que eso no está prohibido. No olviden

el idioma y el maremare porque por ese idioma y el baile maremare lo quieren el gobierno, me

dijo él {refiriéndose a una amistad que los visitó en una oportunidad}. Pero, aquí dicen que eso

son embuste, no yo no habló esas cosas. Esto ‘horita es distinto a lo de antes, ‘horita no quieren

bailar el maremare, no quieren hablá el idioma, la idioma kari’ña. Bueno, así como en el Tigre

que yo cuando yo tenía la vista buena yo iba por ahí pa’l Tigre, entonces los amigos, los

conocidos me gritaban de lejos, así como usted habla /ootuwaarapoore maana/ (¿Cómo estas

tú?), entonces yo le decía: /yojpuarooropuo amoorojoj/ (¿Y tú?) -. Y ahí se quedaban viéndome

la cara, entonces yo le dije: -¿y eso fue lo que aprendieron?-. Este, yo le digo a mis hijas,

ninguno de los hijos míos no habla así, el venezolano, así cuando están reunidos sino la idioma

de ellos, y entonces yo les digo a ellos miren hablen a esos muchachitos en el idioma de ustedes,

el idioma kari’ña, que vayan aprendiendo si, pero ellos no, no me hacen caso (ver anexo 1.19).

152


6.2 Situaciones concretas de resistencia a la imposición de factores externos


Muy clara ha sido la actitud de Candelario Aray, respecto a las viviendas

rurales:

Yo no quería recibí ese {señala la casa rural} por el recurso que yo veía, no tenía recurso

porque mi trabajo era la agricultura, sembrá cositas y ahí me mantenía y mantenía yo a mis

hijos. Estaba cerca de mi trabajo, bueno y esa era la razón que yo no quería entonces, pero a

definitiva la familia, los hijos y los señores me dijeron ¿por qué no lo recibí?. Pero, yo no tengo

recursos pa’ pagá la mensualidad... y la inicial. Trescientos (300) bolívares era un poco de real

en ese tiempo a pero, estábamos había un trabajito de maní vez, en eso estábamos trabajando

también... bueno la Unión Prestataria comenzaba a pagar las iniciales a todo a todo en general,

pagó 70 (setenta) casas, pagó todo eso, para después nosotros ir pagando poco a poco los

préstamos (de 25 a 30 años). Bueno y yo todavía no me quería vení para acá después que recibí

esta casa. Pero yo traía la mensualidad, llegaba cuando venían a cobrar y le traía la mensualidad.

Bueno y entonces una persona me dice:-¿Por qué no me mudaba yo?-, sí porque si no me

mudaba y no venía a ocupá la casa me iban a quitá la casa y ahí tuvimos unas palabras y yo le

dije:- señora yo estoy pagando mi mensualidad- y me dijo: -pero es que tu no lo estás ocupado,

usted tiene que desbaratá lo que tu tienes allá, la de allá y veni'te para acá-. Señora le dije yo:-

¡yo voy a dejar mi mamá!-. Usted pongamos le dije yo, usted llega a tené a su mamá y usted va a

matá su mamá para irse vivir para otra parte. Yo tengo mi trabajito allá, yo no puedo dejar mi

trabajo allá por venirme a viví nada más aquí, a viví nada más. Tengo mi trabajo allá y con eso

estoy pagando mi casita, cuando yo pueda veni'me me vendré, pero de lo contrario yo no me voy

a vení... y así lo hice y caminé poco a poco...así tuve un tiempo sin hacé nada, sin trabajá, sin

tener poder tener nada y después lo (...) otra vez. Bueno y me mantuve con haciendo artesanía.

Bueno, de esa manera comencé a viví aquí; menos mal que yo sé muchas cosas y después pensé

otra cosa: yo voy a buscar manera de cómo sembrá en la sabana y estoy sembrando en la sabana

‘horita ya, bueno tengo mi siembra ... de otra manera no podía viví, porque yo no soy albañil...

la única profesión mía esta...(ver anexo 1.12).

Por su parte, el Püddai Pablo Medina, revela lo ocurrido en cuanto al

asentamiento centralizado o criollo:


Entonce yo le dije: -no voy a firmar-. Y me dicen: -no es que ustedes tienen una casita aquí

y vienen los sábados...-. Era Edmundo de la Comisión del CONAVI, entonces yo llegue y le

dije: -allá no se va podé cría pollo. Allá no se puede sembrá nada, me hacen el favor-. Vino

hacia ella (la señora de él) y le dijeron lo mismo; no, no. To'ito firmaron y yo no y que quiero

está tranquilo, por eso llegue aquí con mi esposa (...). Yo salgo pa’ diciembre más pa’lla,

cuando haya cosecha pues, usted sale de allá para sábado y domingo, hasta el lunes, martes,

miércoles, jueves y viernes trabajando... (ver anexo 1.21).


153


El Püddai Pablo Medina, explica sus razones más íntimas: “...Yo no voy a

pagá nada, si yo soy dueño del piso, yo no voy a pagá nada, yo no voy a pagá a otro,

cuando yo lo compró y yo lo pego. La tierra es mía. Bueno lo hago yo mismo....” (ver

anexo 1.21).


José Luis Tamanaico considera, que en el asentamiento centralizado:

No hay dónde sembrá, no alcanza pues, la tierra pa’ sembrá ahí. Pa’ca si quiera tiene más

espacio. Aquí no, aquí cualquiera puede sembrá o criá, no molesta pues aquí. Por menos cochino

no se puede criar en el pueblo, en el campo sí. Hay tengo unos guineos, pollos (...), salen lejos

los pollos pa’ i' pa’lla y regresan tarde (ver anexo 1.20).


María Martínez asegura que: “...no quiero estar pa’lla pa' uni'o, como te

explico, no quiero estar uni'o, ya explique que los animales míos están aquí, entonces

ya no los puedo dejar. A mí me gusta viví por aquí, que me crié por aquí...” (ver

anexo 1.14 y foto No 21).


154


FOTO No 21


ASENTAMIENTO TRADICIONAL KARI’ÑA (CASTILLITO)


Y Justo Maita, revela sus planes futuros: “...Luego voy a construir donde

estaba la casa tradicional. Allí estaban las condiciones para la siembra, para la cría”

(ver anexo 1.5).


Petrica Maita asegura que antes,


...uno se sentía bien antes porque uno estaba junto a su papá y de su mamá. Pero, también como

los papas murieron y la mamá murió entonces ya uno se conforma, pero, lo que le molestaría a

uno sería la bulla, la música, eso es como todo un ratico, pero, todo el tiempo uno se cansa. Y

hay veces que uno quisiera construir otra casa, como de antes. Bueno yo tengo una parcela. Si

Dios quiere ese otro año yo voy hacer una casita por allá, lejos por allá en la sabana, lejos,

lejos... adonde uno pueda criar...(ver anexo 1.8).

Por su parte, Candelario Aray, está consciente de que se están perdiendo las

tradiciones:


155


...Bueno, esa es una de las cosas pues, de las partes que siempre también yo he criticado; eh, el

desorden que hemos tenido, la gente tiene pues allí en el tiempo de Semana Santa, nosotros

pues, todavía sé yo ese conocimiento, porque mi papá y la que me crió, bueno, me enseñó todo

eso, que respetara esos días, que respetáramos esos días. Eso eran unos días que no se podía

arrimarse uno al río a bañá, ve, no se podía encaramarse por un palo, no podía martillá un palo,

en ese tiempo, y eso todo nos lo explicaron ellos, y bueno y yo todavía lo tengo, y yo respeto

eso... (ver anexo 1.12).

Josefina Maita relata porque no aceptó vivienda rural,

Nosotros estábamos aquí, allá, lo que pasa es que no, bueno a mí me dijeron pa’ que yo

agarrara vivienda rural, pero yo no quise porque nosotros no teníamos real pa’paga (...), no

teníamos real. El gobierno de nojotros reunió a la gente: -¿quién quería vivienda' rurales?-,

porque venían viviendas rurales, créditos, algunos agarró porque tenían manera, el que no

tenía quedaba por juera ahí (ver anexo 1.16).


Por su parte Nicolás Maita dice recordar:

...que unos señores mayores que rechazaron pues porque no estaban de acuerdo con ese tipo de

vivienda, ellos no compartían esa idea. Por mayoría decidieron que se hicieran las viviendas. Yo

estuve en las reuniones que todavía no me tocaba participá porque era menor de edad, pero sí

recuerdo (ver anexo 1.18).


Juliana Maita hace referencia a su esposo, que está presente en la conversación

pero que no interviene, y dice: “Él no quería venirse pa`ca. Y nos dijeron: no ustedes

tienen que mudarse” (ver anexo 1.4).


Alís Carreño expresa que hubo algunos que se quedaron con sus viviendas

tradicionales al observar que:


...la mayoría asumió este tipo de vivienda. Lo que pasa es que muchos no han aceptado este tipo

de vivienda y no han aceptado no el tipo de vivienda sino el modelo de vivir. Así como lo

estamos haciendo los que poblamos estas viviendas rurales. Sino simplemente ellos se han

quedado, se han quedado en sus sitios tradicionales, en su conuco, cerca del río, entonces no,

suben aquí solamente para adquirir algunos productos, la mayoría de su tiempo lo pasan allí en

sus viviendas tradicionales, en sus conucos, en su cría, su siembra, etc;....(ver anexo 1.17 y

fotos No 22 y 23).


156


FOTO No 22


VIVIENDA DE BARRO DEL PÜIDDAI PABLO MEDINA


FOTO No 23


FOGÓN TRADICIONAL EN EL ASENTAMIENTO CASTILLITO


157


Nicolás Maita, alude a los jóvenes, en especial, con relación a la vivienda rural

diciéndoles:


...no hay, no tenemos el recurso, no tenemos el trabajito, no tenemos dónde cobrá un sueldo,

este, y no tenemos pa’construí la vivienda como nosotros queremos verdad viví como los

chotos, vamos a hace un esfuerzo y volvamos pues al techo de moriche y nos sale más

económico y no estamos pendiente que nos van a vení a cobra todos los quince (15) y mensual y

si nos endeudamos no se le puede dar más vivienda. Teniendo nosotros la facilidad, teniendo el

material, teniendo todo, porque tenemos río, tenemos terrenos, entonces para concluir pues que

reflexionemos todos y darle ejemplo a los niños y mantener la tradición más que todo (ver anexo

1.18 y foto No 24).


FOTO No 24

RESISTENCIA A FACTORES EXTERNOS


158


El Sr. Heriberto Martínez es sucinto en su análisis como kari’ña y dice,


...esto se va acabá, todo lo que nosotros hablamos nosotros, lo que hablamos nosotros, nosotros

nos vamos a mori'nos entonce queda la 'uventud pues y ello son los que van a sufrí, no será

‘horita ni mañana pero si se van, como dijeron unos que los indios se van eliminá, los indios no

va a ve más indios sino puro criollos porque no enseñan hablá en la idioma de ello (ver anexo

1.19).


159


Capítulo IV Proyecto de Reconstrucción de un pueblo tradicional

kari’ña en la comunidad de Kashaama

1. Antecedentes

1.1. Plan de Desarrollo de las Comunidades indígenas del Estado Anzoátegui –

Venezuela.


Existe un Plan de Desarrollo de las Comunidades indígenas del Estado

Anzoátegui, presentado el 07 de mayo de 2001, por la Coordinación General de La

Unificación de Comunidades Indígenas de Anzoátegui (U.C.I.A.), con Alis Carreño

como vocero. Esta organización comunitaria fue creada el 15 de enero de 2000. La

organización comunitaria: U.C.I.A. tiene como objetivo general:


Mejorar las condiciones actuales de las comunidades indígenas del Estado Anzoátegui –

Venezuela, en cuanto al aspecto social, ambiental, territorial, económico-productivo, cultural,

político, educativo, deportivo y jurídico; tomando en cuenta la participación de hombres,

mujeres, ancianos, jóvenes, niños y organizaciones existentes en el área indígena sin alterar la

identidad étnica kari’ña, Píritu y Cumanagotos; en un plazo no mayor de diez (10) años.

Entre sus Objetivos específicos están:


1) Preservar los recursos naturales y del medio ambiente ancestral de las

comunidades indígenas para el logro de una vida armónica con el ambiente y

el territorio.

2) Mejorar la salud de las comunidades indígenas kari’ña, Píritu y Cumanagotos,

mediante el funcionamiento permanente de los servicios, insumos, equipos,

160


transporte, óptimas condiciones de infraestructuras y capacitación de recursos

humanos de las comunidades de forma descentralizada.

3) Impulsar la producción agropecuaria de modo tal, que permita a las

comunidades indígenas acceder a los mercados internacionales, nacionales,

regionales, municipales y de comunidades vecinas, estableciendo

permanentemente procesos de comercialización en los términos exigidos por el

sistema económico vigente y manteniendo las tradiciones y costumbres

culturales propias de las comunidades indígenas.

4) Crear las infraestructuras necesarias y adecuadas a las condiciones étnicas de

las comunidades con las fortalezas justas, seguras y confiables que mejoren la

calidad de vida de las comunidades indígenas en los servicios públicos,

viviendas, ambulatorios, escuelas, universidades, centros deportivos, centros

culturales y turísticos con la participación de hombres, mujeres, jóvenes y

ancianos de las comunidades de manera equitativa.

5) Velar por el cumplimiento de los derechos indígenas, tanto étnicos como

constitucionales e internacionales desde el punto de vista jurídico, territorial,

político, económico, social, ambiental, deportivo, cultural y organizacional

mediante la participación de gobernadores indígenas, dirigentes o líderes,

docentes, estudiantes, ancianos, organizaciones, comunidades en general y

entes competentes con el apoyo de personas y organizaciones aliadas a la

causa indígena, tomando en cuenta la descentralización como punto de partida.

161


1.2. Propuesta inicial del Proyecto Cultural Kari’ña


La propuesta inicial de la Unificación de Comunidades Indígenas de

Anzoátegui presentada el 27 de noviembre de 2000, en Barcelona, Estado Anzoátegui,

fue: Proyecto Cultural Étnico Comunitario kari’ña “PROCECKA”. Justificado de la

siguiente manera:


El Proyecto Cultural Étnico Comunitario “PROCECKA”, representa la institución cultural

de la etnia kari’ña de gran utilidad para niños, jóvenes y adultos por cuanto producirá valores

culturales mediante le desarrollo de actividades prácticas y propias de la cultura kari’ña, los

beneficios que aportará el proyecto será integral a la persona kari’ña, mejorando en primer

término su calidad de vida. Igualmente a la persona indígena y no indígena en general. Los

resultados se obtendrán a mediano, corto y largo plazo en los siguientes renglones: práctica,

defensa, promoción, rescate y preservación de los valores culturales de la etnia kari’ña. Esta

propuesta es de vital importancia y de urgente necesidad por cuanto no existe en las

comunidades kari’ña, un proyecto que realmente sirva de ejemplo en materia de cultura étnica

kari’ña donde se entre en contacto con el mundo kari’ña.


Las metas que se perseguían eran las siguientes:


a) Elaboración y presentación del Proyecto Cultural “PROCECKA”, a las

instituciones locales, regionales, nacional e internacional, para la promoción y

captación de los recursos económicos requeridos para el año 2001.

b) Inicio del proyecto construcción de infraestructuras típicas y ocupación tradicional

por parte de las familias kari’ña, año 2002.

c) Inauguración de las distintas áreas ocupadas y seleccionadas para el establecimiento

del proyecto “PROCECKA”, año 2003.


162


d) Desarrollo de las actividades socio-culturales, económico-productivo, deportivo y

educacional pleno, año 2004.

e) Ceremonia religiosa con motivo de compartir experiencias similares con hermanos

aborígenes, exposición-venta de productos variados elaborados en las áreas del

proyecto “PROCECKA”, evaluación general del proyecto, año 2005.

f) Pleno desarrollo productivo del proyecto con capacidad de autoabastecerse en todos

los órdenes y prestar servicios etnocultural, año 2006 al 2009.

g) Estudio, análisis y evaluación general de los logros, alcances, fortalezas y

debilidades del proyecto.


La idea del proyecto “PROCECKA”, era tener como beneficiarios a un total de

veinte (20) familias voluntarias pertenecientes a la comunidad kari’ña de Kashaama.


En síntesis el proyecto “PROCECKA”, pretendía efectuar una reconstrucción

cultural para alcanzar el pleno desarrollo, mediante dos fases de cinco años cada. Sin

embargo; las investigaciones del líder de este proyecto, Alis Carreño, lo han llevado a

realizar ciertos cambios en esta propuesta inicial, como veremos a continuación.

163


2. Proyecto Cultural Kari’ña (P.C.K.)


El P.C.K. (Proyecto Cultural Kari’ña) se propone como objetivo general:


Mejorar las condiciones actuales de la persona kari’ña, basado en las normativas culturales

étnicas, a través de la práctica permanente del idioma, costumbres, tradiciones y espiritualidad

de su pueblo aborigen, destinando y acondicionando áreas especiales para su pleno desarrollo

cultural, tomando en cuenta la relación con otras culturas, los avances tecnológicos y científicos;

asegurando la transmisión oral, teórica-práctica y escrita en forma sostenible en el tiempo con

sentido de género y equidad, con la participación de hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños

y niñas; así como las organizaciones e instituciones competentes sin alterar la identidad étnica,

en un plazo de diez (10) años.

Alis Carreño (ver foto N° 25), indígena kari’ña nacido en Kashaama, Estado

Anzoátegui, es quien ha liderizado este proyecto, junto a sus hermanos, varios

maestros, ancianos conocedores de la cultura, músicos y creadores.


FOTO No 25

ALIS CARREÑO


164


Alis Carreño es el actual Coordinador General del Proyecto. Comenzó por

trabajar el aspecto cultural, específicamente las creaciones colectivas, con las danzas,

los rituales, etc.


Alis Carreño define el Proyecto Cultural Kari’ña de Kashaama (ver figura N°

11) como: “...un proyecto netamente ecológico, -si se quiere- turístico, en ese sentido

ecológico, cultural....” (ver anexo 1.17). Piensa que seria bueno que se involucraran

todas las comunidades indígenas kari’ña, aunque reconoce que esto llevaría tiempo,

por lo cual pensó en un modelo, un modelo que definitivamente comenzaría desde la

comunidad de Kashaama, Estado Anzoátegui. Este Proyecto lograría controlar la

contaminación de bebidas ilícitas, la contaminación sónica, la contaminación

alimentaria, factores que dicen ser grandes problemas no solo de la comunidad

indígena mundial sino de la sociedad occidental; y lograrán defender su territorio:

“....haciéndolo producir con nuestra propia cultura con nuestra propia sabiduría que

tenemos, que lo hay, ese es el norte -si se quiere- la parte espiritual que nosotros

tenemos....” (ver anexo 1.17).


165


FIGURA No 11


MODELO DEL P.C.K., REALIZADO POR LOS LÍDERES DEL MISMO


El modelo de que nos comenta Alis tiene las siguientes características: El

orden físico del pueblo modelo se plantea así: la llamada Casa grande que será

ubicada en el centro de la llamada área de viviendas tendrá un diámetro de diez (10)

metros y los llamados pequeños bohíos: cinco (5) metros cada uno. Las viviendas, que

estarán alrededor del Proyecto están diseñadas con la cocina adentro. En cuanto a las

casas programadas originalmente en el Proyecto serán rectangulares, de quince (15)

metros de largo por seis (6) metros de ancho (ver figura No 12).


166


FIGURA No 12


RECONSTRUCCIÓN PICTÓRICA EN ACUARELA DEL P.C.K., CON BASE EN LAS


OBSERVACIONES HECHAS EN EL SITIO


En cuanto a los materiales de construcción de los elementos del “área de

viviendas”, éstas tendrán piso de concreto y paredes de bahareque. Sus bases serán de

madera. De las diez (10) casas planteadas para el “área de viviendas”, cinco (5)

tendrán techo de zinc y las otras cinco (5) techo de palma. Esto –nos cuenta Alis- que

con el propósito de evitar la propagación de fuego a todas las casas, en caso de un

incendio. Por otra parte piensan utilizar asfalto, si no se consiguen las piedras o arcilla

para los caminos internos.


167


Todo está por hacerse, afirma Alis Carreño; comenzando porque hay que

sembrar, porque hay que buscar maneras y hay que buscar ayuda donde sea posible

para desarrollar este proyecto. Según él, tienen proyectada la estrategia en cuanto a la

posible adquisición de materias orgánicas de la agricultura para que el proyecto se

aproxime más a lo natural. Evitando la posibilidad de manejar materiales que no se

conozcan y que salgan costosos. Agrega que los kari’ña piensan manejar los recursos

de su medio para salvaguardar el medio natural que aún tienen y que todavía no está

contaminado completamente.


Muchas son las metas que en el P.C.K. se proponen. Según Alis Carreño:


Nosotros queremos adaptar, por ejemplo; la Escuela a nuestro modelo, pero, lo adaptamos

a medio nada más, así con estos locales, (construcción de la Escuela rural) pensamos que lo

adaptamos mejor en un proyecto de este tipo; donde el kari’ña se sienta kari’ña se encuentre en

su medio natural, se vea productivo, productivo en todos los sentidos, productivo integral, si se

quiere, que sea productivo en educación, en salud, en cultura, deporte, y que la misma tierra

produzca, no solamente productos agrícolas, de consumo, sino que también produzca aquellas

cosas que nosotros hemos perdido, como la esencia espiritual, las creencias, todo eso, eso es lo

que nosotros perseguimos, por eso es que es necesario tomar de un sitio, pues, que no este

habitado con este tipo de vivienda, con este tipo de contaminación ambiental, sónica; etc, etc;.

Porque tampoco queremos basura, los kari’ña, la vivienda de nosotros era de palma, madera y la

llegada de los colonizadores, pues se integró el bahareque, pero esto no quiere decir que los

kari’ña vivían en la basura, nosotros teníamos un control sobre la basura, un control natural,

ecológico, no existían enfermedades, etc., las enfermedades existen por la misma penetración y

el mismo descuido y los mismos errores de este tipo de población y vivienda, etc, pero que

estamos buscando esa lucha y estamos claros con lo que queremos perseguir, porque aquí el

mismo sistema y el modelo que estamos viviendo nos impide realizar ciertos rituales, ciertas

formas culturales, nos impide totalmente, nos interrumpe completamente, no encuadra y no va a

encuadrar jamás, así tengamos una escuela muy bonita, un dispensario muy bueno, pero jamás

vamos a tener a los Püddai. No van a trabajar en él y los ancianos no se van a encerrar en esos

salones (ver anexo 1.17).

Añade:


168


Entonces nosotros con este proyecto sí pensamos reconstruir todas estas cosas, sí se

quiere proteger o protegernos nosotros mismos como cultura étnica y afianzarlo y divulgar y

hacerla crecer. Yo creo que es la mejor estrategia que podemos utilizar porque de lo

contrario ... veo que la cultura kari’ña por lo menos aquí en el Estado Anzoátegui que se ve

más real, que se ve más movimiento no pase de 20 años, que quede extinguida totalmente (ver

anexo 1.17).

Actualmente han solicitado ayuda internacional a la Asociación para el

Desarrollo de las Minorías étnicas. Para Alis Carreño no es un compromiso político

ni nada de eso, sino un proyecto que los va a reivindicar históricamente, por lo cual

no piensan detener los esfuerzos, porque los recursos los van a obtener de cualquier

forma.


2.1. Definición del Proyecto Cultural Kari’ña


Para Justo Maita: “Consiste en reafirmar la vivienda tradicional, lo que es lo

autóctono de una comunidad indígena. Donde se marca que si existió, que existe y

existirá lo que es la parte cultural” (ver anexo 1.5).


Y añade:


Retomar algo que existía, que se dejó por x circunstancia, por la misma civilización.

Quizás no se valoró lo que era una vivienda tradicional. Y la reconstrucción no es solamente

levantar una estructura como las columnas de la vivienda tradicional, sino que en este caso sería

la parte interna donde se va a manifestar la tradición, todo el modo de vida del indígena kari’ña

(ver anexo 1.5).

Alis Carreño piensa que, el proyecto que se está emprendiendo


...no solamente es un proyecto para Kashaama, es un proyecto para la Mesa de Guanipa, sino

que es un proyecto que va más allá de esta comunidad, inclusive es un proyecto que pasaría las

169


barreras del Estado Anzoátegui, sería un proyecto piloto para Venezuela, y quizás más allá

podríamos decir a nivel internacional o a nivel mundial. Solamente que quiero decirle a los

hermanos kari’ña que sientan este proyecto como una herramienta de defensa de nuestra

cultura, de defensa de nosotros mismos, de defensa de nosotros mismos, como pueblo, como

comunidad, como étnia, vamos a decirlo así. Nos sirve como marco de referencia, como un

punto de partida hacia lo grande, hacia la preservación, hacia la lucha indígena, porque en

realidad la lucha indígena no está monta'nos en una tarima, hablar sobre nuestra cultura, sino

hacer hechos, la cultura, yo pienso que la debemos defender construyendo nuestra vivienda,

demostrando nuestras destrezas, en la artesanía, en las danzas, en los cantos, en los bailes y en

nuestras comunidades. Tiene que haber espacios suficiente, claros y definidos, en donde no

solamente el kari’ña llegue, sino aquel que no sea kari’ña y aprenda de nosotros, se lleve esa

experiencia kari’ña hacia su pueblo, hacia su nación, entonce la idea es de tener, tener en cada

una de las comunidades un proyecto de este tipo. Pero, no un proyecto tipo turístico, donde la

gente pague, en donde la gente se sienta así como, como en un sitio de comercialización, no

señor, es un sitio, un proyecto donde la gente si hay que aportar algo, aporte algo que, que en

realidad el proyecto se sienta satisfecho en su aporte tanto, vamos a decir, en capacitación,

tecnología, etc; lo que le haga falta al proyecto, pero, el proyecto tiene capacidad, bueno para

darle todo lo de nuestra cultura a toda aquella persona que nos visite, bien sea kari’ña o no

kari’ña, bien sea de la comunidad de Kashaama o bien sea de otras comunidades indígenas o

criollas de Venezuela o a nivel internacional. Ese proyecto va a estar abierto a todos, es un

proyecto realmente en donde el mundo kari’ña se va a desarrollar, donde la cultura kari’ña va a

estar...(ver anexo 1.17).

2.2. Dificultades para la consecución del Proyecto Cultural Kari’ña


El Sr. Candelario Aray considera, que: “... lo difici’ es la madera, y ahí es a

donde nojotros estamos parados, lo de la palma, palma aquí lo hay, lo difícil es la

madera que tenían que buscarlo....” (ver anexo 1.12). Y agrega que: “...la caña

brava, la punta de la flecha, es un poco difícil por aquí cerca, (...) la verás, eso si

hallamos manera cómo conseguir con otras comunidades y hacer una compra ahí...”

(ver anexo 1.12).


170


2.3. Proyección e importancia del Proyecto Cultural Kari’ña


El Sr. Candelario Aray percibe, que el proyecto es muy importante, “... porque

allí vemos nosotros la posibilidad (...) de generar trabajo. Y ahí vemos la posibilidad

de la enseñanza de la propia lengua kari’ña ....” (ver anexo 1.12).

Añade lo siguiente:

...yo pienso que el punto más importante es volver, conseguir nuestra lengua propia. Y ya hoy a

través de las escrituras pa’que aprendan a escribi'la, ve, eso es una educación, a través de eso ya

ellos, todos vienen sabiendo todos sus conocimientos, todo lo que han perdido, ve, muchas veces

se consigue todavía, por eso he dicho que aquí hay recursos todavía y aprovechar esos recursitos

pa’ poder enseñar a los conocimientos que han perdido, muchos conocimientos que están

perdidos, pero están por allí...(ver anexo 1.12).

En cuanto a los niños y niñas de la comunidad opina lo siguiente:


...pone'los pues, a los niños, enseña'los ahí, adonde la parte en el proyecto. Enseña'los cómo se

agarra un arco, cómo se tira una flecha, cómo se hace un arco, cómo se hace una flecha, cómo se

hace un trompo, cómo se baila un trompo, cómo se hace una saranda, cómo se baila una saranda,

todo eso. Esa eran los juegos tradicionales (...). Cuando yo abrí los ojos ya yo vi que los indios

jugaban trompo, eran fiesta de Semana Santa....(ver anexo 1.12).

Reitera:

Es importante como venía diciendo yo, eso genera trabajo, eso va a generar trabajo. Y allí

se le va a dar trabajo quienes conozcan nuestra lengua perfectamente para que vayan enseñando

a los niños y a quienes lo quieran aprender. Si posible hasta los mismos maestros que estar poco

de la lengua, pocos, tienen derecho a ir a prender. Y allí elaborarían esos trabajos, si es artesano

se pondría su mercancía allí, entonces cuando algún evento, algunos turistas que necesiten algo,

bueno, podría haber una venta allí de esa manera se ayudaría la comunidad (ver anexo 1.12).

Justo Maita considera que: “Es una reafirmación de la existencia de los

indígena' en la Mesa de Guanipa” (ver anexo 1.5). También Petrica Maita valoriza el

proyecto, porque: “Se puede perder la identidad de uno, de nosotros pues. Por eso yo

digo que es bueno el proyecto” (ver anexo 1.8).


171


Alis Carreño considera, que


...lo que está planteado es mejorar la calidad de vida del indígena y la calidad de vida del

indígena es bueno que el que esté en el proyecto: beneficiario directo, sienta pues, sienta los

beneficios hacia su persona, los beneficios como individuo, que no vaya a ser más bien que la

gente vaya a estar en el proyecto como bien critico, no, no, no, no, como es crisis, no, no, o

aislado no señor, no se trata de eso, por eso es que lo primero está en el idioma; pero además

usted va hablar el intercultural bilingüe y para eso nosotros tenemos todo eso ya planteado para

dictar Talleres, las personas que si le hace falta se dictan Talleres tanto en idioma Castellano

como en el mismo idioma kari’ña, aunque el idioma kari’ña yo creo que eso va fluir

espontáneamente...(ver anexo 1.17).

Se trata de un proyecto inédito:


...no he tenido la oportunidad de viajar al exterior –afirma Alís Carreño-, pero aquí en

Venezuela no he conocido ninguno. No tengo ningún conocimiento y los proyectos que he visto

más o menos ni siquiera lo podría comparar con esto, porque son proyectos a media, son

proyectos bueno' que, solamente tienen idea de proyecto turístico, pero le falta mucho para, para

ser un proyecto piloto como para mejorar la calidad de vida del indígena en este caso del kari’ña

(ver anexo 1.17).

2.4. Valores a recuperar o retomar en el Proyecto Cultural Kari’ña


Justo Maita propone recuperar “Nuestro acervo cultural, lo que es la lengua,

el modo de vivir, de compartir, el canto, la danza, en todo caso un acervo cultural”

(ver anexo 1.5).


Petrica Maita espera que se pueda recuperar los valores de la comunidad, “...

tantas cosas que existían cuando era la cerámica de barro, hacer bastante

chinchorro, sacá del morichal, sembrar y bueno mantener la cultura, la cultura de

esta étnia pues” (ver anexo 1.8).


172


Según Candelario Aray, se deben recuperar, “La lengua, los conocimientos

que tuvieron antes los abuelos, los padres. Así para poder tener un respeto,

justamente...” (ver anexo 1.12).


2.5. Propuestas de utilización del espacio dentro del área del Proyecto Cultural

Kari’ña


Justo Maita es del criterio de que:


La ubicación geográfica o demográfica de la comunidad, le pertenece a cada uno de los

integrantes y ellos lo ubican a su manera de trabajar. De esa manera hay una adjudicación propia

con el consentimiento de lo que es la comunidad. La comunidad es todos los habitantes pero,

esta administrada por una Asociación Civil, en este caso sería el Gobernador de la comunidad.

Tiene que tener pleno conocimiento en donde esta ubicado y si es de la comunidad o no.

También es importante acotar que fue tomado en cuenta para la ubicación del terreno, la

factibilidad del terreno y los posibles daños ecológicos que se puedan hacer. Ahora bien, lo

circular es interactuar entre personas y familia. Lo rectangular es limitar la interacción (ver

anexo 1.5).

Candelario Aray, no tiene todavía una idea clara del espacio a ocupar:


...nosotros habíamos hablado, primeramente eh, hacia la parte del otro lado del río pero, ahora

pues Alis ha decidido otra cosa, no sé todavía pues no hemos hablado justamente entonces no

sé... parece que esta cerca de la E.T.A.C. (Escuela Técnica de Agricultura de Cashaama).

Bueno, quizás ya no va ser en los morichales, yo creo, porque como lo venía diciendo, ya los

morichales no están ayudando no. Yo como me crié en ese trabajo y casi me pongo viejo en esto

y conozco ya, a medida del tiempo, como ayudan los morichales y como no ayudan. Ahora.

Ahora como yo practiqué un poco también en la nueva tecnología, bueno, me zumbo, nos

zumbaremos allí, en sembrar en la sabana...(ver anexo 1.12).

Para Candelario Aray, es algo nuevo lo de sembrar en la sabana, pero,

reconoce que existe alguna adaptación: “La tecnología es trabajá con arado” (ver

anexo 1.12), así como hacen los criollos.


Candelario Aray, reconoce que, el conuco estará al lado de la vivienda:

173


Sí, tiene que estar allí porque ese es un terrenito bueno para trabajar. Estará un poco

retirado, allí a los lados, como conuco, eso es un conuco. Allí se va a sembrá yuca, se va a

sembrá batata, se va a sembrá maíz, se va a sembrá frijol, se va a sembrá las patilla, se va a

sembrá la auyama; todo eso, claro que los cambures, los topochos no se puedan sembrá porque

esta seco, pero, sin embargo ira cambiando, viendo la cosa (ver anexo 1.12).


2.6. Tecnologías no tradicionales a incorporar en el Proyecto Cultural Kari’ña


El agua y la luz, afirma Alis Carreño, no faltan en el proyecto:


Bueno, vamos a hablar un poco de la luz, que es un servicio tan importante en el proyecto,

porque en realidad nosotros en los objetivos indicamos que íbamos a incorporar las tecnologías,

etc; etc. Por supuesto que debemos no solamente utilizar como vamos a decir la luz solar,

plantas solares, molinos de viento, no, si nosotros tenemos la facilidad de instalar luz eléctrica

directo verdad, eso nos ayudaría bastante en el proyecto y eso esta planteado en los proyectos de

tal manera que nosotros manejemos toda la tecnología a favor de nuestra cultura kari’ña, a favor

del desarrollo cultural, entonces esto nos indica que nosotros utilizábamos tanto los videos, la

televisión, toda esa serie de avance tecnológico con idea de proyectar, de avanzar, de desarrollar

en plenitud nuestra cultura; igualmente hablemos del agua, nosotros vamos a construir

manantiales para consumo y uso del agua en el proyecto; pero no está descartado además de

instalar sistema de riego, verdad, la perforación de pozo de agua...(ver anexo 1.17).

Y añade:


...vamos a necesitar tecnología y tecnología que nos sirva de verdad, verdad, para mejorar

nuestra calidad de vida no solamente porque necesitamos ver televisión no, no, la televisión la

vamos a emplear para nuestra cultura, ese para avanzar, para rescatar, preservar nuestros valores

culturales y bueno informarle a la gente lo que se esta haciendo, lo que se ha venido haciendo, lo

que todavía permanece en las comunidades, en cuanto a nuestras costumbres, en cuanto a esas

actividades culturales, otra de las cosas sería, pues la misma vía de comunicación, si nosotros

no conseguimos por lo menos abrir una vía buena de acceso con otro material tradicional como

piedra o arcilla, nos 'taríamos obligados a asfaltarla con asfalto si las posibilidades están, bueno,

asfaltaríamos la principal vía de acceso, inclusive de acceso hasta el río, hasta los sembradíos,

etc; etc. Que eso bastante seria una tecnología de avance pues, que aceptaríamos en el proyecto

(ver anexo 1.17).


174


2.7. Asesorías externas


Los líderes del proyecto, como Alis Carreño, no descartan la colaboración

externa:


...nosotros estamos abiertos precisamente a proyectos o a ideas, asesoramientos, etc, que vayan

en beneficio de nuestra cultura, de nuestro proyecto, proyecto que se asemejen, bueno

bienvenido, vamos a decir así, los convenios o bienvenido el intercambio de experiencia, pues,

porque la idea, nosotros nos estamos instalando, que es lo importante en una sabana, la idea es

cuando el proyecto comience a desarrollarse comencemos también a transformar esa sabana, a

hacerla productiva no solamente en árboles, en árboles es la idea, pero también tan productiva en

cría de animales, y productiva en cría de peces, en general es reactivar esa fauna que está tan

critica, tan en crisis, tan bajo que tenemos hoy en día. La idea es precisamente, vamos a decir,

como rescatar la fauna que hemos perdido, la fauna y la flora... (ver anexo 1.17).


2.8. Medición del espacio seleccionado para el P.C.K.


Realizamos la medición del espacio seleccionado para ubicar el Proyecto con

la ayuda de nuestro guía principal Alis Carreño (ver figura No 13). Para ello

recorrimos gran parte del terreno, llegando a todos sus límites y fotografiándolos.

175


FIGURA No 13


MEDICIÓN DEL ESPACIO SELECCIONADO PARA EL P.C.K.


176


3. Fotoetnografía del emplazamiento del Proyecto Cultural Kari’ña


Basándonos en nuestro diario de campo contextualizaremos la narrativa

etnográfica con las imágenes de algunos parajes del emplazamiento destinado para

ubicar al P.C.K., para enriquecer y profundizar “la lectura” de nuestro trabajo

fotoetnográfico sobre la ocupación de este espacio:


Una tarde soleada, salimos al terreno donde se concibe será instalado el

Proyecto Cultural Kari’ña. Fuimos en bicicleta y aún así el camino fue largo; unos

cuarenta y cinco minutos desde la vivienda de la familia Carreño, ubicada en el centro

del asentamiento tipo criollo de Kashaama, hasta el emplazamiento en cuestión. Un

camino sin huellas, cruzando la sabana y pasando riachuelos con toda la ritualidad del

caso (debimos prender cigarros junto a la familia Carreño, para evitar que los espíritus

errantes, en los alrededores de estas hendiduras llenas con el agua se molestaran).


Llegamos junto a Alís Carreño, su esposa y dos de sus hijos a las

inmediaciones de una carretera semiasfaltada, que sirve de entrada a la sabana desde

la carretera negra o vía nacional hasta la E.T.A.C. y al fondo donde hay unos

sumideros antiguamente utilizados por la explotación petrolera (ver foto No 26 y 27).

177


FOTO No 26


ALIS CARREÑO Y FAMILIA EMPRENDIENDO EL CAMINO

HACIA EL EMPLAZAMIENTO DEL P.C.K.


FOTO No 27


CARRETERA SEMIASFALTADA ADYACENTE A LA VÍA NACIONAL

178


Al caminar un poco observamos el local de trabajo y almacenamiento

construido con materiales no tradicionales para –según nos cuenta Alis Carreño- poder

reunirse, guardar los materiales a utilizar y de una u otra forma hacer acto de

presencia allí (ver foto No 28).


FOTO No 28


LOCAL DE ALMACENAMIENTO DENTRO DEL EMPLAZAMIENTO


Luego de descansar en las inmediaciones del local de almacenamiento y

trabajo, bajo la sombra de un árbol procedimos a hacer el recorrido para conocer las

características y los límites de este espacio, escogido por los integrantes de este

proyecto (unas cuarenta personas -según Alis Carreño-).


Ubicamos “el límite 1” con la ayuda de Alis Carreño; luego caminamos hasta

el punto que será la intersección del camino interno que cruza la futura Casa Grande;

centro de reunión del proyecto (ver figura N° 13 y fotos No 29 y 30).


179


FOTO No 29

LÍMITE No 1


FOTO No 30


VISTA DESDE LA INTERSECCIÓN DE DOS CAMINOS


180


Desde allí pudimos visualizar a lo lejos “el límite 3”; para luego llegar al

“límite 2” justamente (ver fotos No 31y 32).


FOTO No 31

LÍMITE 3


FOTO No 32

LÍMITE 2


181


Fotografiamos el camino divisorio del terreno que llega hasta la mitad del

mismo, (ver foto No 33), para luego volver a ver desde otro ángulo el lugar destinado

para la Casa Grande (ver foto No 34).


FOTO No 33

CAMINO DIVISORIO


FOTO No 34


VISTA AL FONDO DEL LUGAR DESTINADO PARA UBICAR


A LA LLAMADA CASA GRANDE


182


Decidimos emprender camino hacia “los límites 4 y 5”. Para ello tomamos la

vía de tierra que tiene entrada desde la carretera semiasfaltada que conduce al

asentamiento Alfondo y ubicamos más adelante el camino al río (foto No 35).


FOTO 35


VÍA DE TIERRA QUE COMUNICA CON EL ASENTAMIENTO ALFONDO


Más adelante conseguimos otro camino al río. Nos detuvimos para captar,

desde un punto donde ellos piensan colocar el área de siembra, los tres árboles punto

de referencia en el terreno escogido (foto No 36).


183


FOTO No 36


TRES ÁRBOLES EN EL MEDIO DEL EMPLAZAMIENTO


Luego de un recorrido llegamos al borde de un terreno más elevado donde se

observan unos mangales ubicados en las cercanías del “límite 4” (foto No 37). Alis

Carreño nos mostró unos farallones que son frontera del “límite 5” (foto No 38).


FOTO No 37

VISTA HACIA EL LÍMITE No 4


184


FOTO No 38

VISTA HACIA EL LÍMITE No 5


Luego de hacer pausa en esa pequeña meseta para descansar, decidimos llegar

a las cercanías del río por medio de un recorrido dentro de una espesa selva

característica de la cercanía de algún río en la zona (foto No 39). Observamos entonces

el río y los morichales adyacentes al mismo (foto No 40).

FOTO N° 39

SELVA ADYACENTE AL RÍO


185


Al final llegamos al río:


FOTO N° 40

ORILLA DEL RÍO


Al regresar llegamos al local de almacenamiento y pudimos observar de nuevo

la amplitud del espacio que existe entre la Casa grande y la vía nacional ubicada en

paralelo (foto No 41).


186


FOTO N° 41

VISTA HACIA LA VÍA NACIONAL


Regresamos por los mismos caminos hasta llegar a la carretera semiasfaltada

con entrada hacia la vía nacional.


187


Capítulo V Análisis, conclusiones y recomendaciones

1. Análisis


Después de 506 años del inicio de la invasión europea al territorio que hoy

conocemos como Venezuela, los kari’ña de Kashaama, descendientes de los caribes

del oriente de Tierra Firme, hoy continúan resistiendo a los procesos de deculturación

desencadenados por la conquista y colonización y reforzados por los criollo-mestizos

en el poder a partir de la conformación del Estado republicano. Resistencia centrada

en su patrón de asentamiento tradicional, donde se entrecruzan como en una intrincada

red, el espacio y el tiempo tanto de los invasores como de los invadidos, en una

relación dialéctica por la propia reproducción histórica.


La resistencia de los indígenas kari’ña de Kashaama, debe ser entendida

como su lucha por preservar el derecho a tomar decisiones propias sobre los

elementos culturales propios. No es una simple oposición al cambio, sino una aptitud

creativa, dinámica, positiva y siempre activa, gracias al ethos grupal y a su capacidad

para transfigurarse étnicamente.


A lo largo de su historia milenaria, los kari’ña se fueron adecuando a los

diversos ecosistemas no sólo desde un punto de vista espacial sino también

simbólico-religioso y axiológico, teniendo como referencia su núcleo de cultura

188


autónoma que condiciona su propia manera de ver el mundo, de concebir el espacio y

el tiempo y de autoidentificarse como pueblo.


Para los kari’ña, en su visión ternaria del universo, existen tres espacios

interconectados dinámicamente: el espacio celeste, el espacio social y espacio

terrestre. El espacio celeste, donde se encuentran sus héroes ancestrales y todas las

fuerzas sobrenaturales que interactúan con el espacio social y el espacio terrestre. El

espacio social o patrón de asentamiento tradicional, donde se realiza la familia

extendida, como núcleo fundamental de la organización social kari’ña, en interacción

e interindependencia con el espacio celeste y el espacio terrestre.


Y, finalmente, el espacio terrestre, donde la comunidad se interrelaciona con

la madre tierra, fuente de la vida animal y vegetal, y donde, a partir de su percepción

cultural envuelve formas diferenciadas de apropiación y jerarquización del espacio

habitado, como los espacios para la producción, para la recreación y los espacios

sagrados. Entre la concepción kari’ña del tiempo y del espacio, existe continuidad y a

partir de ella comienza su cultura, enriquecida con categorías propias vinculadas con

el comportamiento y la interacción entre los miembros de la comunidad. Cultura, que

como afirma Morín, es un cuasi-código cultural, un equivalente del código genético,

por medio del cual el pueblo Kari’ña ha logrado mantener la integridad y la

identidad de su sistema social y asegurar su autoperpetuación o reproducción,

minimizando los riesgos de la incertidumbre, de la confusión y del desorden que

189


tienen su origen en la confrontación dialéctica con otras culturas. Mientras los kari’ña

vivieron según sus patrones culturales ancestrales, a partir de la toma de decisiones

propias sobre sus propios elementos culturales, percibieron el espacio desde el núcleo

de su cultura propia. Su objetivo no fue poseer, dominar y explotar el espacio sino

utilizarlo, sin perder la cercanía a los demás miembros de su pueblo. De aquí nació el

patrón de asentamiento disperso, marcado por las normas sociales, dadas por la

estructura familiar.


La visión tradicional kari’ña del espacio, fue determinada en el pasado por

la ocupación de variados ecosistemas, gracias a la necesidad de movilización por el

alto crecimiento demográfico y por la necesidad de encontrar recursos adecuados para

su reproducción como pueblo. Visión que estuvo directamente relacionada con la

visión del tiempo, ya que era el espacio el que estaba supeditado al tiempo y no el

tiempo al espacio. En efecto, los kari’ña regulaban su movilización espacial de

acuerdo al clima, a los ciclos de reproducción de los animales de caza, a los tiempos

de recolección, a la crecida de las aguas y a la sobrepoblación de las viviendas

comunales que ponía en peligro la utilización adecuada de los recursos naturales, al

entrar en conflicto con la capacidad de carga de los hábitat por ellos ocupados.


El espacio integrado y el tiempo relativo conforman en el presente, una

unidad inseparable para los kari’ña. Tiempo y espacio son una misma idea: la libertad

en las dimensiones manifestadas por la naturaleza. Tiempo y espacio, parte del

190


lenguaje silencioso del pueblo Kari’ña, entendido inconscientemente por ellos y cuya

simbología debemos aprender a interpretar los no kari’ña.


La auto identificación de los kari’ña como pueblo, tiene sus raíces en la

concepción del espacio social y del tiempo social, presentes en el patrón de

asentamiento tradicional kari’ña, que han asegurado a los individuos su interacción

con los demás miembros de la comunidad y la posibilidad de orientarse en un mundo

creado culturalmente. Espacio social y tiempo social, ejes fundamentales de la

memoria kari’ña, ya que a través de ellos la comunidad puede recuperar el recuerdo

colectivo, porque el pasado común es precondición de identidad colectiva.


Existe una identificación profunda entre identidad kari’ña y patrón de

asentamiento tradicional, porque la vivienda como espacio social, no solo es percibida

como una adaptación ecológica específica al medio ambiente, sino que además es el

motor de un rico abanico de realidades socioculturales, como la organización social, la

organización económica, la organización política, las creencias, los valores y las

tradiciones. Realidades que hacen que el patrón de asentamiento responda a dos

fuerzas encontradas, el cambio y la resistencia, mediadas por un pueblo que al mismo

tiempo que esta dispuesto a apropiarse de los recursos ajenos, lucha por conservar el

núcleo fundamental de su patrón de asentamiento tradicional, de su estructura de

parentesco, de la socialización de sus hijos y de la familia extendida como unidad

básica de producción y consumo.


191


A través del tiempo y del espacio, el patrón de asentamiento tradicional

kari’ña a sufrido transformaciones, provocadas por agentes internos y externos. En

ambos casos, el pueblo Kari’ña ha conservado varias características como núcleo de

cultura propia en la reproducción de su patrón de asentamiento tradicional disperso,

como: 1) La nucleación del patrón de asentamiento alrededor de la familia extendida;

2) La conformación de un patrón de asentamiento matrilocal; 3) La construcción de

un espacio habitacional reservado para la familia extendida y de espacios para el uso

común y para la recepción de los visitantes; 4) La obligación de los esposos de

construir la vivienda familiar y de asegurar la alimentación de los suegros; 5) La

utilización de materiales de construcción propios de la región; 6) La elección de

autoridades políticas al servicio de la comunidad; 7) El respeto hacia los püiddei; y 8)

La selección de espacios adecuados para la producción.


La responsabilidad histórica del gravísimo etnogenocidio causado por la

conquista y la colonización es solo comprensible si tomamos en cuenta lo que

significó la implementación de políticas dirigidas a cambiar el patrón de asentamiento


tradicional kari’ña. Cambios que trajeron graves secuelas ecológicas, simbólico-

religiosas y axiológicas para el pueblo Kari’ña. Sin tomar en cuenta que los indígenas


kari’ña habían logrado una integración del espacio celeste, social y terrestre, los

misioneros descalificaron por promiscuas, las viviendas grandes ocupadas por una

familia extendida; los obligaron a vivir en viviendas construidas con base en patrones

arquitectónicos europeos y estimularon la fundación de centros poblados de españoles

192


y criollo-mestizos en las cercanías de los pueblos de misión, para acelerar su

asimilación a las formas de vida europeas. Al modificar el patrón de asentamiento

tradicional, los invasores debilitaron los nexos de la familia extendida y las formas

tradicionales de organizarse para el trabajo. Al imponer nuevas técnicas de trabajo e

incorporar a los indígenas a una economía mercantil periférica dependiente, los

sometió a los ritmos económicos de la metrópoli, imponiéndoles unas relaciones

comerciales desequilibradas.


Al modificar el patrón de asentamiento tradicional, los agentes colonizadores

también debilitaron las bases de la organización política indígena, desvalorizándolas

y manipulando a las autoridades tradicionales para someter a los pueblos por ellas

liderizadas.


Al modificar el patrón de asentamiento, el poder colonial debilitó los

mecanismos tradicionales de control social indígena, al impedir su actuación y al

destruirlos en último caso. Al debilitar y destruir su cuerpo de valores tradicionales,

lograron aumentar los conflictos intergeneracionales, intergéneros e interétnicos,

llevando a los pueblos a la desintegración, al crearles un clima de inseguridad en la

toma de decisiones.


Con la toma del poder por parte de los criollo-mestizos, el pueblo Kari’ña al

igual que los demás pueblos indígenas de Venezuela, en lugar de mejorar

193


desmejoraron su situación socioeconómica, política y religiosa, a partir de la

implementación de políticas estadales que: 1) Declararon las tierras indígenas y sus

recursos naturales como propiedad del Estado; 2) Planificaron desarrollos

habitacionales negadores del patrón de asentamiento tradicional indígena, al

desvalorizarlos como inadecuados por despreciar la diferencialidad cultural; 3)

Desintegraron la propiedad comunitaria mediante la dotación de tierras individuales,

para apropiarse de los territorios indígenas e imponer el régimen de propiedad privada

de la economía liberal; y 4) Privilegiaron la construcción de centros poblados

concentrados, con el fin de apropiarse de las tierras y territorios dejados desocupados

por los pueblos indígenas.


En el caso de la comunidad kari’ña de Kashaama, la construcción de las

viviendas rurales produjo graves desequilibrios en su patrón de asentamiento

tradicional, al imponerles un modelo arquitectónico ajeno a su percepción del espacio;

al obligarlos a concentrarse con el abandono de los espacios tradicionalmente

ocupados como los conucos, los morichales, los cotos de caza y los espacios de

recolección; al impedirles la cría de animales; al exponerlos a enfermedades

contagiosas; al aumentar su dependencia económica de la economía criollo-mestiza; al

destruir la estructura tradicional de la familia extendida; al debilitar el deber del

hombre casado a construir la vivienda de su familia y de mantener la seguridad de sus

suegros; y por último al inducir cambios en el espacio celeste por la modificación de

la vivienda tradicional, por desconocer irresponsablemente la existencia de códigos

194


simbólico-religiosos ligados a la interrelación entre el espacio celeste, social y

terrestre.


Aunque es innegable los efectos deletéreos de la dominación colonial y

republicana sobre la cultura kari’ña, en relación con su patrón de asentamiento,

también lo es la férrea resistencia presentada por ellos por conservar los elementos

esenciales definidores del mismo. Se pasó de la casa grande habitada por una familia

extendida a la casa unifamiliar, pero reproduciendo arquitectónicamente el modelo

de la casa grande, al construir las viviendas de las hijas casadas alrededor de la casa

materna, siguiendo el patrón matrilocal tradicional. Finalmente, ante el último

esfuerzo de la sociedad criollo-mestiza por eliminar todo vestigio de su patrón de

asentamiento tradicional al imponerles la vivienda rural, respondieron con

mecanismos de defensa colectivos, como: 1) La construcción de espacios externos

para la cocina; 2) La construcción de un bohío tradicional para recibir a los visitantes

y para realizar actividades artesanales y 3) el cambio de viviendas para lograr una

mayor cercanía a los miembros de la familia extendida y reproducir, aunque

imperfectamente, la ocupación espacial circular de la vivienda tradicional.


La propuesta conocida como Proyecto Cultural Kari’ña, se inscribe dentro

de las políticas de la comunidad kari’ña por revitalizar el núcleo de cultura

autónoma, que define su patrón de asentamiento tradicional. Para su mejor

comprensión y análisis a continuación vamos a desarrollar los siguientes

195


aspectos: Delinearemos los aspectos más resaltantes del Proyecto Cultural Kari’ña;

analizaremos su contenido para evaluar su conexión o no con la tradición;

consideraremos la pertinencia o no de la apropiación de recursos ajenos y

ofreceremos un bosquejo final del proyecto, después de tomar en cuenta las

evidencias contenidas en nuestra investigación y la factibilidad del proyecto.


El Proyecto Cultural Kari’ña se propone la recuperación de una forma de

vida tradicional, basándose en el patrón de asentamiento como marco normativo de

todos los demás temas de la vida cotidiana. Se inscribe en un movimiento de

resistencia secular kari’ña por frenar el proceso de deculturación desencadenado en la

comunidad kari’ña de Kashaama y por evitar su progresiva decadencia social, causa

de que las nuevas generaciones crezcan alejadas de las tradiciones y del sistema de

valores kari’ña y de que se ponga en peligro la continuidad histórica de su cultura

milenaria. En fin, es un proyecto que se propone revertir los procesos degenerativos

antes nombrados, cuya génesis está ligada, en parte, a la construcción de las viviendas

rurales y a la compulsión para que la comunidad las habitara, como mecanismo para

debilitar su percepción del espacio celeste, social y terrestre, fuerzas motoras de la

vida cotidiana comunitaria desarrollada en su patrón de asentamiento. Cuando

analizamos el contenido de la propuesta de los líderes kari’ña de Kashaama,

encontramos aspectos que no están íntimamente relacionados con el patrón de

asentamiento tradicional, como: 1) La construcción de la casa grande tradicional

como espacio para la reproducción de la cultura, que piensan ubicar en el área central

196


de un núcleo de viviendas unifamiliares, de tipo rectangular y construidas

circularmente, habitadas por personas que no tienen un ascendiente común; 2) La

construcción de la cocina dentro de la vivienda; 3) La construcción de bohíos

independientes para la exposición y venta de creaciones colectivas (o mal llamada

artesanía); 4) La utilización de pisos de concreto, paredes de bahareque, columnas de

madera, techo de zinc y de palma; y 5) El recubrimiento de las calles con piedras o

arcilla y, a falta de ellas, con asfalto.


Al considerar el párrafo anterior, debemos hacer algunas observaciones muy

puntuales, relacionadas con algunos aspectos de la propuesta. Nuestra primera

observación se refiere a la casa grande, transformada en el proyecto en una especie de

casa de la cultura, cambiando su uso original de vivienda multifamiliar, bajo cuyo

techo vivía una familia extendida. En segundo lugar, se busca reproducir el patrón de

asentamiento circular tradicional, pero se hace alrededor de la casa grande, con

nuevos criterios de uso.


En tercer lugar, percibimos diferencias significativas entre el modelo

tradicional y el Proyecto Cultural Kari’ña, sobre todo en cuanto a la construcción de

viviendas unifamiliares alrededor de la casa grande, pero sin que exista

necesariamente entre sus habitantes nexos de parentesco, ya que su escogencia sería al

azar. En cuarto lugar, el proyecto se aleja del modelo de vivienda tradicional, cuando

propone la construcción de la cocina dentro de la vivienda. En quinto lugar, el

197


proyecto también se aleja del modelo de vivienda tradicional, cuando propone la

construcción de bohíos independientes de las viviendas, ya que tradicionalmente

pertenecían a cada una ellas, como lugar para la recreación, para el trabajo y para

recibir a los visitantes. Y en sexto lugar, el proyecto plantea un patrón de

asentamiento concentrado, reforzando el modelo del poblamiento criollo impuesto y

debilitando el propio modelo tradicional del patrón de asentamiento disperso.


El Proyecto Cultural Kari’ña, a partir de la premisa básica teórica de que el

patrón de asentamiento es dinámico y no estancado, integra una serie de recursos

culturales ajenos como: 1) La luz eléctrica a partir de plantas solares y energía eólica;

2) La construcción de instalaciones de agua potable de uso comunitario; 3) La

agricultura en sabana con la integración de abonos orgánico, de plantas de riego y de

la técnica del arado; 4) El uso de medios de comunicación masivos como la

televisión, el internet y el teléfono para reforzar la propia cultura; y 5) La creación de

núcleos productivos, a partir de espacios para la cría de animales acuáticos y

terrestres y para la producción agrícola.


Coincidimos con la apreciación del Proyecto Cultura Kari’ña de que el

patrón de asentamiento es dinámico y no estático. Nos parecen muy acertadas las

propuestas de apropiarse de los medios de comunicación de masas para el bienestar de

la comunidad y de construir núcleos de producción, que no serían sino los núcleos

endógenos de desarrollo sustentable contemplados en las políticas económicas del

198


Estado. Sin embargo, tenemos algunas observaciones relacionadas con las otras

propuestas antes nombradas. En cuanto a la instalación de plantas solares y de

molinos de viento para obtener energía eólica, sostenemos que serían tecnologías más

adecuadas para un patrón de asentamiento disperso que para un patrón de

asentamiento concentrado, como es el propuesto en el proyecto. La instalación de

tuberías de agua potable comunitarias nos parece poco utilitarias para la comunidad,

que tendría grandes incomodidades a la hora de abastecerse del preciado líquido en

sitios muy limitados. Nos parece más conveniente, que se lleve el agua potable hasta

las cocinas de cada una de las viviendas.


La agricultura en sabana es una necesaria adecuación que se debe hacer, ya

que es el ecosistema donde habita la comunidad de Kashaama y que hasta ahora ha

estado subutilizado. Creemos que no sólo la utilización de abono orgánico sino

también su producción por parte de la comunidad, al igual que la instalación de

sistemas de riego, pudieran repotenciar la producción agrícola en dicho ecosistema.

No somos tan optimistas en cuanto a la posible apropiación de la tecnología del

arado, por las graves consecuencias que se derivarían de su uso para este delicado

ecosistema.


Al llegar a este punto de nuestro análisis, nos proponemos presentar

algunos lineamientos para construir una nueva propuesta cultural kari’ña, a partir de

199


la revisión crítica de la propuesta original de los líderes de la comunidad de Kashaama

y con base en su patrón de asentamiento tradicional.


El objetivo central de la nueva propuesta es construir un espacio social

más ligado a la tradición, que sea capaz de crear una motivación más estimulante para

la revitalización de la lengua, de las costumbres, de las tradiciones y de las creencias

kari’ña; que fortalezca la conexión más directa entre el tiempo social y el espacio

social, que ayude a las nuevas generaciones a identificarse con sus ancestros y a

reforzar los lazos comunitarios, todo lo cual se dificulta en el actual asentamiento

humano de tipo criollo, con viviendas rurales concentradas, ajenas al patrón de

asentamiento tradicional kari’ña.


Lo primero que se debe lograr es la participación plena de la comunidad de

Kashaama en todos los procesos, desde la planificación, el diagnóstico y revisión del

proyecto, hasta la toma de decisiones a la hora de la autoconstrucción de las

viviendas, a partir del estudio de impacto ambiental realizado por técnicos

especializados.


El patrón de asentamiento privilegiado en este proyecto es el de tipo disperso

por varias razones: 1) Porque forma parte del núcleo de cultura autónoma kari’ña; 2)

Porque es el más adecuado espacialmente, tomando en cuenta la gran extensión del

hábitat de la comunidad kari’ña de Kashaama; y 3) Por la limitación de la capacidad

200


de carga del ecosistema de sabana, que sólo soporta pequeños centros poblados. Los

centros poblados se diferencian en este proyecto del centro cultural, ya que su

planificación responde a objetivos distintos como sus nombres lo indican. Los

primeros deben girar alrededor de la familia extendida, ya que cada centro poblado

estará constituido por varios núcleos, cada uno de los cuales estará conformado por

la vivienda central de la madre, con las viviendas de sus hijas casadas construidas a

su alrededor en forma circular. Varios de esos núcleos, suficientemente separados

espacialmente como para permitir el desarrollo de actividades económicas

productivas, conforman el patrón de asentamiento comunitario. Todas las actividades

económicas desarrolladas en el espacio del asentamiento comunitario, podrían

conformar lo que se conoce como núcleos endógenos de desarrollo sustentable.


El centro cultural se construirá en un espacio al cual puedan acceder con

comodidad todos los miembros de la comunidad. Pueden constar, como está expuesto

en el proyecto original de los líderes de la comunidad de Kashaama, de una casa

grande central y de casas para los visitantes y de bohíos para las exposiciones de

artesanía y para otras actividades comunitarias.


Cada vivienda constará de los siguientes apartados estructurales:

1. Un espacio para el dormitorio de los miembros de la familia, que podrá ir

expandiéndose con el ritmo de su crecimiento demográfico.

2. Un espacio para el fogón, que incluya el horno para la producción de casabe.

201


3. Un espacio como taller de trabajo y como lugar de reuniones de la familia;

4. Núcleo desarrollo endógeno sustentable.


Para la construcción de las viviendas proponemos materiales

tradicionalmente utilizados por los kari’ña y materiales utilizados por la sociedad

criolla. Entre los materiales más tradicionalmente utilizados por la comunidad

kari’ña podemos citar la caña brava y el bahareque. Antiguamente utilizaban la

palma del moriche para techar las casas, pero hoy día se considera como una actividad

desequilibradora del medio ambiente, por lo cual su uso ha decaído. Entre los

materiales de construcción de la sociedad criolla, habrá que hacer un estudio previo

para que la comunidad tome sus decisiones sobre los más adecuados.


Cuando por primera vez fue expuesto el Proyecto Cultural Kari’ña por los

líderes de la comunidad de Kashaama, muchos de ellos percibieron su poca

factibilidad, por limitaciones intra y extra comunitarias, además de limitaciones en

cuanto a los materiales de construcción. Entre las limitaciones intra y extra

comunitarias citaban la deficiente información que tenían los miembros de la

comunidad, por lo cual su poco apoyo al proyecto y la oposición frontal de personas

que se sentían conformes con las viviendas rurales y que no estaban dispuestas a

cambiar su nueva forma de vida; y, por último, la falta de recursos para la realización

del proyecto.


202


Hoy día, gracias al Programa de “Vivienda y Habitat Indígena”, aprobado el

29 de agosto de 2002 por resolución del Directorio-CONAVI no 39-2002, es posible

la realización del sueño de la comunidad kari’ña de Kashaama, plasmado en el

Proyecto Cultural Kari’ña.


2. Conclusiones:


La investigación realizada sobre “La reconstrucción de la visión kari’ña del

espacio y del tiempo a partir de su poblamiento tradicional”, nos permite llegar a las

siguientes conclusiones sobre cuatro aspectos fundamentales:


1.- Sobre el patrón de asentamiento tradicional kari’ña:

a) Las viviendas del pueblo Kari’ña estaban distribuidas espacialmente según un

patrón de asentamiento disperso, ubicadas en ecosistemas de sabana, se selva y de

zonas interfluviales.

b) Las casas eran de tamaño grande y de forma redonda, en cada de una de las cuales

habitaba una familia extendida.

c) El patrón de asentamiento era matrilocal, ya que las hijas al casarse, continuaban

viviendo cerca de su madre con su respectiva pareja.

d) El patrón de asentamiento era el espacio integral, donde tenían su génesis todos los

elementos culturales kari’ña, como su organización social, económica, política,

religiosa y sus valores, creencias y tradiciones.


203


2.- Sobre los cambios provocados por agentes externos:

a) El Estado colonial desarrolló una serie de políticas dirigidas a desintegrar la unidad

político-territorial del pueblo Kari’ña, para lo cual centró su acción sobre su patrón de

asentamiento: concentrando a la población en pueblos de misión e imponiéndoles

viviendas construidas a partir de un modelo arquitectónico europeo, con lo cual

debilitó su organización social, económica, política y religiosa, estimulando los

conflictos internos a partir de la desintegración progresiva de sus valores, costumbres

y tradiciones y de las normas culturales tradicionales. La respuesta de los indígenas

kari’ña no se hizo esperar. Contrariamente a lo esperado por los agentes de la sociedad

invasora, opusieron una férrea resistencia ante las políticas coloniales negadoras de su

derecho a tomar decisiones propias sobre sus elementos culturales. Por una parte

defendieron su patrón de asentamiento matrilocal, y por otra parte lograron mantener

su patrón de asentamiento disperso, reforzando así su organización, social, política y

religiosa y sus creencias, valores y tradiciones.

b) El Estado republicano estableció políticas de expropiación de las tierras y

territorios kari’ña, con lo cual logró deteriorar su patrón de asentamiento tradicional, y

se propuso integrarlos y asimilarlos a la población criolla del país utilizando como

mecanismo la construcción de viviendas rurales, homogeneizadoras y destructoras de

la diferencialidad de la cultura kari’ña. Como consecuencia, los terratenientes se

apropiaron de las tierras indígenas desocupadas como resultado de la concentración.

204


Como respuesta a las políticas habitacionales del Estado republicano, en su pretensión

de obligarlos a concentrarse en pueblos de tipo criollo y a vivir en casas rurales, los

indígenas kari’ña hicieron modificaciones estructurales a dichas viviendas con base en

su modelo habitacional tradicional; buscaron reproducir, aunque con mucha dificultad,

al cambiar sus viviendas con otros miembros de la comunidad para ubicarse cerca de

sus familiares. Aún hoy día existen familias que continúan viviendo en la comunidad

de Kashaama de acuerdo a su patrón de asentamiento tradicional disperso. El Proyecto

Cultural Kari’ña, objeto de nuestra investigación, debe ser percibido como expresión

de la resistencia inflexible y continua de los kari’ña ante las políticas anti-indigenistas

del Estado republicano.


3.- Sobre el Proyecto Cultural Kari’ña:

a) Con el fin de revitalizar su patrón de asentamiento tradicional y de repontenciar su

poder de tomar decisiones propias sobre su organización social, económica, política,

religiosa y sobre sus valores, creencias y tradiciones, los líderes de la comunidad

kari’ña de Kashaama propusieron lo que se conoce como Proyecto Cultural Kari’ña.

Su revisión critica a la luz de esta investigación, nos ha permitido, por una parte,

reformular algunos de sus planteamientos, por contradecir aspectos importantes de su

patrón de asentamiento tradicional, como: la propuesta de construir un centro poblado

concentrado alrededor de un centro cultural; y por otra parte, estimulamos algunas de

sus propuestas por ser posibles fuentes de bienestar comunitario, como la integración

en el nuevo poblado de tecnologías y recursos ajenos.


205


b) Las evidencias recogidas a lo largo de esta investigación nos permiten concluir

finalmente, que el patrón de asentamiento es percibido por los kari’ña como dinámico,

y que su resistencia a las políticas de dominación coloniales y neocoloniales no son

una simple oposición al cambio, sino una aptitud creativa, dinámica, positiva y

siempre activa, por estar sustentada sobre su ethos y sobre su capacidad de

transfigurarse étnicamente.


3.- Recomendaciones


Tomando en cuenta el nuevo marco constitucional, que consagra el derecho

de los pueblos indígenas a mantener su organización social, política y económica, sus

culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos

originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan, y tomando en

cuenta también el programa de “Vivienda y hábitat indígena” aprobado el 29 de

agosto de 2002 por resolución del Directorio-CONAVI No 39-2002, recomendamos:


1) Que la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela, ofrezca a

los estudiantes contenidos programáticos relacionados con el hábitat indígena, con el

fin de capacitarse para participar en los proyectos gubernamentales de CONAVI,

orientados hacia la construcción de viviendas indígenas respetando su patrón de

asentamiento tradicional.


206


2) Que otros estudiantes, retomen algunos de los planteamientos problemáticos

contenidos en esta investigación, a fin de crear una línea de investigación de gran

interés para los pueblos indígenas.


207


GLOSARIO


Acequia: zanja o canal que se hacían los kari’ña en los morichales tradicionalmente.

La acequia sirve para que permanezca entre húmedo y seco el suelo cercano a los

morichales, según Candelario Aray la técnica consiste en canalizar el río y hacer los

drenajes del agua para que se canalice (ver ’cequia).

Baraentierra: Casita de barro, de penca que se hace poniendo un palo atravesado, se

corta los palos y se ponen, luego se amarran.

Budal: manera indígena de llamar al budare.

Carnasa: tapara y batea según Juan Francisco Machuca (püddai kari’ña).

Cayapa: labor cooperativa.

’Cequia: pronunciación incorrecta usada por las diferentes personas kari’ña en los

testimonios en referencia a la palabra acequia.

Chotos: de esta manera son llamados los miembros de la sociedad occidentalizada.

Compone: ayudar a hacer a otro una casa y/o un asentamiento.

Comunidad: es una entidad a la cual se pertenece y que como individuos solamente,

no se puede existir ni funcionar como indígena (Bonilla, en Morales Méndez, 1997).

Criollo: de esta manera son llamados los miembros y las costumbres de la sociedad

occidentalizada.

Curioso: shamán o püddai kari’ña.

Desarrollo sostenible: "El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las

necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras

208


para satisfacer las suyas." - Nuestro Futuro Común: Informe de la Comisión Mundial

sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Informe Brundtland), 1987.

Ecodiversidad: esta basado en una nueva visión de la educación. Una visión que

reorienta los objetivos y contenido del proceso educativo; partiendo de la necesidad

de redefinir la realidad de forma que contribuya para la creación de un futuro

sustentable a nivel regional.

Ecovila: es un asentamiento completo planteado por la red de Permacultura, que

integra las actividades humanas ligadas al ambiente natural sin degradarlo y que

sustenta el desenvolvimiento humano saludable de forma continua y permanente.

Enlatado: forma de expresión de indica el colocar las piezas de madera (o lajas, latas

según los kari’ña), en las paredes de la vivienda tradicional indígena kari’ña.

Embarrao: forma de expresión de la acción de colocar barro en las paredes de la

vivienda tradicional de los kari’ña.

Encobijado: expresión referida a techar la vivienda tradicional kari’ña con moriche.

Encujá: expresión referida a la extensión del techo de moriche a las paredes de la

vivienda indígena kari’ña, según el Sr. Heriberto Martínez.

Esgaritados: expresión utilizada por los kari’ña que quiere decir vivir dispersos.

Garupo o carupo: utensilio que se elabora con barro que hace las veces del

denominado plato actualmente, según Juan Francisco Machuca (Püddai) y según

Petrica Maita (ver jarupo).

Globalización: “...complejo proceso tendencialmente planetario y omnicomprensivo

a través del cual el globo terráqueo en su totalidad tiende a convertirse cada vez más

209


en un espacio interconectado –y de este modo unificado- tendencialmente más

continuo que discreto, en virtud de múltiples y complejas interrelaciones, y ello no

sólo desde el punto de vista económico, sino también social, político y cultural...”

(Mato, 1995: 21).

Guashuiya: árbol pequeño, según nos relata Alis Carreño.

Huevemono: tipo de madera, según Santos Ramón Tenpo

Jarupo: plato para comer según la Sra. Luisa Maita (ver garupo o carupo).

Maremare: nombre de una música y de una danza indígena (Aretz, 1991).

Morichal: era una forma de trabajo, según Juan Francisco Machuca (Püddai). Los

morichales son un tipo de bosque de galería, en los que abunda la palma moriche, ésta

palma necesita un anegamiento largo para poder reproducirse ( Morales Méndez,

1989).

Palo huepe: tipo de madera con la cual queman y amasan el barro para que salgan

bien las vasijas. El barro es de abajo del río y eso lo ponen a secar y después que este

seco es que queman el palo y después lo mojan y se amasa como una masa.

Pella: porción de tabla de moriche.

Permacultura: es una red organizativa donde la norma es el cuidado y trabajo con la

Tierra; porque el uso sustentable de la tierra no puede ser separado del estilo de vida y

de los aspectos filosóficos. Se aplican en permacultura los modelos ecológicos

encontrados en sistemas naturales como base para proyectar sistemas integrados.

(Soares, 2001).


210


Pueblo: población con origen común y algunas características culturales compartidas

(Bonfil Batalla, 1989).

Püddai: según Civrieux estos miembros de la cultura kari’ña son los depositarios de

toda la fuerza vital y síquica que utilizan para ejercer el bien o el mal (1974).

Quiripa: objeto consistente en pequeños discos fabricados de conchas, con un hueco

central por donde los ensartaban con hilos a manera de cuentas.

Ramá: un tipo de casita, según Domingo Machuca y según Isidro Juárez. Es en la

ramá donde se recibía a la gente. (Esta es una casa conocida también por algunos

como de media agua).

Rayá: expresión referida a la acción de una de las etapas de la preparación del cazabe.

(rayar la yuca).

Saranda: era un juego tradicional, según Candelario Aray.

Tendé: expresión referida a la acción referida al secado del cazabe.

Torcé: expresión que engloba la acción de torcer las tiras del cogollo de moriche para

hacer el preparado de esta fibra.

Trojas: pedazos de madera donde se ponían los corotos: ollita, una paila de metal,

totuma y que conformaban un asiento tradicional.

Unío: expresión que utilizan los indígenas kari’ña para expresar vivir juntos en

pueblos tipo criollo.

211


ÍNDICE GENERAL

Páginas

Resumen III

Agradecimiento IV

Dedicatoria V

Índice General 6

Índice de, Figuras, Fotos, Gráficos y Tablas 11

Introducción 17

Capítulo I Los kari ́ña en las fuentes impresas 19

1. Estudios, investigaciones y trabajos sobre los indígenas caribes y sus

descendientes los indígenas kari’ña 20

2. Breve descripción de los indígenas kari’ña 22

2.1. Ubicación geográfica y población 22

2.1.1 Tronco lingüístico 24

2.1.2 Propuestas sobre el origen de los caribes por cronistas,

historiadores y antropólogos 24

2.2. Orígenes históricos de algunas de las primeras reducciones kari’ña 30

2.3. Organización social del pueblo kari’ña y sus comunidades 32

2.3.1 Organización familiar 32

2.3.2 Organización socio-económica 36

2.3.3 Organización socio-política 40

2.3.4 Organización religiosa 42

2.3.4.1 Creencias 42

2.3.4.2 Rituales 45

2.4. Patrón de asentamiento kari’ña 48

2.4.1 Hábitat 48

2.4.2 Patrón tradicional de asentamiento kari’ña 50

2.4.3 Historia de la vivienda kari’ña 55

2.5. Ubicación de la comunidad kari’ña de Kashaama 59

Capítulo II Lineamientos y fundamentos de la investigación 61

6


1. Planteamiento y Formulación del problema 61

1.1. Planteamiento del problema 61

1.2. Formulación del problema 67

2. Objetivos 67

2.1. Objetivo General 67

2.2. Objetivos específicos 67

3. Marco teórico y metodológico 68

3.1. Marco teórico 68

3.2. Marco metodológico 83

Capítulo III La comunidad de Kashaama 93

1. Ubicación geográfica y población de Kashaama 93

2. Origen histórico del establecimiento de Kashaama 93

3. Historia reciente de Kashaama 95

4. Testimonios sobre el patrón de asentamiento tradicional de Kashaama 102

4.1. Espacios sagrados 102

4.2. Asentamiento y vivienda en la tradición de Kashaama 103

4.2.1 Patrón de asentamiento tradicional 103

4.2.2 Descripción de la vivienda tradicional 105

4.2.3 Construcción de la vivienda tradicional de barro 110

4.2.4 Tiempo del corte de la madera y del moriche 113

4.3. Relación social en el contexto de asentamiento y vivienda 114

4.3.1 Distribución de la gente en la vivienda 114

4.3.2 Formas tradicionales de organización familiar en relación a la

utilización del espacio 115

4.3.3 Formas tradicionales de organización familiar con relación al

asentamiento 119

4.3.4 Reuniones y socialización 121


5. Testimonios de la población actual de Kashaama en relación a su cultura

7


e historia local 122

5.1. Memoria de las influencias externas que causaron cambios en la

tradición kari’ña de la población de Kashaama 122

5.2. Memoria de los cambios en el modo de vida de la comunidad de

Kashaama 136

6. La resistencia a la imposición de factores externos a la comunidad

kari’ña de Kashaama 150

6.1. Pérdida de Identidad Cultural 150

6.2. Situaciones concretas de resistencia a la imposición de factores

externos 152

Capítulo IV Proyecto de Reconstrucción de un pueblo tradicional kari’ña en

la comunidad de Kashaama 159

1. Antecedentes 159

1.1. Plan de Desarrollo de las Comunidades indígenas del Estado

Anzoátegui – Venezuela 159

1.2. Propuesta inicial del Proyecto Cultural Kari’ña 161

2. Proyecto Cultural Kari’ña (P.C.K.) 163

2.1. Definición del Proyecto Cultural Kari’ña 168

2.2. Dificultades para la consecución del Proyecto Cultural Kari’ña 169

2.3. Proyección e importancia del Proyecto Cultural Kari’ña 170

2.4. Valores a recuperar o retomar en el Proyecto Cultural Kari’ña 171

2.5. Propuestas de utilización del espacio dentro del área del Proyecto

Cultural Kari’ña 172

2.6. Tecnologías no tradicionales a incorporar en el Proyecto Cultural

Kari’ña 173

2.7. Asesorías externas 174

2.8. Medición del espacio seleccionado para el P.C.K 174

3. Fotoetnografía del emplazamiento del Proyecto Cultural Kari’ña 176

Capítulo V Análisis, conclusiones y recomendaciones 187

8


1. Análisis 187

2. Conclusiones 202

3. Recomendaciones 205

Glosario 207

Bibliografía 211

Fuentes consultadas 220

Anexos 227

1. Anexo No 1 228

1.1. Rosa Maita 228

1.2. Luisa Maita 230

1.3. María Maita 232

1.4. Juliana Maita 234

1.5. Justo Maita 236

1.6. Juan Francisco Machuca 239

1.7. María Julia Maita de Maita 243

1.8. Petrica Maita 245

1.9. Domingo Machuca 248

1.10. Alejandro Tempo 251

1.11. Isidro Guare 253

1.12. Candelario Aray 255

1.13. Juana Martina 260

1.14. María Martínez 262

1.15. Santos Ramón Tempo 263

1.16. Josefina Maita 265

1.17. Alis Carreño 267

1.18. Nicolás Maita 273

1.19. Heriberto Martínez 276

1.20. José Luis Tamanaico y María Tamanaico 281

1.21. Pablo Medina 284

9


2. Anexo No 2 Conversación con Alis Carreño sobre el Proyecto de la

Comunidad de Kashaama 288

3. Anexo No 3 Instituto de Permacultura e Ecovilas do Cerrado 295

4. Anexo No 4 Rede Brasileira de Permacultura (RBP) 299

5. Anexo No 5 O que é uma Ecovila 301

6. Anexo No 6 Modelo de preguntas para la entrevista estructurada 308

7. Anexo No 7 Modelo de encuesta 309

10


ÍNDICE DE FIGURAS, FOTOS, GRÁFICOS Y TABLAS

Figuras Páginas

Figura No 1

Ubicación geográfica de los indígenas kari’ña en la República Bolivariana de

Venezuela 22

Figura No 2

Pueblo kari’ña (S. XVI- XVII). 33

Figura No 3

Familia extendida: unidad básica del patrón de asentamiento kari’ña 34

Figura No 4

Provincia kari’ña (S. XVI- XVII). 42

Figura no 5

Ubicación geográfica de kashaama dentro del Estado Anzoátegui 60

Figura no 6

Comunidad de Kashaama para 1962. 96

Figura No 7

Modelo de vivienda rural 99

Figura No 8

Vivienda tradicional de dos desagües. 106

Figura No 9

Vivienda tradicional “cola de moriche” 107

Figura No 10

Vivienda tradicional de un solo techo 109

Figura No 11

Modelo del P.C.K., realizado por los líderes del mismo 165

Figura No 12

Reconstrucción pictórica en acuarela del P.C.K., con base en las observaciones

hechas en el sitio 166

11


Figura No 13

Medición del espacio seleccionado para el P.C.K. 175

Fotos

Foto No 1

Baile Maremare 47

Foto No 2

Cantos recordatorios 48

Foto No 3

Farallones alrededor de Kashaama 49

Foto No 4

Farallones de Chimire 52

Foto No 5

Cerro Negro 53

Foto No 6

Primera conversación con los líderes del P.C.K. 84

Foto No 7

Afiche alusivo al proyecto 85

Foto No 8

Familia Maita junto a estudiantes de la U.C.V. 86

Foto No 9

Modelo de vivienda rural 100

Foto No 10

Vivienda con techo de moriche 108

Foto No 11

Vivienda de barro 111

Foto No 12

Detalle de una vivienda que están tumbando 112

Foto No 13

Detalle de una pared de barro y madera 112

12


Foto No 14

Hojas de moriche cortado 113

Foto No 15

Cocina ubicada afuera de la vivienda de Castillito 116

Foto No 16

Vivienda tipo rural con bohio afuera 122

Foto No 17

Calle del asentamiento tipo criollo 137

Foto No 18

Terreno donde se sacó el barro para una casa 145

Foto No 19

Una casa rural con dos ampliaciones (una esta hecha de barro) 149

Foto No 20

Asentamiento del Sr. Heriberto Martínez 151

Foto No 21

Asentamiento tradicional kari’ña (Castillito) 154

Foto No 22

Vivienda de barro del püiddai Pablo Medina 156

Foto No 23

Fogón tradicional en el asentamiento Castillito 156

Foto No 24

Resistencia a factores externos 157

Foto No 25

Alis Carreño 163

Foto No 26

Alis Carreño y familia emprendiendo el camino hacia el emplazamiento del

P.C.K. 177

Foto No 27

Carretera semiasfaltada adyacente a la vía nacional 177

Foto No 28


13


Local de almacenamiento dentro del emplazamiento 178

Foto No 29

Límite 1 179

Foto No 30

Vista desde la intersección de dos caminos 179

Foto N° 31

Límite 3 180

Foto N° 32

Límite 2 180

Foto N° 33

Camino divisorio 181

Foto N° 34

Vista al fondo del lugar destinado para ubicar a la llamada casa grande 181

Foto N° 35

Vía de tierra que comunica con el asentamiento Alfondo 182

Foto N° 36

Tres árboles en el medio del emplazamiento 183

Foto N° 37

Vista hacia el límite 4 183

Foto N° 38

Vista hacia el límite 5 184

Foto N° 39

Selva adyacente al río 184

Foto N° 40

Orilla del río 185

Foto N° 41

Vista hacia la vía nacional 186


Gráficos


14


Gráfico No 1

Porcentaje de la muestra de personas masculinos y femeninos de la comunidad

kari’ña de Kashaama 88

Gráfico No 2

Porcentaje de la muestra de personas de padres kari’ña de la comunidad kari’ña

de Kashaama 88

Gráfico N° 3

Porcentaje de la muestra de personas por edades de la comunidad kari’ña de

Kashaama 89

Gráfico No 4

Porcentaje de la muestra de viviendas dispersas y concentradas en la comunidad

kari’ña de Kashaama 105

Gráfico No 5

Porcentaje de la muestra de personas con posesión de vivienda en la comunidad

kari’ña de Kashaama 110

Gráfico N° 6

Porcentaje de la muestra de viviendas con cocina afuera y adentro de la

comunidad kari’ña de Kashaama 117

Gráfico N° 7

Porcentaje de la muestra de viviendas rurales con bohio y sin bohio de la

comunidad kari’ña de Kashaama 121

Gráfico No 8

Porcentaje de la muestra de viviendas tradicionales y viviendas rurales de la

comunidad kari’ña de Kashaama 135

Gráfico No 9

Porcentaje de la muestra de personas con preferencia por viviendas tradicionales

y viviendas rurales en la comunidad kari’ña de Kashaama 136


Gráfico No 10


15


Porcentaje de la muestra de personas que crian animales en la comunidad kari’ña

de Kashaama 140

Tablas

Tabla No 1

Diferentes censos hechos en la comunidad de Kashaama 87

16


BIBLIOGRAFÍA (consultar a suyinmar@gmail.com)